79. Ritmo y control (María Rojas)
En Veracruz, en el puesto de mariscos, Marién abría las piernas. Su vulva jugosa se columpiaba al viento. El tendero del frente, iba marcando el ritmo con el pie, mientras las ganas se le chorreaban con el palpitar del sexo de la muchacha.
Una tarde un quinto metatarsiano del musiquero no aguantó tanta excitación y saltó hecho añicos.
Marién cerró las piernas. No quiso saber más de un cojo arrítmico.
¡Lo que me he podido reír, O h M a r í a ! Me encanta cómo se airea a la brisa la fruta apasionada. Es que el texto de hoy tiene algo de la picaresca de Fernando de Rojas y aquella literatura medieval con su punto de cayena. Lo has urdido que resulta liviano, agradabilísimo a la lectura, y desde luego ¡¡¡Qué fuego no palpitaba en los entresijos del bellaco del de los ultramarinos hasta el punto de reventarle un huesecillo, no puede por menos que mover a la sonrisa!!! Impepinablemente una mujercita repleta de izotes y grandes cualidades como para enloquecer cuatro batallones [tal y como decía aquella canción de Carlos Mejía Godoy]
De otro lado no deseo apartarme de esta reflexión sin antes haberte dado la
E n h o r a b u e n a por tu selección del mes pasado merecidísima con tu microcuento de asunto marino. ¡Eres Todo Un Piélago de sensacional escritura!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ A Tus Pies M a r í a!!!!!!!
Recuerdo de las catequesis de mi Primera Comunión (supongo que sigo escribiéndola en mayúscula por costumbre adquirida en la ya lejana infancia), que el sacerdote decía que el infierno podría ser, simplemente, un querer y no poder, tener delante el paraíso, muy cerca, con imposibilidad de acceder a él. Algo así le sucedió a tu pobre protagonista, manejado como marioneta por los hilos de una mujer tan irresistible como exigente, hasta que las pasiones no satisfechas degeneraron en tensión (tanto se tensa la cuerda que al final se rompe), que le quiebra un dedo y, con él, toda posibilidad.
Un abrazo y suerte, María.
Juan y Ángel. Muchas gracias por los comentarios a mi relato. Ahí ando, dando tumbos con la letras, pero contenta de participar.
Un abrazo marino para los dos.