24. Dinastía equivocada
La misión era fácil, ella desconectaba la alarma del chalé de sus abuelos y yo cogía el jarrón chino de la vitrina de Luis XV. Luego, lo llevábamos a la casa de empeños y, con el dinero obtenido, nos fugábamos juntos. Cuanto más lejos, mejor. Un plan sencillo que salió bien, aunque solo nos llegó para dos billetes de metro y, antes de la cena, estábamos de vuelta cada uno en su casa.
¡Qué bueno, Aurora! Ojalá esa joven pareja puedan fugarse juntos y cumplir sus sueño. Espero que si vuelven a planear un golpe atinen mejor…
Un abrazo y suerte.
Rosalía, mil gracias por tu comentario. A ver si para la próxima vez atinan mejor jajaja
Abrazo
Un título muy buen colocado y que lo dice todo. Aunque si se quieren seguirán intentándolo. Y de paso aprendan a no coger por el camino de enmedio.
Cortito y didáctico.
Muchísimas gracias por tu comentario, Rosa, eso intenté con el título… Bien cierto lo que dices que el camino del medio no les ha conducido al puerto deseado.
Abrazo
Planteamiento, nudo y desenlace en tan pocas palabras. Así es como debe de ser un buen micro. Tiene historia y además el título es una buena pista.
Me ha encantado Aurora.
Saludos
Mil gracias por tu comentario, Pilar. Pienso que es complicado diferenciar una buena réplica de una pieza auténtica Ming, es algo que siempre me ha llamado la atención (y no he podido evitar escribir sobre ello jajaja)
Abrazo
Jajaja, menudos piezas y menudo fiasco el dichoso el jarrón chino. Yo, romántica empedernida, espero que les sirva de lección y que la próxima vez lo consigan, pero de manera más legal.
Suerte y besos, Aurora.
Sí, sí mejor que se dejen de planes fáciles. Lo bueno es que seguro que los dos tortolitos lo pasaron bien preparándolo jajaja
Mil gracias por comentar, Ana María
Abrazo
Magnífico micro, Aurora. Cuentas una gran historia en pocas palabras y con un gran mensaje. Te felicito. Un fuerte abrazo.
Mil gracias por tu comentario, Javier. Y un gran fiasco para los dos enamorados jajaja
Abrazo
Vaya chasco! Un relato muy ocurrente y simpático. La bueno si breve…
Saludos y suerte!
Un chasco en toda regla, jajaja
Muchísimas gracias por tu comentario, Paz
Abrazo
Hubiera sido mejor, aunque más farragoso también, llevarse la vitrina Luis XVI.
Un relato divertido que muestra que no es oro todo lo que reluce, y que la intención es lo que cuenta. Estos jóvenes están dispuestos a todo para estar juntos.
Un abrazo y suerte, Aurora
Ángel, qué bueno tu comentario, me los he imaginado con la vitrina a cuestas y calle abajo jajaja
Es bien cierto lo que dices, no es oro todo lo que reluce.
Muchas gracias por comentar
Abrazo
Jajaja…lo bueno de tu microhistoria es lo claro que se ve el hecho aquel que dice » de ilusión también se vive». Si el amor de tus personajes es verdadero, ya encontrarán otro motivo, u otro robo, que los ilusione a seguir juntos.
Nos leemos.
Es verdad, Isabel, al menos la ilusión que no se pierda jajaja
Mil gracias por comentar
Abrazo
Tremendo ojo resultó tener la parejita para las dinastías – tremendo de malo, porque el jarrón resultó ser «trucho», como decimos acá en Argentina – de otro modo, hubieran llegado más lejos con los euros y el kilomentaje en su intento de fuga… la verdad, enternecen, y me hicieron acordar de un programa del canal History 2, «El precio de la historia»…
Un micro que, a diferencia del jarrón, es auténtico y finísimo, Aurora, te felicito…
Besos patagónicos 😘😘😇😇
Qué bueno lo de trucho, esa expresión me la apunto jajaja
Mil gracias por comentar, Mariángeles. Muy interesante el programa que comentas, ya lo voy a buscar.
Abrazo mediterráneo
Bueno, corto y divertido a pesar de su infortunado desenlace.
Abrazos.
A ver si aprenden algo de ese infortunio… O quizás no y siguen pensando que era un buen plan jajaja
Muchísimas gracias por comentar, Mª Patricia
Abrazos