59 El incorrecto
Los ancianos, que nunca asisten a la ceremonia, han entregado el sobre con el nombre al alcalde. Nadie recuerda quién fue el primero. Solo que, cada año, se elige al incorrecto entre los habitantes del pueblo. Dicen que no es por un crimen, porque eso sería asunto de la justicia, pero no se sabe con certeza qué implica la incorrección. Solo corren rumores sobre lo que podría ser: una pregunta incómoda, hablar con forasteros, incluso vestir algo inadecuado. Lo único en lo que coinciden todos es en que no acudir significa arriesgarse a ser el próximo en aparecer en el sobre.
Las campanas suenan tres veces y la plaza se va llenando. Al llegar, cada persona anota su nombre en un libro. Nadie habla. Algunos consultan el reloj, inquietos; otros, de reojo, miran el sobre. El alcalde lo abre y, con voz temblorosa, pronuncia el nombre en voz alta. El elegido no se resiste. El castigo se ejecuta sin que nadie lo cuestione ni aparte la mirada. Temen que hacerlo sea también una incorrección.
Al terminar, el alcalde entrega el libro de asistentes a los ancianos, quienes eligen al incorrecto del año siguiente.
Solo entre quienes figuran en el libro.
Original y angustioso, realmente kafkiano. Sabes que algo va a pasar y no va a ser bueno, con la presión de que alguna vez pueda ser cualquiera de los conocados el elegido, salvo esos ancianos que parecen inmunes a la ejecución de una pena cuya naturaleza no se menciona, pero nadie quiere para sí.
Me alegra ver que sigues a pleno rendimiento.
Un abrazo y suerte, Lluís
Muy original e intrigante. Me quedo con las ganas de saber en qué consiste el castigo.