60. Trabajo en equipo (Nuria Rodríguez)
Llevan haciéndolo tantos años juntos que han perdido la cuenta, pero sin embargo, apenas cruzan un par de palabras durante su quehacer.
De una manera casi mecánica, llevan a cabo su cometido con la única compañía de la radio local.
El de los ojos amables, los prepara, lavando con tanto mimo sus cuerpos, que parece casi un ritual. El otro, de mirada fría e impenetrable, corta, disecciona y extrae con manos expertas, cada uno de sus órganos, para después depositarlos en antisépticas neveras.
El único momento en el que se atreven a mirarse a los ojos, es cuando la noticia de una nueva desaparición interrumpe la canción Country que llena la silenciosa estancia. Esta vez se trata de una niña de diez años.
Es solo un segundo fugaz, repleto de vergüenza y culpa. Un único segundo en el que sus ojos, escupen la terrible verdad, la misma que sus mentes luchan por ocultar en lo más oscuro de su ser.
La música se reanuda y siguen trabajando sin mediar palabra, pero ahora sus miradas lo llenan todo de voces que gritan que mañana, el cuerpo de la pequeña, ocupará su fría mesa de operaciones.
Dos personajes que trabajan en equipo, compartiendo una labor que no es nada grata, pero no por ello dejan de llevarla a cabo de manera eficaz y profesional, aunque se diría que, en el fondo, disfrutan. Acostumbrados a funcionar de manera infalible de forma conjunta, apenas se inmutan al saberse protagonistas de un suceso terrible. No hablan, pero lo que hacen y lo que escuchan ya lo dice todo. Es tan espantoso que, incluso ellos, no son capaces de reprimir un sentimiento de vergüenza y culpa.
Un abrazo y suerte, Nuria
Muchas gracias Ángel por tu amable comentario. A veces la mirada es capaz de transmitir lo que otros sentidos no se atreven ni a imaginar.
Un abrazo.
Qué suerte que en nuestro país la legislación y el control sanitario no permitan estas barbaridades, que si ocurren en otros países. Aunque quien sabe si alguno de nuestros desaparecidos han tenido ese destino fuera?
¡Terrible! A donde puede llegar el ser humano por dinero, a veces por supervivencia, aunque no menos terrible. Bien narrado.
Muchísimas gracias Rosa por pasarte a leerme y comentar. Realmente algo terrible que por desgracia es un hecho real. Un abrazo.
Realmente escalofriante. ¡Bravo, Nuri!
Un beso
Maria guapa!!! Mil gracias por leerme y comentar. Un besazo. 💗
Nuria, me gusta mucho la construcción del micro, cómo una escena de trabajo forense la conviertes en algo mucho más terrible al introducir la niña de diez años, y sobre todo, esas «vergüenza y culpa» que nos desvela la verdadera realidad.
Un abrazo y suerte.
Muchísimas gracias Rosalía por pasarte a leerme y comentar. Un hecho terrible sin duda. Un abrazote .
Qué bueno, y qué oscuro. Me ha encantado cómo desarrollas todo, y esa mirada en silencio al final, imaginando lo que les tocará al día siguiente, te deja con la piel de gallina. Muchísima suerte. Un abrazo
Jesus!!! Cuánto me alegra que te haya gustado. Si he conseguido ponerte la piel de gallina, me doy por satisfecha. Un besazo.
Uf! Tremendo Nuria.
Qué bien llevas al lector desde una escena inocua hasta ese final espeluznante, y todo a base de pinceladas e insinuaciones.
Bravo! Besazos.
Ana María, que gusto que me leas y comentes. He intentado no desvelar hasta el final, el terrible hecho, un abrazo enorme.