04. War
La ilusión de una nueva vida crecía en su interior. Después de muchos intentos, llegó. Así que urgía la búsqueda de una solución habitacional.
El bajo en el edificio señorial era una ganga. La zona, inmejorable. La suerte los acompañó tal vez por eso de que “un bebé siempre viene con un pan debajo del brazo.” Techos altos, molduras, recios muros… El mejor nido para la criatura.
Dicen que el embarazo agudiza los sentidos y las noches de Marga se estaban convirtiendo en todo un desafío. Primero, los golpes. Luego, corrientes heladas, pasos, portazos, crujidos en el pasillo y por último, los lamentos. Aquello iba más allá de lo que cualquiera podría soportar.
Las casas viejas tienen eso, insinuaba Daniel, pero Margarita empezaba a comprender los mensajes y en vez de tranquilizarse, se inquietaba aún más.
Cuando el pequeño Sebastián cumplió ocho años y Daniel ya había huido en un barco de nombre extranjero, Margarita aprovechó la reforma para echar abajo el tabique.
No le sorprendió el hallazgo de los restos sepultados. Los había oído clamar justicia durante demasiado tiempo.
El edifico se envolvió en silencio, pero los más ancianos murmuraban ideas desfasadas sobre la guerra y sus revanchas.
Susana, has escrito un micro redondo, con un inicio paranormal, un desarrollo realista, con Daniel huido y una reforma, y un final que explica muchas cosas.
Me ha encantado.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias por tu comentario. Las reformas implican muchas cosas, verdad?
Un micro lleno de referencias para contar una historia de fantasmas que aún nos atormentan, pues el pasado nunca desaparece, sobre todo si se halla escondido detrás de un muro. Las reformas hacen aparecer secretos que desconocemos. Suerte, Susana.
Esos fantasmas, como bien dices, pugnan por manifestarse. Muchas gracias por tu comentario!
Los muertos que piden justicia nunca callan, y en referecnia a la memoria histórica que haces, esos seres que aún no han muerto esperando ser enterrados como seres queridos, llaman y vcean para que los encuentren. Interesante relato Susana, suerte
Un relato crudo, Susana en el que creo intuír que reivindicas un entierro justo, humano, para aquellos que fueron vilmente asesinados probablemente durante la guerra. Unos asesinados, que, a su manera no han dejado de recordar cin golpes, crujidos, movimientos, enterrados de cualquier manera y que piden justicia. Impactante micro. Felicidades. Un abrazo. Gloria
Exactamente, es una cuestión de justicia. Mil gracias!
Muchas gracias por tu comentario. Yo también clamo para que sean encontrados y reivindicados.
Si las paredes hablasen… Un micro duro, bien hilado y conmovedor.
Enhorabuena y mucha suerte
Tanto tendrían que decir… Muchísimas gracias!