61. Otsukaresama deshita (¡Gracias por su trabajo!)
La señora Akaji es una de las mejores clientas de la agencia Family Romance. Como no le gusta disfrutar sola de las numerosas aficiones que cultiva desde que se jubiló, se ve obligada a alquilar una amiga cada vez que la ocasión lo amerita: el estreno de una ópera, la visita a una exposición de ikebana, la presentación del último libro de Murakami, su autor favorito. Hasta ahora nunca ha repetido compañía, quizás porque —aunque sabe que las normas de la agencia lo prohíben de forma estricta— sueña con que en alguna ocasión una de sus acompañantes le proponga encontrarse de nuevo, sin contrato ni remuneración, solo por el gusto de volver a pasar juntas un rato agradable.
Hoy el señor Ishii, dueño de la agencia, se ha puesto en contacto con la señora Akaji. Con un tono neutro, que disimula cierto embarazo, le ha ofrecido darle trabajo, al menos por un día. Ante la alegre sorpresa de ella, ha terminado explicándole que la señora Kobayashi, la empleada con la que compartió la semana pasada el taller de origami, se sentiría sumamente feliz de contratarla, a su vez, para dar un paseo por el parque Yoyogi.
No importa de qué cultura se sea, en cualquier parte del mundo los seres humanos necesitan socializar. Tu protagonista acaba alcanzando su objetivo, aunque le hubiese gustado más que requiriesen su compañía por el puro placer de hacerlo, sin relación laboral de por medio, aunque si se la requiere, pir algo será.
Los japoneses, tan singulares para nosotros en tantas cosas, es probable que utilicen y alquilen estos servicios
Un abrazo y suerte, Elisa
Ay, Elisa, me encanta el micro, desde la premisa de contratar amigas para las ocasiones especiales, hasta el desenlace feliz. Al fin ha encontrado alguien con quien compartir más cosas. Espero que a partir de ahora se vean sin engorrosos contratos de por medio.
Un abrazo y suerte.
Elisa, y lo malo de esto es que será verdad. ¡La condición humana! Cada vez más distantes unos de otros. La gracia es que en Japón tienen un término que es el Ikigai , viene a ser como el propósito de vida de cada persona. Tan analistas y razonadores y por otro lado tan individualistas, lo peor es que las sociedades “desarrolladas” van todas por estos derroteros.
Si es que estamos condenados a extinguirnos.
Un relato que da mucho que pensar.