Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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14. ARTÍCULOS DE COLECCIÓN (Mariángeles Abelli Bonardi)

Afilo mi espada y pienso que, en cierto modo, colecciono reglas; estas reglas por las que yo y los que son como yo nos regimos:

*Los duelos son uno a uno, con armas blancas; el vencedor recibe el poder del vencido.

*Al recibir el poder, si se es lo suficientemente fuerte, se heredan los recuerdos y el saber del adversario.

*El suelo sagrado tiene energía similar a la nuestra, por eso está prohibido luchar en él; de ser así, perece el vencedor.

*Perder la cabeza significa el fin. El punto a no descuidar es el cuello.

*No podemos revelar nuestro secreto ni tener descendencia (lo más doloroso es ver partir a los que amamos).

*Sólo puede quedar uno, ése que después del encuentro final será el último de todos.

La tienda de antigüedades es y siempre ha sido una fachada…

Mi nombre es Duncan MacLeod.

Nací en las Tierras Altas de Escocia.

Tengo cuatrocientos años y soy inmortal.

12 Responses

    1. ¡Gracias, MODES! No sé si la serie que se emitió entre 1992 y 1998 cuenta como «secuela» de esa gran película de 1986 (yo era muy chica entonces; contaba con 12 años), pero en todo caso, es a ella a quien va dirigido mi homenaje, porque fue la serie la que me hizo entrar al universo de Highlander, con sus flashbacks de lugares y épocas pasadas y sus duelos a muerte…

      Me encanta que el micro te haya gustado.

      Un beso,
      Mariángeles

  1. Ángel Saiz Mora

    La inmortalidad es una de las pretensiones del ser humano, quizá la mayor de ellas, pues, según parece, es la única criatura conocida que es consciente de que algún día morirá y haría cualquier cosa por evitarlo.
    Los preceptos por las que se rige tu personaje, una colección de objetivos a tener en cuenta de forma obligada, van encaminados a ese objetivo de perdurar, incumplirlos conlleva fenecer, de ahí que sean tan importantes y su acatamiento del todo estricto. La vida, inmortal o no, siempre implica lucha, afán y tensión constante, será por eso que cuando alguien muere se dice que «al fin descansó».
    Es muy esta visión para el tema propuesto del coleccionismo, siendo, al mismo tiempo, un homenaje a una serie exitosa del séptimo arte.
    Un abrazo y suerte, Mariángeles

    1. Hola, ÁNGEL. Me alegra que el micro te haya parecido original (me tomé la libertad de elegir este adjetivo para ponerlo en el lugar del que a vos se te escapó en el último párrafo, jaja). En mi lista de posibles coleccionistas estaban los coleccionistas de vidas pasadas, pero como de reencarnación sé más bien poco, derivé el tema hacia los inmortales y eso me dio oportunidad, en cierto modo, de revisitar la serie que marcó mis años de facultad y durante seis temporadas me tuvo enganchada…
      «La vida es lucha, afán y tensión constante», como bien decís, y es una regla dura, difícil de ignorar… pero ya lo dice el refrán, «el que no arriesga, no gana», y a eso el «highlander» lo tiene bien claro.

      Otro abrazo y suerte para vos,
      Mariángeles

  2. María Jesús Briones Arreba

    Somos tan contradictorios que si existiese la inmortalidad, no estaríamos de acuerdo y buscaríamos formulas para escapar de este mundo. Aguantar la rutina, sufrimientos e incertidumbre diaria se nos haría eternamente insoportable.
    Muy creativo tu micro, Maríángeles, por la forma e imágenes que nos ofreces.
    Mucha suerte

    1. ¡Muchas gracias, MARIA JESÚS! Pienso igual que vos. Si el ser humano fuese inmortal, haría lo que hace siempre, que es buscarle la quinta pata al gato… Desde lejos la inmortalidad se ve ideal y perfecta, pero basta acercarse un poco a la historia de Duncan MacLeod para darse cuenta de que su inmortal vida está lejos de ser ideal, y mucho menos perfecta…

      Me alegra que el micro te parezca creativo.

      Mucha suerte y un beso para vos,
      Mariángeles

  3. Milagros Sánchez

    Partiendo de de los preceptos imperantes en la famosa serie televisiva «Los inmortales», que desconocía y que con ingenio nos ocultaste para despistarnos (¡qué trasta eres!), nos planteas una reflexiva y curiosa historia que aborda perfectamente el tema del coleccionismo en su vertiente dramática y obsesiva.
    Sí, estas reglas por las que todos los «inmortales» se deben regir si no quieren cambiar su destino y perder dicho poder, les obliga a ejercerse como valerosos luchadores en su misión en la vida de lograr la victoria frente a sus rivales, cuya colección atesoran como muestra del mérito y entrega a una inquebrantable causa que requiere de falta de escrúpulos morales y valentía.
    El comportamiento humano siempre tratando de evadirse de sus responsabilidades y el rechazo a sus consecuencias.
    ¡Felicidades! Mariángeles por tu estupenda propuesta y mucha suerte.
    Un abrazo.

    1. Hola, MILAGROS. Pese a lo «trasta» que fui (me encantó ese adjetivo, jaja), me alegra haberte acercado a una serie que ya tiene sus años pero que en su tiempo fue muy exitosa y muy digna de ver, porque no sólo mostraba el lado fascinante de la inmortalidad, también su lado más terrible: la decapitación; pues sólo decapitando a otros inmortales y evitando ser decapitado él, es que un inmortal recibía el poder que lo perpetuaba y lo hacía inmortal… así que sí, ésta sería una vertiente dramática del coleccionismo donde tener inmortalidad equivale a «coleccionar» cabezas…

      Qué gusto que mi propuesta te parezca estupenda 🙂

      Otro abrazo y mucha suerte para vos,
      Mariángeles

  4. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles.
    Hace poco han repuesto la película por en la tele y, casualidades de la vida, la vi. He de decir que la recordaba mejor de lo que en realidad es. El montaje final es una chapuza, tiene algunos cortes que ni para qué te cuento. No es que le pida peras al olmo, sé que tiene su tiempo y no se puede comparar a lo que se puede hacer hoy por hoy con todos los avances tecnológicos. Muchísimo mejor tu relato «tributo», ni punto de comparación.
    Una colección original sería una de abrazos, aquí te mando uno estupendo.

    1. Hola, BARCELÓ. Un gusto que mi «relato-tributo» (más que a la peli, a la serie) te haya gustado. Considerando que la peli es de 1986 y la serie de 1992, se entiende que los efectos especiales de entonces se hayan convertido en «defectos especiales», sin embargo, creo yo que es por eso mismo que, al menos en mi caso, se las ve y se las quiere aún más… y ahora que decís que la viste en la tele, me dieron aún más ganas de volver a verla, jaja…

      Te retribuyo el abrazo estupendo y te mando un beso,

      Mariángeles

    1. «El protagonista, en el fondo, colecciona pedazos de vida que va robando a los vencidos»… una interpretación certera, precisa y por demás de bella.
      Gracias, EDITA, por tus comentarios cortitos y al pie, pero siempre deliciosos.

      Un beso grande desde la Patagonia Argentina,

      Mariángeles

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