Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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62. NO BAJES LAS ESCALERAS (Rosalía Guerrero Jordán)

Mamá siempre me dice que no baje las escaleras que van al sótano o vendrá el hombre del saco a por mí, igual que antes vino a por mis hermanos.

Papa se enfada cuando la escucha decir esas cosas, y le explica que no hace falta que me asuste, que soy un niño obediente y no voy a bajar. Yo le veo sonreír con los labios, pero sus ojos están tristes. Entonces, mamá sé mete en la cocina y hace ruido con las cacerolas para que no la oigamos llorar, y papá me envía a mi habitación a estudiar.

Algunas noches, cuando piensan que estoy dormido, bajan juntos al sótano y ponen música. Entonces, me asomo y los observo desde arriba mientras bailan y juegan con mis hermanos y con los otros niños que no conozco, pero que ya me he aprendido sus nombres de tanto escucharlos. Cuando acaban, papá y mamá los vuelven a encerrar en sus jaulas, quitan la música y apagan la luz. Y yo pienso que un día voy a bajar esa escalera porque, aunque la oscuridad me asusta y las jaulas son muy pequeñas, estoy cansado de jugar solo.

33 Responses

  1. Alberto Benito

    La soledad a veces llega a ser tan triste que hasta se puede preferir la cautividad, si es en compañía.
    Potente historia, Rosalía. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo, y mucha suerte!

    1. Rosalía Guerrero

      Pues sí, la soledad es terrible, más aún durante la infancia, cuando se necesita jugar y relacionarse con los demás. Ese tiempo marca el adulto en que acabas convirtiéndote.
      Muchas gracias por leer y comentar.

  2. María Gil

    Me encanta ese ambiente «surrealista» que hay en todo el relato y que nos hace plantearnos un montón de preguntas. Muy bien contado desde el punto de vista de ese niño solitario.

    Un abrazo, Rosalía

    1. Rosalía Guerrero

      Muchas gracias por pasarte y comentar, María. En realidad en mi cabeza la madre está loca y el padre, aunque cuerdo, la acompaña en su locura para proteger al hijo. Me temo que me ha quedado algo ambiguo!
      Un besote.

    1. Rosalía Guerrero

      Hola Rosa! Parece que no he contado lo que pretendia: que la madre está un poco p’allá y el padre le sigue la corriente. Aunque al final el resultado es el mismo: la soledad de un niño.

  3. ¿Unas escaleras que bajan a un sótano siniestro? ¡Marca de la casa, jajaja!
    En esta ocasión nos haces pensar que algo muy triste le ha sucedido a esa familia, para terminar mostrando una escena inquietante y, como bien dice María, algo surrealista. En cualquier caso, el conjunto resulta tenebroso, y más visto desde la perspectiva de ese pobre niño.
    Muy bueno, Rosalía, y pienso que podría tener fácilmente una continuación. ¿Te animas? 😉
    Besotessssss.

    1. Rosalía Guerrero

      Ay, sí, ya sabes que me encantan los sótanos terroríficos, aunque esta vez el terror ha dado paso a la tristeza del niño. Quizás lo alargue, que se han quedado muchos flecos sueltos.
      Besossss, sis!

  4. Ángel Saiz Mora

    Bajar esas escaleras supone vivir a.medio gas, la reclusión, una existencia a medias, sin alicientes. Se siente como una maldición de la casa, con unos padres impotentes, que soll pueden intentar alegrar un poco, algún rato, a esos hijos perdidos para siempre.
    Un relato tan inquietante como interesante.
    Un abrazo y suerte, Rosalía

  5. Sara SH

    ¡Qué bueno, Rosalía! Me gusta mucho el comienzo, cómo lo vas desarrollando y sobre todo la elipsis, me esperaba de todo menos eso, me has sorprendido. Y además de sorprender e inquietar le añades un toque de emotividad, con esos padres tristes y ese niño que se siente tan solito que valora someterse al cautiverio. Y todo en unas pocas líneas. Bravo, eres una diosa del género negro 😉
    Un abrazo y felicidades!

    1. Rosalía Guerrero

      Gracias, Sara, ¡lo de diosa me ha llegao! Creo que voy a rellenar la elipsis y hacer algo de mucho miedo y peligro, que sabes que me gusta.
      Otro abrazo de vuelta.

    1. Rosalía Guerrero

      Gracias, Susana, me alegro que te guste. La verdad es que la combinación de terror/misterio y niños es algo que siempre me motiva.
      Un abrazo!

    1. Rosalía Guerrero

      Gracias por tus palabras, Edita. La verdad es que los horrores, reales o imaginados, siempre son más terribles desde una mirada infantil.
      Un abrazo!

    1. Rosalía Guerrero

      ¡Hola, Mei! Pues novela no creo, pero un relato un poco más largo no te digo que no…
      Muchas gracias por leer y comentar.
      Un abrazote.

  6. MANUEL POZO

    Se pueden interpretar tantas cosas… quizas lo mejor sea no buscar explicaciones, que cada cual saque sus conclusiones, porque el relato es bellísimo, las preguntas abiertas muchas y el ambiente creado excepcional. Enhorabuena, Rosalía.

  7. Hola, Rosalía. Si de interpretaciones hablamos, yo también interpreté que en ese sótano había niños cautivos, literalmente, y que al hijo los padres lo tienen excluido de relacionarse con ellos por una razón que escapa a nuestro conocimiento. No pensé que la madre estuviera loca, más bien me fui por el lado de lo perverso de que alguien tenga niños encerrados y de que a un niño no se le permita socializar ni crecer en un ambiente natural para él… Más allá de lo que vos quisiste escribir y contar, creo que la riqueza de tu micro radica en las variadas interpretaciones que permite, y para completarla, tiene un final desgarrador…

    Como siempre, un gusto leerte.

    Cariños,
    Mariángeles

  8. Terrible y potente historia la que nos traes, Rosalía. ¿Cómo una madre puede llorar y permitir esa perversidad al mismo tiempo? ¿Cómo pueden unos padres incluso bailar con esa colección de niños esclavos? Supongo que son dos mentes enfermas. Al niño se le entiende mejor. Aunque sienta intriga y miedo, la soledad se le hace insufrible. Muy bien contado y ambientado este micro tan inquietante. Un abrazo y suerte.

    1. Rosalía Guerrero

      Muchas gracias por tus palabras, Juana. Sí, la verdad es que habría que indagar en la mente de esos padres, aunque a veces se escuchan cosas peores en las noticias.
      Un abrazp!

  9. Coincido con los comentarios anteriores: inquietante y siniestro (los vuelven a dejar jaulas muy pequeñas y apagan la luz)…
    Creo que nos tendrás que explicar algo más esto de «en mi cabeza la madre está loca y el padre, aunque cuerdo, la acompaña en su locura para proteger al hijo»… Ahí nos tienes a todos dándole vueltas, jaja.
    Un abrazo.
    Carme.

    1. Rosalía Guerrero

      Ay, sí, definitivamente tengo que escribir algo más largo sobre esta idea, ¡aunque sea para despejar las dudas!
      Un abrazo para ti también.

  10. Pilar.C

    Hola Rosalía. Yo no sé lo que se te pasó por la cabeza cuando escribiste este relato, pero has conseguido meterme miedo, imaginar cosas horrorosas y sentir una pena tremenda por ese niño que tal vez termine como sus hermanos.
    Tiene todos los ingredientes para un microrrelato de terror.
    A pesar de lo terrible, me ha encantado.
    ¡Genial!
    Un abrazo

  11. Jesús Navarro Lahera

    Vaya, Rosalía, qué historia más bien narrada con esa voz de niño y qué oscura y tenebrosa. Dan escalofríos de pensar qué habrá empujado a esos padres a hacer lo que están haciendo, y también de meterse en la piel de ese niño cansado de la soledad. Bravo. Un abrazo y mucha suerte.

    1. Rosalía Guerrero

      Gracias, Jesús. Me temo que no he contado exactamente lo que quería, pero si que he transmitido el mal rollo.
      Abrazo para tí también.

  12. Rafa Heredero

    Qué microrrelato tan inquietante. Tremendas esas imágenes de los padres cuando bailan en el sótano y cuando encierran a los niños. Y cuando apagan la luz. Y el deseo del niño. Buf…
    Un abrazo y suerte con tu microrrelato gótico, Rosalía.

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