35. Viento de cola (Toti Vollmer)
En su carrera como atleta de alto rendimiento había cosechado una sucesión de medallas de plata. Al principio celebró el segundo lugar, pero pronto, ese espacio en el podio sin himno del que no lograba ascender se convirtió en el sitial del primer perdedor.
Ante los micrófonos, lamentó la desafortunada lesión de su rival a dos meses de los Juegos Olímpicos.
Ante el micrófono lamentó el mal ajeno. Internamente, se alegra y aprovechará la situación.
Un relato sobre la feroz competencia y cómo nos mueve y transforma.
Un abrazo y suerte, Toti
Mil gracias Ángel, lo hemos visto todos, ¿no?
Un gran abrazo y suerte de vuelta,
Saluditos, T.
Por fin vendrá el oro (o no…). Pero, ¿será satisfactorio el éxito del todo? Un buen relato, conciso y contenido. Mucha suerte.
Yo creo que segundón para siempre ; )
Muchas gracias por tu comentario, Antonio, y suerte de vuelta,
Saluditos, T.
Toti, qué real tu micro: cualquier pequeño éxito siempre es celebrado, pero llega un momento en que necesitamos más (reconocimiento, dinero, premios…), y ser el segundo mejor en algo se convierte en ser el «primer perdedor». Me encanta ese concepto.
En realidad, la ambición es uno de los motores del mundo, aunque en el caso de tu protagonista pueda conseguir un triunfo de manera «accidental».
Un abrazo y suerte.
Hola Rosalía, mil gracias por leer y comentar.
Trataron de enseñarnos que lo importante es competir y no ganar, pero la verdad es que la mayoría pierde de vista lo sabroso que es el camino y se mata por llegar primero.
Un abrazo y suerte para ti de vuelta,
Saluditos, T.
Ya, ya, lamentos! Saltando de contento, como si lo viera. Quien sabe, igual después de todo ni gana. Aunque si lo hace siempre estará la duda de si lo hubiera hecho con el rival.
Bueno es el juego de las oportunidades, y tú lo has sabido contar con un título muy apropiado y original.
¡¡Jajajajaja!! ¡¡Exacto!! Pero ese oro por fin al alcance…
Gracias por comentar, Rosa.
Suerte para ti, y un abrazo, T.