Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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59. Sonrisa sellada (Blanca Oteiza)

Cuentan que tras la batalla nunca más volvió a sonreír. Que después que aquellos soldados entraran en su pueblo, sus ojos dejaron de brillar.
La niña de la mirada triste tuvo que dejar de jugar con muñecas para hacerlo con el bebe del pelo del color del fuego, como el que nueve meses antes había arrasado con su vida.
Cuentan que el niño creció sin conocer el amor de un padre.
Cuentan muchas historias de cuando mi abuela era niña, aunque no todas sean ciertas.
Hoy la despedimos, serena, inerte, pero con una bella sonrisa en sus labios mudos.
Mi padre llora en mi hombro mientras acaricio el fuego que permanece en su pelo.

49 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    La niña cambió su muñeco por otro real y aún más suyo, aunque en realidad le viniera impuesto. Al final logró despedirse de todos con una sonrisa, especialmente del muñeco del pelo rojo, ya crecido, que tanto la quiso.
    Un relato duro pero contado con mucha sensibilidad, que deja a las claras que en la guerra hay muchos tipos de víctimas.
    Te deseo mucha suerte, Blanca.
    Un saludo

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Ángel por tus palabras. En todas las guerras hay muchos tipos de víctimas, casi los muertos son los que menos sufren.
      Un abrazo

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Reve por tu comentario.
      Era mi intención que a pesar de lo duro de la historia, al leerla sonara bello, me alegro haberlo conseguido.
      Un abrazo

  2. La Marca Amarilla

    Blanca, duro, triste, pero bello relato!
    Enhorabuena!! 😉

    «Cuentan que tras la batalla nunca más volvió a sonreír…
    … Hoy la despedimos, serena, inerte, pero con una bella sonrisa en sus labios mudos.»

    Pues sí que sonrió!!! Nunca es tarde!!!

    Un saludo!!

    1. Blanca Oteiza

      Hola, gracias por el comentario.
      Sí es cierto que volvió a sonreir, pero ya sin vida, con los labios mudos, sellados, con lo que en realidad en vida no lo volvió a hacer.
      Un abrazo

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Juan M, es cierto que en todas las guerras hay muchos tipos de víctimas y los menores suelen correr la peor parte.
      Un abrazo

    1. Blanca Oteiza

      Muchas gracias Patricia por tus palabras.
      He querido eso, contar un lado cruel de las guerras, muchas veces silenciado, pero a la vez que pudiera leerse facilmente.
      Un abrazo

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Salvador por tu comentario. Me alegra que te haya gustado, no fue fácil escribirlo, me costó decidirme sobre qué escribir.
      Un abrazo

  3. Virtudes Torres Losa

    Otra de las muchas consecuencias de una guerra.
    Pero mira, él se lo perdió.
    Porque en tu relato a pesar de la guerra con que comienza, lo que viene a poner el final es amor.
    Un abrazo.

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Virtudes,
      Sí, a pesar de la tragedia de la historia, el final trasmite todo el amor que se puede tener por una madre (y abuela) y ella por su hijo.
      Un beso

  4. Mª Belén Mateos

    ¡Cuantos niños de cabello rojizo debió dejar la guerra!Tu protagonista pierde su niñez para convertirse en madre sin quererlo y su sonrisa se heló para siempre en vida. Es al muere cuando descansa por fin del sufrimiento y sonríe a su nueva vida.
    Precioso relato,un beso Blanca.

    1. Blanca Oteiza

      Gracias M° Belén por el comentario.
      Como bien dices, la niña obligada a ser madre no volvió a sonreir viva, tuvo que llegar su partida al otro mundo para dibujarse la sonrisa de nuevo en sus labios.
      Un abrazo

  5. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Me ha recordado a la escena final de «La hora 25». Aquella sonrisa forzada puesta en la boca de Anthony Quinn.
    Muy buen relato.
    saludos.

    1. Blanca Oteiza

      Jesús, no conozco la película que mencionas, buscaré para ver si la encuentro y ver esa escena.
      Gracias por el comentario
      Un abrazo

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Lorenzo por tus palabras,
      Nunca se sabe si algún mes puede sonar la flauta para mi, me alegro que lo veas así, aunque me conformo con que me lean.
      Un abrazo

  6. Una historia bien contada de la guerra y sus consecuencias negativas. La verdad ,Blanca, es que lo contaste de un modo tan bueno que refleja totalmente toda la tragedia de esta pobre mujer. Te deseo mucha suerte ,Sotirios.

  7. Muy bien escogido el título, con esa referencia la última sonrisa. Me gusta también el tono de la narración, con esa repetición «cuentan que…», pues crea la sensación de que lo que se narra ha pasado a la Historia colectiva.
    Muy bueno. Felicidades.

    1. Blanca Oteiza

      Gracias Anna por tu comentario.
      El título en esta ocasión lo tuve claro, pues suele ser algo que se me resiste con frecuencia, así que me alegro que sea acertado.
      Comenzar y repetir «Cuentan que…» como bien dices era para darle ese aire de narración histórica, que la que lo cuenta no lo ha vivido en sus carnes.
      Un saludo

    1. Blanca Oteiza

      Muchas gracias Manuel por tus palabras.
      Como bien has comentado es un relato de contrastes, donde se mezcla lo peor del ser humano en las guerras, con lo mejor en la vida de una madre que da todo su amor al hijo.
      Un abrazo

  8. Una manera hermosa de contar una historia. Una de los daños colaterales de las guerras son las violaciones de mujeres, que comenten algunos soldados a quienes la muerte les despierta sus bajos instintos. Muy bueno Blanca, suerte.
    Saludos.

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