Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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UNA CRÓNICA LARGA DE UN TIEMPO CORTO. COMILLAS 2018

Una semana después… todavía me tiemblan las manos al recordar algunos momento de todo lo ocurrido el fin de semana pasado. Llevábamos un tiempo valorando cómo afrontar algunas circunstancias de la entrega de premios de este año y aún estoy asombrado por la naturalidad y la inmensa alegría con la que pudimos y supimos afrontar los momentos más emotivos. No creo exagerar si os admito que ha sido mi ENTCuentro más difícil, el más incierto, y a la vez, posiblemente, el que más he disfrutado: jamás había sentido con tanta intensidad la “satisfacción familiar” de reuniros para el disfrute. Gracias a todas, a todos, por haberlo provocado.

***

La meteorología ha querido colaborar este año también, y sobre las 6 de la tarde del viernes 1 de marzo comenzaron a llegar los primeros entecianos al Sendero del Agua. Alrededor de 40. Desde la la lejanía de las Canarias y desde la vecina Asturias, de Galicia, de Levante, de Madrid y Cataluña, de distintos puntos de las dos Castillas, del País Vasco y de Navarra, de Andalucía, de Aragón y los que llegaban de los pueblos y capital de la mismísima Cantabria. Y llegaron con ellos empanadas y dulces, y croquetas exqusitas, pasteles, embutidos (aún estamos asombrados por los nachos de morcilla de Burgos), quesos de muchos tipos y procedencias, cecinas y jamón (del bueno), y vinos bien ricos, blancos y tintos, dulces y no tanto… (Aún tenemos la nevera llena de rica generosidad) Probamos la tortilla de la vecina (gracias Edel) con la sidra ecológica casera del Sendero y comenzamos con la degustación más sabrosa de todo el fin de semana… el abrazo. Toooodo un manjar.

Aguantamos en el exterior hasta que el fresquito y la chimenea nos metió en casa, bien juntitos, para no perdernos detalle de nada. Se escucharon las primeras predicciones erróneas sobre los ganadores, y se pasó lista a presentes y ausentes este año… para todos hubo su pasado recuerdo. Pasada la media noche, como cenicientas que huyeran del dolor de un zapato de cristal, pluf!… fuimos despareciendo.

 

La mañana del sábado amaneció soleada; y bien tempranito nos dirigimos hasta el espectacular edificio de la Universidad Pontificia de Comillas para su visita. Curiosamente, resultó que la arquitectura fantástica de Domenech y Montaner, arquitecto catalán que terminó la obra, estaba llena de historias y anécdotas de lo más narrativo: el gato y los ratones, los cascabeles y las virtudes de la preciosa puerta… La pobre guía, no preparada para unos visitantes tan especiales, se vio sorprendida permanentemente por todas las cuestiones imaginativas que pretendia que no acertásemos… y que fuimos desvelando de inmediato. Fue toda una sorpresa muy agradable. Gracias a la Fundación Comillas por el regalo de esta visita, al Ayuntamiento de Comillas y a su Concejal de Cultura, Pedro Velarde, que además acudió a acompañarnos en la visita.

Allí mismo, en una de las salas vinculadas a la lectura, iniciamos el 1º Concurso de Escritura Rápida MICROMILLAS, con 15 participantes, de los cuales más de la mitad eran cántabros… Nos encanta este dato, después de que el primer año solo tuvieramos a un represenante local.

Este año decidimos no salir de ese edificio, y aprovechamos los referentes de El Capricho y la propia Universidad para proponer un homenaje narrativo a ambos tomandolos como inspiración. El jurado estuvo compuesto por Reme Llano, Pedro Clavera y Paloma Casado, que se pusieron a repartir números a los números (no conocian otra cosa de los autores) hasta llegar a un resultado que … nos costó resolver, por suerte.

Los ganadores de ese e-book y del correspondiente lote de libros de los ganadores fueron Ernesto Ortega y Dolores Cayón, una maestra de Torrelavega que muy pronto la tendremos como enteciana… al tiempo. Hubo unos duros desempates en esas sumas imposibles para deshacer la condición de dos ganadores, por lo que el jurado propuso a la organización (que aceptó) proponer dos accésit para Juancho Plaza y Daniel Roselló, un joven de 19 años que promete futuras sorpresas. Gracias a todos los participantes, fue alucinante leer lo que sois capaz de crear con menos de 100 palabras y 20 minutos…

Otro de los grandes descubrimientos del fin de semana ha sido el Restaurante La Gilda y a sus propietarios, Pilar y Marco. Allí habíamos citado ya a más de sesenta asistentes al ENTCuentrro en una tarde soleada y agradable que nos permitió disfrutar del exterior, del jardín para el aperitivo, y del comedor en la terraza para la comida. El cartel en la puerta de “Cerrado. Evento privado” fue uno de los muchos regalos que no sé si aún le hemos dado su valor… Estuvimos como en casa, sin agobios ni incomodidades. Además, el menú estuvo a la altura de lo esperado y el servicio (ese rubio y ese moreno que no abandonaron la sonrisa en ningún momento) para ponerles nota. Gracias también a Pilar, su chef, por ajustarnos el precio sin escatimar la calidad.

 


La tarde del sábado estaba planteado como el plato fuerte del fin de semana… y nos quedamos cortos en todo. No creo exagerar mucho si me atrevo a decir que va a ser de esos acontecimientos de nuestra vida que no se nos va a olvidar en mucho tiempo. Accedimos a la Casa de Cultura El Espolón, un palacio del siglo XVIII cedido amablemente por el Ayuntamiento de Comillas. Usamos su salón de actos, al que tuvimos que añadir un par de filas adicionales más por encontranos con la sorpresa de asistencia local hasta sobrepasar las 90 personas. Sólo teniamos dos asientos reservados: uno, con tres flores blancas, que simbolizaba tres ausencias queridas este año, y otro, que reservamos a la Alcaldesa de Comillas, Maria Teresa Noceda, que nos había asegurado que estaría para el inicio porque luego tendría que marcharse a los eventos del Carnaval que se celebrarba, y que finalemente decidió quedarse durante las dos horas y media de duracion.

Por respeto a su presencia y al retarso de nuestros rezgados nos quedamos sin la foto de grupo habitual y decididmos comenzar pasado un cuarto de hora de retarso. El actor Sandro Cordero trajo a su amigo y personaje favorito, Sancho Panza, para arrancar esta tarde y nos dejo la energia bien arriba, para enfilar una tanda de bienvenidas: la alcaldesa, contenta de nuestra presencia en Comillas; Saray Malo, que nos dio la bienvenida en nombre de los organizadores y las primeras y esperadas palabras de nuestro Enteciano de Honor, Rafa Olivares, que, después de recoger su camiseta arrancó las primeras sonrisas y los primeros suspiros. Fue un perfecto arranque.

La entrega de premios de El Monstruoscopio contó con la naturalidad, la generosidad, la simpatía y la creatividad que siempre muestra el concurso. La Gran Melisima, Maria Elejoste, se vistió con sus mejores atributos, esos cuernitos diabólicos, para hacer entrega de los premios y permitir la lectura de Manuel Menéndez, Ernesto Ortega, Asun Paredes (en nombre de Pablo Núñez) y las dos ganadoras, la de las ilustraciones, que fue Paloma Casado, y la flamante ganadora de los relatos, Elena Bethencourt, que habia dado un salto de 2000 km para recoger su monstruito en persona, diseñado y realizado por Juan Fuente.

Después de que engañásemos a Paloma Casado para recoger su premio de La Copa y nos leyera su relato, repartimos el premio de A Curuxa. Ya lo habíamos anunciado, para favorecer que sus ganadores se animaran a acudir, pero si el ganador, Salvador Esteve, no pudo venir, tuvimos ocasión de subir al micrófono a Esperanza Temprano y a Rosy Val que, curiosamente, por una vez, se quedó sin palabras…

También aprovechamos para fallar públicamente los premios del concurso de la mañana, el Micromillas, que fueron entregados personalmente por la alcaldesa, Maria Teresa Noceda, con los ganadores que ya anunciamos arriba, Ernesto Ortega (cuyo nombre, según los presentes, termino convirtiéndose en un eco reptetivo a lo largo del fin de semana) y Dolores Cayón.

Justo despues de que repasaramos a nuestros finalistas anuales y les obsequiaramos con un detalle artesano que les distinguiera, escuchásemos los dos relatos que elegisteis como GANADORES POPULARES de 2018 (El corazon en los pies de Mar Horno en la voz de Belén Mateos y La parcialidad del observador estático de Enrique Mochón en la voz de Mar González). Finalizados, vino a sorprendernos de nuevo la energia de Sancho Panza, dejándonos el alma lista para lo que llegaba para arrasarnos.

El Premio Lince MontesdeToledo no quiso faltar en su primera convocatoria. Pese a las circusntancias, o justamente por ello, todos teniamos la verdadera necesidad de entregar este premio con toda la ilusión con el que fue concebido. Y allí estuvieron Saly, Clara y David, en una lección de entereza, de orgullo y de satisfaccion. Gigantes los tres. Cada una de sus palabras, de sus expresiones y sus gestos fueron explosiones de luz, de emoción apasionada y gratitud. Creo que Javier hizo muchas cosas bien en esta vida, y esos minutos fueron una mayúscula demostración de todo ello; la pena se nos volvió gozo y las lágrimas dejaron de tener sentido de ausencia para alcanzar el componente de celebración, porque su presencia no pudo ser más palpable.

Además, tenemos que reconocer que el premio no pudo tener mejor ganador que Javier Palanca, porque si el criterio para ello fue valorar su creatividad y su originalidad… ya mostró su ingenio y su agilidad mental regalándolos una de las imágenes más inolvidables del fin de semana: esa “peineta dedicada” con la bandeja del premio Lince que acababa de recibir. Bravo Javier. Gracias Javier.

Nos quedaba cerrar la sección de premios con los más esperados, nuestros ganadores anuales de 2018. Este año nadie acertó en la quiniela y en la votaciones populares tampoco hubo un solo voto que se hubiera decantado por esta pareja de relatos como ganadores en la final: de nuevo, el jurado popular y el finalista viajan por caminos diferentes. Curioso.

Nuestro ganador del Molino de Bonaco, Eduardo Solana, no pudo asistir y recogió el premio en su nombre su amiga Elena Bethencourt. Pero sí estaba allí (es una incondicional de estos ENTCuentros) nuestra ganadora del Sendero del Agua, Arantza Portabales, que tras ser tercera varios años, finalmente consigue estar en lo más alto de ENTC. Enhorabuena a ambos.

Y aprovecho la ocasión para agradecer a Hilo Producciones, a Paloma Casado y a Marina Peiró, su colaboración para la realización de los videorelatos.

No sé quien dijo que la música es “la literatura del corazón”, así que, tras una tarde repleta de sensibilidad, no podía haber un cierre mejor que el último abrazo de la tarde, el que siempre nos regala con su voz y su guitarra nuestro querido Manuel Menéndez, que, como siempre puso el lazo final a la tarde contagiándonos la alegría de su «Esta noche te cuento»

Bien satisfechos de una tarde emocionante y emotiva. Todo terminado. Solo quedaba recoger los ejemplares de Claroscuros, el recopilatorio de 2018, y salir de alli antes de que nos cerraran la puerta…

Ya nos esperaban en La Gilda para reponer las fuerzas perdidas por la emoción con un picoteo de lo más espeecial. Pilar, la chef y propietaria, habia confeccionado una propuesta de 8 platos diferentes de los cuales, la mitad, eran nuevos en el restaurante. Muy bien de cantidad, y de nuevo un placer disfrutar de su establecimeinto y de lo que salió de sus cocinas en un ambiente estupendo. Cerca de la media noche establecimos conexión en directo a traves del teléfono móvil con M. Carme Mari, ganadora del premio de Microrrelatos que propuso La Gilda. Fue un momentazo el saludo de todos los asistentes a coro a través del “sin manos”… Qusimos dejar un poquito de luz guardado para el final, y, pasadas las 12, y como cierre de un día tan especial, lanzamos tres farolillos voladores desde el jardín que se perdieran en el cielo sin destino.

Para la mañana del domingo aún nos quedaba una ocasión de compartir una visita interesnte a las Bodegas Miradorio en Ruiloba; un proyecto con muy poca trayectoria aun, pero ejemplar en su valentía y en su carácter emprendedor. Esther y Gabriel, sus propietarios, asumieron el compromiso de contarnos los detalles de su proceso, nos mostraron las condiciones reducidas y familiares de sus instalaciones y nos acompañaron en la cata de sus vinos blancos y tintos. Alrededor de 40 visitantes que nos reunimos en torno a las mesas para conocer y celebrar la alegria que supuso el fallo del 1º Concurso Bodegas Miradorio: Elena Bethencourt, Alejandro Pozo y Esperanza Tirado, que parece imbatible en los “concursos de domingo” de los ENTCuentros.

A la salida, una foto de grupo, y comenzaron las despedidas. Algunos aún coincidimos en la comida del Hotel Esmeralda, donde pudimos alargar un poco más la charla hasta el último momento. En los postres, ya se empezaban a valorar estos días, y alguna, incluso, se atrevián a ofrecer ideas para el año próximo: alli mismo negociamos el primer contrato para el ENTCuentro de 2020, esperamos con expectación el contenido del monólogo de Yoya Alonso. Ajustad vuestras agendas para no perderoslo …

Estas son las pinceladas más gruesas de un tiempo que nos ha parecido hermoso e intenso. Cada uno, además, tendrá su crónica particular con anécdotas y descubrimientos, con alegrías o con decepciones también, con momento cálidos y especiales, con encuentros y nostalgias irremediables.

Ha sido un placer para nosotros habernos esforzado para favorecer encuentros tan preciosos, únicos e inolvidables como los que hemos vivido en estos días. Os esperamos en 2020.

(Os dejamos un enlace para ver un ALBUM DE FOTOS de encuentro)

7 Responses

  1. calamanda

    Qué jornadas tan inolvidables habeis vivido¡¡¡ Cuánto me alegra leer todas estas actividades, y el buen sentir y amistad tan fenomenal que reina en el grupo.
    Enhorabuena a todos: organizadores, premiados, asistentes y a Jams por ser tan especial.
    Besos para todos¡¡¡

  2. Ángel Saiz Mora

    La crónica podría ser mucho más larga, parece mentira cuántas vivencias caben en tan corto espacio, por más que la vida pueda ser eterna en cinco minutos. También, qué corto se queda el tiempo a veces. Siempre sucede, pero en esta ocasión en especial, me quedé con ganas de hablar largo y tendido con mucha gente. Este año no pude estar presente el viernes ni el domingo, también me retiré pronto el sábado, al estar en familia. Siento que me he perdido bastante y no haber salido en ninguna foto de grupo como en años anteriores, pero lo vivido fue muy intenso y gratificante.
    Gracias, Jams, por hacer posible un fin de semana más de emociones, por mantener vivo ENTC todo el año.

  3. Siendo mucho lo vivido y digno de recordar, me quedo con la muestra del mucho cariño hacia Ximens que dimos a sus hijos -Saly no la necesitaba, ya era conocedora-. Su orgullo de padre seguro que adquirió otra dimensión.
    Para mí ha sido el encuentro más emotivo de los que he conocido.
    Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.

  4. Barceló Martínez

    Los encajes de bolillo para cuadrar fechas y los kilómetros recorridos han tenido mucho sentido. Me hubiera gustado acercarme a conocer mejor a más personas, alargar conversaciones, haberme despedido como Dios manda de todo el mundo, pero estas historias se escriben sin correcciones y así es como deber ser.
    Gracias a JAMS, a Mª Jesús y demás colaboradores por todo vuestro esfuerzo, entrega y generosidad. La complejidad de organizar y coordinar algo de estas dimensiones es obvia y vosotros hacéis que parezca sencillo.
    Diría que ha merecido mucho la pena, pero mentiría, porque ha merecido mucho la alegría. Cálidos abrazos para todas y todos, familia Enteciana.

  5. Elena Bethencourt

    Recorrí 2000 kilómetros pero hasta el último centímetro me valió la pena.

    Para ser breve como en los micros: Gracias a todos por el calor humano.

    Un abrazo

  6. ¡Qué buenos días pasasteis, llenos de momentos inolvidables!
    Sorprendida quedé con la llamada y genial el «momentazo del saludo», se notaba el calor humano del mogollón reunido 🙂
    Tengo que ir a uno estos ENTCuentros, que ya va tocando…
    Gracias por la crónica y las fotos, nos acercan estas jornadas a los que no pudimos acercarnos.

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