53. Aromas (María Rojas)
La abuela cuenta que nosotros estamos en este mundo gracias al café. Hace cincuenta años un hombre al otro lado del río cargaba la escopeta para matarse. Ella colaba café. El viento llevó la fragancia marrón por las ondulaciones del paisaje. El hombre aspiró vida. Atravesó el puente colgante, y llegó hasta el aroma. Ese hombre es mi abuelo.
María, un microrrelato genuino. Originalmente construido. Comenzar por el desenlace crea en el lector el ansia por conocer la historia.
Muy bueno.
Te felicito por la sencillez y la creatividad del mismo.
Un abrazo grande.
Anda, que suerte para el abuelo y para la protagonista que han podido vivir gracias a la abuela cafetera.
Bravo María, un micro de los tuyos. Breve pero intenso y… con aroma.
Feliz tarde.
Salirse de los cánones clásicos, que señalan que lo lógico en cualquier historia es comenzar por el principio y hacerlo bien, tiene mucho mérito.
detalle, en este caso, un aroma, puede ser tan importante como para llegar a salvar una vida, a cambiar otra, a formar una familia y a crear otras nuevas. Todo ello, narrado con las palabras exactas, de forma nítida e intensa.
Un abrazo y suerte, María
María, antes de la palabra «detalle» había escrito «Un», pero por algún motivo que se me escapa no ha aparecido. Los duendes informáticos son así de caprichosos.
Otro abrazo
Gracias chicas y chico por comentar un micro aromado.
Abrazos marineros.
María, tan sencillo, tan pequeño y una historia tan grande. Enhorabuena. Un abrazo.
Precioso, escueto y gigante al mismo tiempo, María. Me ha gustado mucho.
Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Siempre me costó entender por qué me apasiona el olor a café recién hecho si odio su sabor. Ahora ya lo sé: huele a vida.
Me alegro por la abuela, pero más por el abuelo…;) El olfato es el más visceral de los sentidos y a las pruebas de este micro no exento de sinestesia me remito. Decir que me ha encantado es poco…
Cariños,
Mariángeles
Has contado mucho en pocas palabras. Buen trabajo con ese aroma cafetero. Suerte. Un abrazo
La alegría de quien escribe es lograr que a los lectores les guste.
Gracias: Helena, Nani, Edita, Mariángeles y Pablo.
Lo bueno, si breve dos veces bueno, aunque sea un tópico, María.
Besito virtual.
Precioso relato, poquísimas palabras y mucha vida dentro. Se huele ese aroma al leerlo y se imagina la escena, pero no solo le deben la vida al café, la muchacha que colaba el café es la que de verdad tiene el mérito. Bravo por ella.
Felicidades por el relato y por el sabroso café.
Besos
Como ya te han dicho, breve y muy intenso, tanto que casi podemos oler ese café, que de bueno es el mejor.
Placer leerte, María.
Gracias por los buenos comentarios; María, Asunción y Manoli.
Besotes.