01. El camino (Jesús Garabato)
La frescura de la madrugada y lo evocador de sus sonidos lo acompañan: el relincho de un, a sus ojos, invisible caballo en libertad; una ráfaga huidiza; el ulular inesperado de algún moucho vigilante y solidario… También el olor de la tierra húmeda y antigua, o el de la acre salinidad del mar, presentido cada vez más cerca. Cubierto por las espesas y hermanadas copas de los bidueiros, avanza sobre la agreste frouma que algún día, no tan lejano, estuvo viva. Nada alcanza a atenuar la cadencia esperanzada de sus pasos.
Empieza a amanecer. Más allá de las cunetas, entrevé la estampa vigorosa de los fentos y los toxos que, engarzados, lo escoltarán en el último repecho del camino. Atrás quedaron las sirenas, los gritos, los culatazos… Cumplirá su promesa. Ahí abajo lo espera San Andrés.
El camino de la esperanza hecha realidad, bello paisaje el que nos narras, de forma tan literaria y hermosa además. Ahora hay que cumplir con la promesa hecha, como persona de honor, y peregrinar para cumplir con el Santo interventor en la culminación del destino propicio. Ni más, ni menos que San Andrés, al que Jesús dijo que haría «pescador de hombres».
El camino es siempre metáfora de la vida. Que el camino sea amable contigo, compañero. Un abrazo.
Hola, Ángel. Agradezco mucho tu lectura y las amables palabra que me dedicas. Abrazos.
Me has llevado con tu maravilloso relato a San Andrés de Teixido, cuánto más lo leo, más me voy acercando a comprar rosquillas y figuritas de pan.
Por suerte, ya he ido de viva, pero…quien sabe si volveré.
Un abrazo, Jesús.
Muchas gracias, Pilar. Me alegran tu lectura y comentario. Yo soy también de los que he tenido la suerte de haber ido de vivo, así que más vale no pensar en lo que vaya a depararme la muerte. Ya sin bromas, gracias de nuevo. Besos.
Bellísimo relato con el que nos invitas a hacer el camino de San Andrés. Aún no he tenido la oportunidad de hacerlo, pero me queda el consuelo de que, de acuerdo al dicho, de una forma o de otra allí he de ir.
Y no necesitas mencionar el color tema de este concurso. Solo tenemos que cerrar los ojos para ver el inigualable verde de Galicia.
Suerte y un cordial saludo, Jesús.
Hola, Jorge. Muchas gracias por pasarte a leer y por regalarme tus amables palabras. Un abrazo.
Me atrevería a decir que el de tu protagonista es un viaje definitivo, por ser el último. A él le ha tocado hacerlo muerto, ya que de las sirenas, gritos y culatazos no se puede extraer nada bueno. El primer párrafo es un homenaje a la belleza del camino por antonomasia (a ver si algún año puedo y me animo a hacerlo). Qué bien quedan las palabras en galego para describir el entorno que le es propio.
Un relato no exento de drama, pero también hecho para el deleite.
Un abrazo y suerte, Jesús
Muchas gracias, Ángel, por leer y regalarme tus palabras. He decidido no ser demasiado «explícito» en el texto y, por ello, seguramente los que no reconozcan a este San Andrés (de Teixido) no relacionarán lo de «ir de muerto cuando no se pudo ir de vivo». Gracias de nuevo.
Es un placer dejarse envolver por la belleza del camino, cuyos verdes nos asaltan con el léxico de la vegetación gallega. El lugar al que se dirige el peregrino, tras las torturas sufridas, hace suponer que lo acogerá sin vida.
Muy hermoso, Jesús. Suerte y un abrazo.
Muchas gracias por tus amables palabras, Carmen. Esa es la idea que tenía en mente al escribir el relato; un muerto en «cualquier guerra» que, cumpliendo su promesa, acude a la romería de San Andrés de Teixido, una vez muerto. LO curioso es que, como tantas veces en los microrelatos, creo que se le podría dar la vuelta al asunto: que el protagonista fuera el «ejecutor» y tratase de redimir de alguna forma sus maldades haciendo la peregrinación. Besos.
Casi se puede oler ese frescor de los bosques gallegos que tan bien narras. Una historia muy cercana a la poesía.
Un abrazo y suerte con él, Jesús.
Hola Jesús. Me encanta tu relato, y la travesía de tu protagonista, al que le toca ir a San Andrés como ánima. No sé si sabes que la tradición cuenta que todos los que llegan hasta el santo como muertos lo hacen convertidos en lagarto. Un abrazo.
Ni la muerte inhibe una promesa. Un precioso relato para engrandecer la leyenda de San Andrés. Enhorabuena, Jesús. Un abrazo y suerte.
Muchas gracias, Asun, Ton Y Salvador por leer y regalarme vuestras amables palabras. Abrazos.
Un buen camino de verdores y promesas.
Abrazos
Muchas gracias por leer y comentar, María. Un abrazo.
Disfrutando del paisaje descrito, que gana enteros con esas denominaciones en vernácula. Sin embargo, mi contrastada ignorancia en santos y santas estaba haciendo que me perdiera la esencia de la escena representada. He leído, me he informado y he comprendido, lo que me lleva a saborear por completo el texto. Más vale tarde…
Enhorabuena Jesús, suerte y abrazo.
Hola, Álvaro. Agradezco mucho tu lectura y amables palabras. Abrazos.
Sugerente relato de un peregrino que quiere cumplir una promesa. La descripción del escenario ligada a la acción acompaña al lector y lo hace todo verosímil y cercano. El final deja mucho margen para la interpretación del lector, aunque las sirenas, los gritos y los culatazos… solo dejan margen al dramatismo.
Después de leer el relato me he informado sobre San Andrés. Al releerlo he captado más matices. Por los comentarios de otros entecianos, veo que no he sido el único.
Un abrazo y enhorabuena.
Muchas gracias, Josep María, por tu visita y por regalarme tu amable comentario. Un abrazo.
Precioso texto que aúna leyenda, paisaje y dramatismo. Gracias por acercar parte de nuestra esencia y el verdor insólito y hermoso de nuestra tierra a los Entencianos. Un abrazo. Gloria
Muchas gracias, Gloria. Me emocionan tus palabras. Besos.
Casi puede olerse el verdor de este relato descriptivo y bello. Ya solo el camino que dibujas merece un tranquilo paseo por estas letras, que lejos de ser una penitencia resultan un placer. Enhorabuena, Jesús. Un abrazo.
Hola, Antonio Diego. Muchas gracias por leer y por regalarme tu amable comentario. Abrazos.
Jesús, tu relato huele a hierba fresca y te introduce en el verde de Galicia. Bonito camino.
Un abrazo
Muchas gracias, Blanca, por pasarte a leer y comentar. Un abrazo.