Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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57. EFECTO INVERNADERO (Edita)

Viudo y sin herederos, Jesús despide a los trabajadores, abandona los cultivos y se retira a consumir salud y capital. Camila, una de las jornaleras perjudicadas, algo más joven que las otras, deja su casucha alquilada y se arriesga a cambiar de aires. Después de largos meses malviviendo en la ciudad, retorna a la misma aldea con la intención de buscar cualquier empleo por la zona y ocupar con discreción un invernadero del antiguo amo. Escoge el mejor: es de vidrio, se ve menos deteriorado que los de plástico y está alejado de las viviendas. No será un palacio, pero en sitios peores ha dormido. Camila sabe por experiencia que disponer de un techo fijo donde cobijarse resulta fundamental en las entrevistas laborales. Amuebla su nuevo habitáculo con una hamaca vieja, la maleta medio vacía, un cubo… Por suerte, el grifo de riego sigue funcionando. También perduran unas cuantas hortalizas todavía comestibles, además de bastante hierba que arrancar. En días sucesivos, agrega algunos alimentos básicos y un hornillo portátil. De noche, pasa frío; cuando luce el sol, como no hay habitantes cerca, se va desnudando poco a poco hasta quedar en cueros, para no achicharrarse. Jesús compra unos prismáticos caros.

 

1 Response

  1. Ángel Saiz Mora

    Ese empresario estaba en su derecho de.liquidar el negocio. Aunque hubiera sido algo muy humano, no tenía obligación de preocuparse de lo que les sucedería a sus exempleados/as. Hasta aquí, todo más o menos correcto, aunque roce lo poco ético, todo menos esos prismáticos. Dan ganas de que le sobrevenga algún escarmiento.
    Un abrazo y suerte, Edita

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