Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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COMUNICACIÓN DE AN0NIM0US 23 /1

La globalización es un error.

Puede parecer que todos somos iguales. Como una bandada de estorninos que se mueve sin criterio propio, al son de un pensamiento único, de esa alienación de las individualidades por el poder de una sociedad sin conciencia. Pero cuidado con las apariencias. Tras esa aparente semejanza se encubre una estrategia de protección, detrás de ese aspecto reconocible y uniforme, detrás de la máscara, se guarda aquello, todo aquello, que nos diferencia.

Somos una inmensa bandada… de extraños.

 

Nuestro jurado, reunido detrás de ese muro en el que se escriben las ideas que dibujan nuestra existencia, ha leído con cuidado las 47 historias que habéis enviado a las sombras. Ha habido que descartar nada menos que 6 por no cumplir la condición de incluir una palabra del lema en el título: parecía tan sencillo… Y otro de los relatos, después de pasarlo por varios contadores también ha habido que eliminarlo por superar las 111 de la propuesta.

Del resto de historias, copiadas desde el archivo del formulario que recoge los textos, ha permitido al jurado leerlas sin conocer la autoría que se esconde detrás de esas máscaras de sabios griegos de la antigüedad. Hemos ideado un modo de selección combinando las valoraciones de los tres integrantes, conocidos por todos vosotros en el mundo de la luz.

Y de ese proceso se ha obtenido un resultado que hoy hacemos público.

Estos son los relatos que pasan a

la fase final del Anonimous 23 /1

 

1 TODOS, NADIE, de Heráclito

Me reconocí entre el público mientras seguía un programa de la tele en directo. En el autobús aparecí de nuevo, cediendo el asiento a una embarazada. Ya en el parque, paseaba a un niño de la mano. También me pareció verme entre las sombras besando a una hermosa mujer en un portal, pero tengo mis dudas porque estaba muy oscuro. Un rostro tan vulgar y corriente como el mío tiene sus ventajas, como disfrutar de tantas vidas en una sola.

 

2 ATRÉVETE A SER TÚ MISMO, de Epicuro

Recibió mensajes anónimos. Le rogaban que votase a favor de una ley del Gobierno beneficiosa para el medioambiente, a lo que su partido, en la oposición, se negaba por estrategia política.

Ese grafiti junto al portal, una frase de cinco palabras, le motivó a actuar en conciencia, al contrario que sus compañeros. La norma resultó aprobada gracias a su voto.

Fue multado por romper la disciplina de grupo. Su hija, miembro de las Juventudes del mismo partido, sintió orgullo. Su padre era alguien preocupado por el bien común por encima de las siglas. Elegida años después presidenta de la nación, aún conserva aquel spray con pintura.

 

3 NO SOMOS NADIE, de Sófocles

Siempre que durante el crepúsculo los vecinos salían a tomar el fresco, la charla acababa en discusión. Nunca faltaba el que decía que en aquel barrio todos eran iguales, mientras otros aseguraban que no, que eran evidentes las diferencias de cada uno. Esos momentos tensos terminaban cuando el más viejo del lugar sentenciaba con un “¡paparruchas, nosotros ya no somos nadie”, y entonces todos -como almas en pena- tomaban el camino de sus sepulturas.

 

4 SER COMO NADIE, de Anaxágoras

Sus trabajos en química experimental lo destacaron como uno de los científicos más brillantes del planeta, aunque él deseaba ser el mejor. Se encerraba día y noche en su laboratorio buscando algo que lo diferenciase, y descubrió una sustancia que hizo invisible a su perro. Al constatar el éxito del experimento, se bebió su preparado y desapareció. Nadie lo echa de menos desde entonces y le resulta doloroso el anonimato. No obstante, ahora se pinta la cara con una expresión muy seria, se viste de negro y se está convirtiendo en el humorista más aplaudido del país. Quizá no destaque por sus chistes, pero es insuperable imitando los ladridos de perro.

 

5 NADIE NO SERÁ NUNCA TU NOMBRE, de Platón

Al otro lado de la tapia del cementerio, allí donde los yonkis buscan camello, los viejo alivian su próstata y los niños corretean entre la basura, he pintado un corazón.

No. No es como los demás. Ni es rojo ni tiene flechas y menos aún iniciales.

Es sólo un trazo oscuro. Una señal para no olvidarme de dónde está tu nicho y también mi muerte.

 

6 SER O NO SER, de Sócrates

Me levanté temprano para calentar, venía muy bien para afrontar la maratón. Desayuné algo de proteína y cuando llegó la hora me dirigí al punto de llegada. Sí, al punto de llegada. Me ajusté las zapatillas, me puse a botar un poquito sobre el suelo, miré el reloj y eché a correr. La gente de la organización empezó a hacerme aspavientos y a decirme por megafonía que iba al revés; el público me hacía fotos y me advertía también. Me crucé con quince mil corredores y llegué a la salida. Quién quería ganar la carrera, salí en todos los medios y esa fue siempre mi verdadera meta.

 

7 LA ECUACIÓN DE MI SER, de Parménides

Que prefiera las camisas de algodón, las mangas largas, o el café en vaso me vienen por parte de padre. De mi madre saco el gusto por los encurtidos, que nunca entro en los ascensores con el pie izquierdo, y dormir del lado derecho. Luego están las cosas que me ha enseñado la experiencia, que si no llevo gafas de sol cuando me acerco a las pequeñas a preguntarles cualquier tontería no desconfían, que es más útil alquilar coches con maletero espacioso, y pagar siempre en efectivo. Y por último, los consejos que encuentro en internet para difuminarme entre todos hasta convertirme en nadie.

 

8 COMO TODOS, de Pitágoras

Revisará los mensajes en su móvil mientras desciende por las escaleras mecánicas. Escuchará el pitido de las puertas del metro mezclado con la música de los auriculares. Subirá al vagón sin prestar atención al resto de los viajeros, como siempre. Ojeará los titulares de las noticias asociadas a su perfil en su red social favorita. Aborrecerá a quien asalte su espacio o invada cualquiera de sus sentidos. Saldrá del vagón, del andén, de la estación sin preocuparse por el resto del mundo. Llegará a la oficina, fichará malhumorado y encenderá el ordenador de su cubículo. Almorzará, comerá y, a las cinco, desandará todo el camino pensando que es único.

 

9 HIJOS DE NADIE, de Zenón

Gloria y los demás saltan el cerrado de la iglesia. Entre los restos de la antigua espadaña y una concha bautismal de mármol, herida por el tiempo y la intemperie, descubren el viejo cementerio monacal. Hay restos de lápidas, en las que quieren intuir apellidos afines, y huesos que parecen humanos. Hurgan los niños, párvulos profanadores, hasta encontrar las calaveras. Fantasean con el parecido de la que ha exhumado cada uno, hasta que unos guacharros de lechuza, que chirrían en el interior de una campana vieja, llaman su atención. Menos la de Gloria, incapaz de escapar del balazo que atraviesa el cráneo que sujeta entre las manos.

 

10 SER EN SERIE, de Demócrito

Aún obran una magia efímera cuando algún lector abre las tapas de un libro impreso en papel para saciar su curiosidad. La optimización comenzó ―como suele suceder― con los débiles y los estrafalarios. Primero desaparecieron la elle siamesa y la che que tanto abultaba. La ignorancia silenció la hache muda y prosiguió con un genocidio de familias: bes y uves, ges y jotas. Llovieron las tildes dejando las vocales calvas. Simplemente con las cinco podemos expresar los conceptos básicos. Gracias a eso pudimos deshacernos de nuestros complicados órganos de fonación. Y los más selectos seguimos evolucionando. Un brazo, una pierna, un ojo; nada más necesitamos para la eficiencia del ser humano.

 

11 NADIE VIAJA AL FUTURO, de Aristóteles

Soy como todos. Salgo dormido de casa antes del amanecer. De camino a la fábrica enciendo el primer Celtas. Siempre olvido la corriente de aire que campa por la calle del bar de Alfonso y que me abofetea diciendo –¡espabila, que con esa chamarra vas a morir de frío! Hoy anticipo risas con los merengues tras el golazo de Ratón Ayala.

Pero ya no hay viento, una mole construida donde se encontraba la fábrica, corta su paso y en lugar de Bar un cartel anuncia Tienda vintage.

Parado frente al escaparate veo reflejada mi vieja chaqueta de ante y no entiendo que pasó con el tiempo, ni quien soy ahora. ¿Nadie?

 

Ya conoces las propuestas que aspiran a hacerse con el primer Anonimous de 2023, estrenar el recopilatorio de este año y ser el primer candidato a la gran final de 2023. Además, el relato ganador ganará una ilustración de nuestro admirado Fernando Martínez.

¿Nos ayudas a elegirlo? El jurado de las sombras ya se encuentra preparado y vosotras, almas justas, podéis aportar vuestra opinión hasta el proximo 28 de enero votando a TRES de estos relatos a través del formulario que se abrirá al hacer click sobre la máscara.

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