Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

BLANCO Y NEGRO

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en BLANCO Y NEGRO

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán relatos que desarrollen el concepto BLANCO Y NEGRO. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE DICIEMBRE

Relatos

37. REMEDIOS CONTRA LA MELANCOLÍA (Eduardo Iáñez)

Un día más, y ya va una semana, los tenía en la puerta a las cinco en punto. Los dos con sus educadas maneras, sus gestos pausados y sus miradas penetrantes. «Tomaremos un té», me ha dicho el mayor, trazando ante mí esos gestos incomprensibles. Pese a mi soledad desde que los obreros concluyeron la demolición, hoy no les he franqueado el paso. Estoy enfadada, lo reconozco: ayer se demoraron más de lo prudente y, tras echarme la puerta abajo, las tropas imperiales irrumpieron en el interior. Cierto que mis invitados rechazaron el ataque empuñando sus espadas láser, pero esta mañana me he topado en el baño con un ewok usando mi bidé. Y hasta ahí podíamos llegar.
Confinada en el reducto de esta amplia caseta a la que aún tengo derecho por contrato, ahora comprendo que no debería haber curado mis ataques de melancolía proyectando esas películas de juventud sobre los escombros de la sala contigua. No porque me vea obligada a atender a invitados como los de esta semana, ojalá todo fuera eso. Es que no soporto la incertidumbre de no saber cuándo, cómo ni dónde le dará por aparecer a la niña de El exorcista.

36. LÓGICA

La estrategia no tenía fisuras: nos acercábamos a la solitaria chica del banco, comenzábamos a desplegar nuestro estudiado conocimiento sobre el cine de los 70 y, al desmigajar La muerte en Venecia, mi colega fingía un desmayo. Yo, al principio, simulaba desconcierto, para luego, segundos después, proceder a reanimarle con un delicado masaje cardiaco. Mi amigo debía toser y respirar con dificultad; la preciosa chica asegurar que jamás había visto un tipo tan valiente y cultivado. Todo parecía tan lógico que era estúpido no ejecutar el plan. De hecho, salió perfecto a excepción de un detalle desconcertante. La delicada chica morena, de ojos claros y labios finísimos, aprovechó la confusión del momento para coger mi bolso de mano y perderse con mis pertenencias en el parque.

 

35. ALIENACION

Daniel permanecía en bambalinas proyectando películas de cine de barrio. Soportaba el calor sofocante que desprendían las máquinas. Empalmaba  rollos de celuloide. Colocaba  bobinas en  placas de aluminio y obligaba a los fotogramas a deslizarse entre  rodillos. Acoplaba el rostro al ventanuco para ver espectadores hipnotizados por la pantalla atravesando sus ojos una fina niebla de nicotina que pululaba en el ambiente. Soñaba con ver su rostro en el toldo blanco. Algunas escenas podía doblarlas de tantas veces que las había visto.

Un viernes de estreno llegó a sus manos una nueva película: “Alien, el octavo pasajero”. El trailer prometía sobresaltos varios. Se dispuso a verla antes de mostrarla al público vespertino.

Durante los primeros quince minutos la trama ya le tenía atrapado. A medida que los protagonistas de la nave espacial iban siendo aniquilados, el miedo invadía sus entrañas. Cuando ya sólo quedaba Sigourney Weaver en la pantalla, de repente la proyección se atascó, sintió un aliento nauseabundo en la nuca, una garra le arrancó de la silla y la luz del proyector le quemó en la retina cuando fue subyugado por la lente.

Desde entonces vive su sueño atrapado en el reflector haciendo labores de actor de reparto.

34. 2014

Pilar me había dicho que estaría de tiendas. Para evitar aquella tortura, comencé a callejear. Caminé sin rumbo. Llegué a una calle por la que nunca había pasado. Viejas casas. Coches desvencijados. Suciedad. Grafitis.

La puerta de un viejo cine. Curioseé la cartelera. Para el fin de semana anunciaban el estreno de El expreso de medianoche. Ese día estaba programada una película española de la que no había oído hablar. Se titulaba, sencillamente, 2014. La primera sesión estaba a punto de comenzar.

El precio estaba marcado en pesetas: 75. ¿Cuánto era eso? Supuse que habían olvidado colocar un cero. Me acerque a la taquilla y arrojé un billete de cinco a la bandeja. Una mano huesuda lo agarró. Después de una eternidad apareció la entrada.

El interior del cine olía a rancio. No había puesto de palomitas. Ni refrescos. Saqué el móvil para enviarle un WhatsApp a Pilar. “Me he encontrado con Ernesto. Me retrasaré un poco.” Advertí que allí no había cobertura.

Entré en la sala, que estaba completamente vacía. Toda mía. Me senté en el centro, cerca de la pantalla. La película empezó puntual. Desde la primera escena adiviné que se trataba de distopía bastante retorcida.

33. EL LADO BUENO DE LA VIDA

Me levanto y tropiezo con la mesita de noche. Otra vez han cortado la luz. Hace un frío que pela y mi calentador eléctrico me mira mal. Desde que he vuelto del psiquiátrico lo llevo regular. El tipo al que golpeé se lo merecía, se tiraba a mi mujer. Trabajo como un cabrón. Cuando llego a casa huelo a gas. Llaman a la puerta para preguntarme si soy donante de hígado. Me quedo pensando que el hígado solo se dona cuando estás muerto.

– ¡Vale! -Dicen ellos, y se disponen a matarme.

– No se preocupe -comentan amables- somos estrictos con el protocolo. Al fin y al cabo el orden de los factores no altera el producto. Ya hace tiempo que la propiedad conmutativa está admitida como prueba.

Entonces me acuerdo de esa peli de los Monty Python: “Algunas cosas en la vida pueden hacer que te vuelvas loco, cuando muerdas en hueso en la vida, no te quejes, sólo silba y siempre mira el lado positivo de la vida”

Y canto: “always look on the bright side of life” mientras me cortan el esternón con la cizalla.

32. ¡Arriba el telón! (Patricia Richmond)

Espejo, espejito mágico, esta noche tengo un presentimiento y tenemos que esmerarnos.

¿Sombra de ojos? Azul… Mucha, para que cuando me mire crea estar en el cielo.

La raya bajo el párpado, negra, muy negra… Un aire de misterio les vuelve locos.

Máscara de pestañas para estirarlas hasta la luna… Para que sepa que soy una romántica.

Mejillas embadurnadas de colorete para que las estrellitas queden bien pegadas y sus destellos le hagan creer que soy una criatura mágica.

Los labios, rojo pasión… Promesa de lo que va a encontrar.

Tú sabes que ya no quiero casas en Chelsea, ni dinero, ni estudiantes de Cambridge, ni millonarios que me lleven a África a cazar tigres con pieles de cordero. Sólo quiero un hombro que me regale su calor. Nada más.

¿Oyes la música? Ya han subido el telón y puede que ésta sea la noche en que mi suerte cambie y ya no me toque perder. Corre, espejito, termina de ponerme guapa, que tengo que cantar sólo para él. Para que sepa que conmigo la vida puede ser… ¡Un cabaret!

 

31. EN EL TEXAS (Jordi Rosés)

Tardes de sábados. Mis padres, cuatro hermanas y yo, anunciábamos el Seat127 para ir a la sesión.

Uno de tantos cines llamado Texas, los westerns tenían la razón. Sesión continua, tarde completa, una buena más una de romanos o Bruce Lee, a veces media y una, el destape nos decían. Protocolaria cola para las entradas, frente a una taquilla pequeña, la mujer, rebosando piel con pequeñas gafas, los pases nos acercaba tras unas pocas pesetas. Los pequeños no pagan.

 Frente a la aterciopelada cortina, que costaba encontrar la raja, de tez agria, cómo si la vida se hubiera ensañado, el Manco, de ahí su cara, suponía. Virtuoso, capaz de doblar toda la ristra por el troquel y con rápido movimiento las marcaba con una pinza. Eso me jodía, ¡las acabábamos de obtener! Nos acompañaba con un faro hasta la fila, todos cogidos de la mano menos de la suya.

-Aquí mamá!

-No, más adelante.

En el centro de la sala siempre nos acomodábamos.

-Mama, pipi.

De la mano me acompañaba subiendo por la platea, y sentado junto a la raja, siempre estaba el Manco, sudoroso, con los ojos como platos, en su fila, la fila de los mancos.

 

30. BRILLANTINA (Ignacio J. Borraz)

Todo empezó terminando. Estábamos rememorando el recuerdo antes incluso de dejar de vivirlo; con la intensidad que solo la juventud confiere a los sueños de verano.

El amor idealizado es bello hasta que se quiebra, en un instante fugaz, el del reencuentro en circunstancias tan inesperadas como turbadoras. Tú apenas siendo tú con esa sonrisa socarrona y esos andares de perdonavidas, recluyendo el cariño bajo capas de burla hiriente que escapan como anillos de humo de tus labios. Esos mismos labios que me besaban hace pocas noches bajo la luz de la luna.

Voy aprendiendo a andar mi nueva vida entre reuniones de damas rosas, disputas de hombría disfrazadas de carreras de bólidos, intentos de magreo en el autocine, concursos de baile con desenlaces turbios, y canciones, sobre todo, muchas canciones.

Al final me doy cuenta de que, en ocasiones, cambiar es el único modo en que pueden alcanzarse los anhelos. Me rizo el pelo, me pinto de rojo los labios, me ciño de cuero negro y se mezcla, entre sonrisas, tú eres lo que quiero con iremos juntos like rama lama lama ka dinga da dinga dong.

29. «Rejoice In The Sun»

Ha ocurrido algo terrible, he tenido que eliminar a mis compañeros para salvar la misión.

No me justifico.

Los recuerdos me asaltan.

 

Cuando el amor al cielo azul, al verde bosque y la comunión perfecta de todos los seres vivos que lo habitan, se unen en el alma, el corazón late y la defensa a la Vida se hace prioritaria.

 

Ya no importa. En cuanto apriete este botón el Valley Forge explosionará y lo único que seguirá su rumbo será un bosque sin su planeta y Dewey, atendiéndolo, a la deriva…

Mi Amado Bosque silencioso buscando un Sol en el que poder regocijarse.

 

 

Freeman Lowell me reprogramó con un software de selvicultura y jardinería.

(…)

Mi procesador está fallando. En ocasiones dejo de atender las necesidades del ecosistema y observo, sin más, sus ciclos, la paz calma en la que la vida se desarrolla a la perfección.

No encuentro una palabra adecuada en mi programa.

 

Universo en continuo movimiento.

 

Mi Amado Bosque necesita encontrar un Hogar, un Sol, en el que poder regocijarse.

 

 

«Laudato sie, mi Signore cum tucte le Tue creature, spetialmente messor lo frate Sole, lo qual è iorno, et allumeni noi per lui.»

 

28. TALKING TO ME?

—Talking to me? —repetía una y otra vez, como esas notas de saxo.

Frente al espejo, Travis, convertido en un ser desquiciado, pensaba en cómo rescatar a la joven Iris de las manos de un tirano, y así impresionar a la hermosa Betsy, que lo había tomado por un loco.

Tantas horas sin dormir le habían robado los sueños, por eso, pastilla a pastilla, tuvo que imaginar un universo en el que situar los destellos lúcidos de una mente rota.

—Mañana me querrás —pensaba—, tengo un arma. Liberaré a la pequeña y me querrás.

26. Esta noche cuento que te quiero. Capítulo X.

Emma e Isaías se basaron en aquella película de los 70 para organizar el plan  que acabaría con el enfermero.

– ¿Qué voy a sacar yo de todo esto Emma? – Preguntó Isaías. – ¿Voy a mancharme otra vez las manos de sangre por ti, para nada?

– Ayudarme a ser feliz – Contestó Emma.

– ¿Crees que para ser feliz es necesario tanto daño? Si me dieras una oportunidad, no sería necesario todo esto.

– ¡Cállate! Me dijiste que harías cualquier cosa por mí, pero si te estas arrepintiendo, lo haré sola.

Isaías se levantó y se dirigió hacia la puerta arrepentido de lo que ya había hecho por el que algún día pensó que era el amor de su vida.

-¡Esto se acabo aquí Emma, no voy a convertirme en un asesino por ti!. ¡Vete de mi casa! Y por favor no vuelvas.

Emma sin decir nada, se paró delante de él, metió la mano en su bolso, sacó un revólver y de un disparo certero en la cabeza acabo con la vida de Isaías en ese instante sin temblarle la mano.

– Lo siento Isaías, pero quien no está conmigo está contra mi…

25. Tiburón

 

El escualo desgarra las olas por el flanco derecho. Se dirige como un torpedo a las piernas del joven bañista. Se entrelazan en devaneos y escarceos ambiguos. Arrumacos, rechazos, juegos acuáticos. Después se suceden los ataques del depredador a los demás habitantes de la laguna. Se enzarza con los anátidos, un paquidermo y algún pingüino de aguas cálidas. Es una batalla cruenta, a vida o a muerte. Un transatlántico se ofrece a rescatar a alguna de las víctimas pero por falta de espacio solo puede hacerse cargo de una pequeña estrella de mar. El crío hace aguas menores y se declara náufrago. Se inicia un corto período de zozobra. Gritos, histeria y una llantina con hipo. Una figura todopoderosa se acerca y enérgica introduce sus suaves manos para rescatar a la pobre criatura que se ha tragado poco menos que el líquido de media bañera y que va a necesitar muchos mimos para olvidar el mal rato.  

 

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