05. EL PUTO AMO
Fue valido e íntimo de Felipe, el piadoso y tercero, melifluo rey con personas nada certero, a quien dominó con ley.
A él engatusó en mala lid llevando la corte de Madrid a Valladolid.
Antes había conseguido allí de cualquier modo inmuebles y haciendas, todo.
Vendió a precio de oro lo adquirido sin ningún decoro.
No se conformó. Poco después todo Madrid de saldo compró.
Otra vez al tercero embaucó y a retornar al foro le conminó.
Nuevamente hasta el último ladrillo enajenó y una inmensa fortuna amasó.
Obsequió cargos, títulos, regalías a cambio de enorme donación.
La reina, la Margarita, harta de tanto escarnio ordenó su ejecución por infinita corrupción.
Pero nuestro Duque, el grande de Lerma, el más listo, el absoluto ratero, a Roma a pedir socorro al Papa fue con bolsa llena de doblón volviendo proclamado cardenal, es decir intocable y cabrón.
A su protector, el noble Rodrigo Calderón, ajusticiaron en la Plaza Mayor. En vez del miserable genio éste valió.
El vulgo en las tascas cantaba: “Para no ser ahorcado, se ha vestido de colorado, del reyno el mayor ladrón”.
Elevó la corruptela de palacio a la categoría de arte, el puto amo, el perfecto picarón.
Vaya, desconocida quite el Duque de Lerma hizo esa jugada maestra para salvar el pellejo. Has hecho un ejercicio complicado: narrar la historia en verso, se necesita un gran manejo de las palabras.
Pablo, cuando estuve en Valladolid nos contaron la historia del, posiblemente, primer pelotazo urbanístico de la historia de España, que en realidad fueron dos. Lo que no recordaba ( o no llegué a saber) fue la estrategia para salir indemne, ni tampoco la suerte que corrió su protector.
Me gusta mucho cómo lo has contado, con lenguaje apropiado a la época.
Un abrazo y suerte.
Una historía de poder, ganancias y picaresca, tan española (tampoco hemos cambiado tanto), contada como la antigua literatura de cordel, clarito y con sorna, para que cualquiera lo entienda, hasta el pueblo, supuestamente iletrado, y sin embargo, sabio.
Un saludo, Pablo