11. SUPOSICIONES (Ángel Saiz Mora)
La tía Isabel asumió las funciones de mis padres tras su trágico accidente. Conmigo nunca escatimaba esfuerzos, atención y, sobre todo, buenos consejos.
Al llegar mi “edad de merecer”, como solía decir, puso gran empeño en aconsejarme que no estuviera sola, que buscase a alguien acorde con la manera en la que ella, según yo daba por hecho, parecía entender las relaciones correctas: noviazgo tradicional y ceremonia antes de la unión definitiva.
Para no decepcionarla me inventé a Eduardo, con gran derroche de adjetivos muy masculinos, convencida de que Isabel los iba a utilizar para presumir de mi buen gusto ante sus amistades.
Soy actriz, pero mi control del lenguaje corporal a duras penas mantenía ese engaño frente a una persona tan cercana. Incapaz de dilatar más las presentaciones, quedamos una tarde en casa, con el compromiso, ya ineludible, de aparecer acompañada de mi pareja.
Al verme con Elvira no hubo desconcierto en el rostro de mi tía, solo una inesperada sonrisa, que no deshizo cuando Remedios, su mejor amiga, salió del dormitorio. El beso prolongado que ambas se dieron en la boca dejó las nuestras abiertas. Luego vino aquel guiño cómplice que me dedicó con su ojo derecho.
Estupendamente bien escrita y llevada la historia y el engaño desde el principio hasta el final, haciéndonos hacer suposiciones equivocadas. El título también en su punto justo. Me ha encantado.
Jejeje, si es que ya no puede una fiarse ni de su tía. Eso pasa por no hablar claramente las cosas desde el principio, al fin y al cabo su intención era que tu protagonista encontrase la felicidad, nunca dijo en los brazos de quién.
Más que de mentiras, es un relato de no verdades, muy bien hilado, al uso de las comedias de enredo que tanto me gustan.
Mucha suerte y un abrazo inmenso, Ángel.
Por mucho que se quiera ocultar, la verdad termina por salir a la luz. De todo necesitamos tener una opinión y ponerle una etiqueta, pero a menudo no disponemos de la información conmpleta para hacerlo.
Me alegra que te guste, Edita.
Mil gracias y un abrazo
Un relato mentiroso hasta el final. Bien llevado y realista, acorde con los tiemposactuales. La verdad ha triunfado en este caso sobre la mentira, para la tranquilidad de las protagonistas. Enhorabuena, Ángel.
Vamos avanzando en muchos aspectos, pero parece que aún cuesta admitir algunas realidades. Si todo fuese más natural no harían falta mentiras, ocultamientos ni disimulos. Cada uno ha de ser feliz acorde con su naturaleza, sin tener que fingir lo que no se es.
Gracias por leer y comentar, Manuel.
Un abrazo
Se dan por hecho cosas que comvertimos en realidades incontestables, en base a ello actuamos, a veces hasta mintiendo, sin pararnos a mirar que tal vez había un error de base desde el principio.
Muchas gracias, Ana María.
Otro abrazo grande para ti
Precioso tu relato, querido amigo. Así como la mentira vuela, la verdad se arrastra pero siempre emerge y brilla para siempre. Un canto al amor y a la sinceridad. Enhorabuena, Ángel, y un cariñoso abrazo.
Es cierto que la verdad acaba abriéndose hueco. También, que la «sinceridad» que mencionas puede considerarse un antónimo de la mentira. Mejor ir con la verdad por delante, que en el caso de la protagonista de este relato, le habría evitado prrocupaciones y falsedades propias, y una energía y un tiempo que mejor podría haber empleado en algo provechoso.
Muchas gracias, Puri.
Un abrazo
Muy bien llevado el relato, Ángel, mucha suerte. Un abrazo.
Muchas gracias, Ana
Gracias por leer.
Un abrazo
Muy bueno Ángel. Expresa muy bien como a pesar de la convivencia, a veces desconocemos los pensamientos-sentimientos de los mas cercanos. Agradable sorpresa final para ambas. Suerte
Al hilo de tu comentario, he recordado lo que hace ya bastantes años me dijo un compañero, algo así como que nunca acabas de conocer a nadie del todo, tampoco a la persona con la que más convives. La sinceridad debería imponerse en todas las circunstancias, pero no siempre es así.
Muchas gracias, Fernando
Un abrazo
“Las cosas claras y el chocolate espeso”. ¿Y lo felices que van a ser las cuatro ahora que todo está claro?
“ las mentiras tienen las patas cortas” y tarde p temprano se hubiera sabido.
Una lección de vida.
Ahora que todas se conocen mejor, que se han despojado de los tapujos con los que a veces se enmascara la verdad, están más cerca de ser, como bien dices, «felices», efectivamente. Y cuanto antes, mejor, que como bien sabemos, la vida es corta.
Muchas gracias, Rosa
Un abrazo
Ángel, me encanta esa historia de mentiras (o medias verdades) cruzadas. Qué pícara la tía, que le seguía el juego a la sobrina aunque sabía que Eduardo, en realidad, era Elvira.
Me gusta las historias que acaban bien.
Un abrazo y suerte.
Seguro que a partir de ahora la sinceridad total entre ellas será protagonista. Poder, dentro del respeto, tener la libertad para actuar conforme a lo que cada cual necesita y le corresponde, es un ideal que puede que estén cerca de conseguir.
Muchas gracias, Rosalía.
Otro abrazo para ti.
Doble mentira, o reflejo desde el subconsciente…
Es probable que hubiera algo de laa dos cosas. Por un lado, somos complejos. Por otro, o al mismo tiempo, la realidad nunca es simple, hay muchos factores y todos juegan.
Gracias, Sonsoles.
In abrazo
Mucho jadeo de armarios pero al final se abrieron todos. Muy bueno, Angel
Si se hubieran abierto desde wl principio muchas energías se habrían ahorrado. Mentir por ocultar lo esencial es triste, y nada es más esencial que ser fiel a lo que uno es.
Muchas gracias, Lucas.
Un abrazo
Buen relato Ángel.
Historia bien contada donde descubres que hasta los que más quieres y te cuidan tienen sus secretitos y mentirijillas.
Un abrazo
Somos complejos e imperfectos, está claro. Lo importante es conectar, la complicidad y entenderse.
Muchas gracias, Blanca
Un abrazo
Estamos acostumbrados desde pequeños a suponer, a dar por hecho, ciertas cosas como “normales”, una actitud que sigue causando dolor en aquellos que se salen de esa “norma”. Pero tu relato nos muestra una situación nada dramática, un cuadro que viene a ser como un espejo en el que mirarnos o como un ejemplo, reconfortante, del modo en que debiera de producirse esa “salida del armario”. Enhorabuena, Ángel, por este simpático juego de mentiras y secretos en el que los motivos de ambas partes son limpios y loables. Mucha suerte con él y un fuerte abrazo.
Como bien dices, vivimos aún condicionados por una supuesta normalidad, cuando lo cierto es que existen muchas realidades diferentes y cada uno debe ser fiel a la suya para intentar ser lo más feliz posible, que al final es lo que todos pretendemos.
Muchas gracias por tu lectura y tus palabras, Enrique.
Otro abrazo grande para ti
Muy bien hilado Angel como todos tus relatos, con la maestría de esa sorpresa final. Enhorabuena y mucha suerte
Intentamos sorprender, acercarnos o no a ello lo dirán los lectores. Yo agradezco mucho tu tiempo y tu lectura, Jero.
Un abrazo
Hola, Ángel. Está claro que la tía y la sobrina mintieron por omisión, y que ambas daban muchas cosas por hechas sobre las «relaciones correctas» y que querían hacerse felices, la una a la otra. Obviamente, cuando aparece Remedios, la mentira se cae como un castillo de naipes y aparece la verdad de la sexualidad de ambas (o de las cuatro, más bien). Eso es lo que tiene la mentira, que se puede sostener pero sólo hasta cierto punto, como le pasa a la sobrina actriz y a su lenguaje corporal…
Como suele suceder, mis suposiciones sobre tus micros siempre son acertadas: están excelentemente escritos y me encantan…
Un beso grande,
Mariángeles
Entre ellas se interpuso una mentira, no era maledicente, solo por aquello de no ofender. Aclarada la verdadera realidad, las brumas del engaño desaparecieron y, como bien dices, el embuste acabó cayendo. Si antes estaban unidas y se respetaban, ahora lo van a estar más.
Mil gracias, Mariángeles.
Un abrazo grande
Ahora que lo saben y gozan de complicidad, podrán vivir plenamente y dejarse de mentiras, unas mentiras sin malicia alguna, por absurdos prejucioso. Gran mensaje, Ángel.
¡Abrazo!
No hay nada como la sinceridad, lo que libera y ayuda, como bien dices, a vivir plenamente.
Muchas gracias y un abrazo, Aurora