98 AL OTRO LADO DE LA SOGA (La Marca Amarilla)
No es como yo imaginaba, es muchísimo peor.
Ver a mi mujer y a mis hijos rotos, rabiosos, llorando al lado de mi cadáver trajeado, cerúleo, aparentemente muerto, ver a mi madre casi sin aliento del sufrimiento, herida, dolorida por perder a un hijo…
Ha sido lo más duro que he vivido desde que estoy muerto.
Nadie me advirtió de que yo sería consciente del daño que causaría tras mi egoísta huida del mundo que conocemos. Tan solo quería eludir mi triste tormento, mi eterna queja, dormir mi alma y olvidarme de todo.
Para siempre.
Ahora, encerrado en esta mohosa oscuridad, en la soledad del sepulcro, con una simple lápida separando ambas dimensiones, debo padecer también el dolor ajeno.
Y no sé por cuánto tiempo.
Intuyo que para toda la muerte Marca. No se me ocurre mayor tristeza que la de contemplar el dolor de los tuyos por tu pérdida, aunque creo que sería peor el no dolor. Buen disparo Marca!!!
Suerte!!!
Abrazos!!!
Gracias, Lagarto!! Un sufrimiento eterno!! Nunca lo sabremos…
ABRAZOOOO!!! 😉
Es una cuestión a plantear, motivo de discusión y sin respuesta clara: Quien se quita la vida ¿tiene mucho valor o es un cobarde? El caso es que todas nuestras acciones, como también lo que dejamos de hacer, tienen una consecuencia. Más una desaparición repentina y dolorosa. Si tu protagonista hubiera sabido lo que conoce ahora, la tristeza que iba a causar, tal vez habría recapacitado. Tampoco le hubiese venido mal ponerse en el lugar de los demás y sus problemas, personas que, a pesar de los pesares, como decía Víctor Manuel, amanece el día y echan a andar.
Un relato desde el «otro lado», con frases memorables, como: «Lo más duro que he vivido desde que estoy muerto».
Un abrazo y suerte, Marca
Gracias por tu comentario acertado, como siempre, Campeón!!
Cobarde o valiente, siempre es una huida sin mochila… O eso creemos!!
Saludooooss!!!! 😉
A mí también me ha impactado la frase que cita Ángel. El relato es mucho más, pero solo esa oración justificaría un micro.
Muchísimas gracias, Edita!!
La frase es un contrasentido, como casi todo!! 😉
Saludos!!
Un juego muy hábil con el tópico de que al morir dejamos de estar. Ya de dejó de sufrir, se suele decir. ¿Y si no es así? Aquí está resuelta la gran pregunta. Y de la forma más cruel.
Gracias, Antonio!!
Si, y así dejo de sufrir, y así descanso… Etc.
Pero no lo sabemos…
Saludos!!! 😉
Todo lo que suceda una vez muerto, pertenece sólo a uno mismo. Él ha querido contarlo y contar la tristeza que deja y que ve pero su sufrimiento lo tiene merecido por cobarde y egoísta. Buena apuesta, suerte!
Gracias por el comentario, Montesinos!!!
Es cierto que sufre, y hace sufrir… Pero lo peor es verlo y sentirlo, y no ver el fin!!!
Saludos!! 😉
Curioso punto de vista… Uno quiere dejar este mundo para no llevar más la carga que soporta, y cargará para siempre con el dolor que provoca en los otros por irse de esta manera. Ay, si hubiera segundas oportunidades en este punto…
Ingeniosa historia, Marca.
Un saludo.
Carme.
Si, Carme… Si hubiran segundas oportunidades!!
Gracias por tu comentario!! 😉
Saludos!!
… hubiera…
Muy original historia desde una perspectiva muy interesante. Buena propuesta, Marca. Un abrazo y suerte.
Gracias, Pablo, por tu comentario!!!
Se agradece mucho!!!
Saludo!! 😉
Por muy doloroso que parezca, tu protagonista dispone de toda una eternidad para acostumbrarse a la tristeza y la nostalgia. Aunque, a veces, no es suficiente.
Buen micro, Marca. Mucha suerte.
Besos apretados.
Muchas gracias por tu comentario, Pilar!!! Tienes razón, a veces no es suficiente…
Un saludo!! 😉
Este relato merece estar entre los ganadores.
¡Enhorabuena Marca!
Un saludo.
Gracias, Antonio!!!
Un saludo!! 😉
Es muy probable que lo único que mantenga con vida a muchos suicidas sea evitar el daño que puede causar su muerte a sus seres queridos. Y ser consciente de ello ya debe ser terrible. Excelente micro. Enhorabuena.
Muchas gracias, Javier, por tu comentario!! Y muy acertada tu reflexión! Hay un equilibrio muy difuso entre el amor y el dolor.
Saludos!! 😉