06. Predicción
Se desbordaba esa mañana mi sonrisa en un rostro iluminado por la ilusión. Según el periódico, iba a conocer al amor de mi vida, tendría suerte en el juego y recibiría buenas noticias laborales. Sin tiempo que perder, me acerqué a la administración de lotería donde el atractivo dependiente me tendió junto con el boleto, su número de teléfono. Absorta en aquellos ojos verde esperanza, me despertó de mi embeleso el inoportuno timbre del móvil. Era una llamada del trabajo. Me ascendían a Ocio y Cultura, dejando por fin la sección del Horóscopo.
Una predicción a medida, o más bien un deseo, pues nadie nos conoce mejor que nosotros mismos, en especial a la hora de saber lo que nos gustaría que nos sucediese. Lástima ese «me despertó el inoportuno timbre del móvil», con lo que la situación prometía de haber sido cierta, y no una derivación profesional, fruto del subconsciente. Quién sabe, es posible que en la sección de Ocio y Cultura conozca a alguien real, interesante e interesado en ella, aunque no tenga los ojos verdes, pero esta vez con verdadero fundamento, más allá del anhelo personal.
Un relato divertido, que muestra que no se puede tener todo, o todo a la vez, porque las buenas noticias laborales sí se cumplieron.
Un abrazo y suerte, Raúl
¡Muchas gracias, Ángel, una vez más!
Demasiada suerte, y un buen remate final. Esto no pasa NUNCA, aunque en un relato caben todas las opciones.
Amor, dinero y trabajo pero parece que se ha olvidado de la salud que sin duda es lo más importante.
Muchas gracias Rosa por tu comentario.
Genial, Raúl, esa muchacha sí que sabe lo que es la profecía autocumplida. Todo encaja a la perfección y el micro queda redondo.
Un abrazo y suerte.
Alguna ventaja tendrá el trabajar en la sección del Horóscopo.
Muchas gracias Rosalía.
Tu relato es como una rotonda feliz, un tiovivo. Me subo a él encantada.
«Rotonda feliz» me gusta el símil. Eso sí, cuidado con marearse.
Muchas gracias.