Una primera línea para describir la actuación de la más impía de las figuras, ajena a cualquier compasión y contra la que no cabe oposición alguna.
Una segunda línea para constatar que nadie se puede salvar de esa mirada implacable, personalizada, que ha de afectar a cualquiera que lea esas dos líneas en las que se resume un final colectivo e individual, no por esperado, menos sobrecogedor.
Un relato que condensa y pone de manifiesto el peor de nuestros miedos, el de la propia desaparición.
Un abrazo, Marca. Suerte
Una primera línea para describir la actuación de la más impía de las figuras, ajena a cualquier compasión y contra la que no cabe oposición alguna.
Una segunda línea para constatar que nadie se puede salvar de esa mirada implacable, personalizada, que ha de afectar a cualquiera que lea esas dos líneas en las que se resume un final colectivo e individual, no por esperado, menos sobrecogedor.
Un relato que condensa y pone de manifiesto el peor de nuestros miedos, el de la propia desaparición.
Un abrazo, Marca. Suerte
Grandioso, Marquita!
INVEROSÍMIL!
Difícil decir más con tan poco.
Excelente. Suerte, Marca.
Conciso e impactante relato. Te felicito de verdad. Pero ¿Es posible que donde has escrito «sesgaba» hubieras querido escribir «segaba»?
Muy bueno. Contundente y expresivo. Suerte
Menuda colección la de La Parca… de miedo, de terror, pero no por eso menos admirable…
Un micro impío y filoso, igualito a ella…
Felicidades, MARCA, me encantó.
Cariños,
Mariángeles
Breve y contundente. Me gusta cómo has expresado ésta realidad.
Suerte
Impactante. Sobre todo si una se para a pensar que toda la humanidad está destinada a ser inmortalizada…
Mucha suerte.