66. Secretos de familia
Secretos de familia
Olía a puchero en toda la casa como cada domingo. Sentada en la cocina, llenaba la cabeza de mi abuela de preguntas, ¡cómo me gustaba oír historias de su vida!
Guiaba mi mano de niña la curiosidad cuando abrí aquel pequeño cofre y encontré algunas fotografías de gente que no conocía… y pregunté.
El baulito era obra de mi abuelo, carpintero de oficio. Mi madre guardó ahí la correspondencia que intercambió con mi padre durante la mili en Sidi Ifni y luego albergó las fotos de un “secreto”: Mi tío, un chico bueno y enmadrado, envuelto en malas compañías decidió alistarse en la legión. Allí olvidó a su novia de toda la vida en brazos de una morita de la que se enamoró. Cuando volvió a casa no había lugar para su amada y acabó casándose a regañadientes con su novia “oficial”, que le perdonó….siempre.
En la cajita, las fotos de un niño vivo retrato de su padre y estampas de la vida de mi tío en aquellas tierras.
No sé si mis primos conocen la historia….pero el mayor secreto se lo llevó su padre a la tumba, ¿alguna vez añoró la vida que tuvo que abandonar?
A una persona con doble vida siempre le quedará la duda de si la que al final decidió tener no habría sido peor que la que desechó. El problema es que nunca lo podrá saber, para ello tendría que haber vivido ambas, cosa que no es posible.
En cuando a su familia, entre el «cuanto sufre el que sabe» y la verdad debe resplandecer, hay un espacio difuso, una tierra de nadie, detalles que quizá es mejor no conocer o que, por el contrario deberían de ponerse a la luz, con ese niño del baúl del que son familia.
Un relatos sobre fotografías, indicios y dilemas.
Un saludo, Ana. Suerte
«Si yo hubiera….» encierra infinitas dudas y un relato breve adolece a veces de todos los matices pero como siempre has acertado en tus intuiciones.
Gracias por dedicarme un comentario.
Saludos