ENTCERRADO 3… mañana y siempre…
Pues vamos con nuestra tercera propuesta, y con la misma ilusión de servir para despertar vuestra imaginación como hasta ahora.
Os recordamos las condiciones que debéis cumplir para participar:
El relato no puede sobrepasar las 100 palabras sin incluir en su cuenta el título y la frase de inicio y de final obligatorias.
El periodo para su publicación coincide con el del concurso general, o sea, hasta el próximo 5 de junio, incluido.
Cada autora o autor solo puede presentar un relato en esta propuesta.
El relato debéis publicarlo como “comentario” en esta misma entrada, y una vez hecho no se permitira correcciones ni cambios.
Estas son las frases obligatorias
Frase de inicio
Quizá ocurra mañana
Frase final
y así una y otra vez.
Elegiremos 4 relatos para la final anual.
1. EL NÁUFRAGO
Quizá ocurra mañana que un barco surja entre la línea del horizonte y se acerque despacio, siempre le parecerá despacio, hacia la isla. Ha enviado tantos mensajes como botellas que sobrevivieron al naufragio con las cuartillas que consiguió secar al sol. Una tras otra las ha ido bebiendo dejándose llevar durante unas horas por la euforia para regresar después al abatimiento. Ha guardado una para el día que le encuentren, aunque algunas noches le cuesta demasiado resistir la tentación. Todavía no quiere perder la esperanza. Después de las tareas de supervivencia, se sienta a mirar el mar. Las olas vienen y van y así una y otra vez.
Excelente micro muy visual y simpático. Me ha gustado mucho
2. El solterón
Quizá ocurra mañana o quizá no suceda jamás, pero no por eso voy a dejar de intentarlo. Hay quien cree que los milagros existen, pero yo pienso que es más útil colaborar con el universo para que nos sean concedidos. He dicho el universo, no Dios. Y es ahí donde comienza la guerra eterna con mi madre, sus rosarios, sus misas y sus oraciones. Yo trato de adivinar el futuro y el horóscopo en las estrellas cuando conozco a una chica, ella se empeña en hablarle de los sacramentos. Ella venga a ponerle velitas al San Antonio del pasillo y yo a apagarlas. Y así una y otra vez.
Buenísimo y muy divertido. Gran trabajo, me ha encantado. Estoy con Juancho con el tuyo el anterior, menudo nivelazo, los demás lo tenemos ya complicado. Saludos
Pues empezáis, tanto Paloma como Eva, poniendo el listón muy alto. Me encantan los dos… habrá que remangarse para conseguir algo aquí, que lo ponéis muy difícil… enhorabuena!!!
3. BONNIE AND CLYDE
Quizá ocurra mañana. Quizá esta vez nos lleven a comisaría y mamá tenga algo que contar a sus amigas. Doy un mordisco a mi sándwich. Con la lengua lo coloco en el lado izquierdo de la boca y bebo un sorbo de refresco para tragarme el pan seco. Este motel es triste y huele a lejía. El de la semana pasada tenía piscina y el sándwich era blandito. Mamá dobla las toallas con sus uñas rojas, las mete en nuestra bolsa y sonríe. Me revuelve el pelo. Bajamos por la escalera de incendios. Montamos en el coche y salimos a toda velocidad… Y así una y otra vez
4. EL BIENESTAR DE LA MAYORÍA
Quizá ocurra mañana, que el bienestar de la mayoría prevalezca sobre el de una minoría, pero parece que esta norma de conciencia no es tenida en cuenta y unas pocas personas viven a costa de muchos millones y además les hacen la vida imposible. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo pueden esos millones de personas quedarse inmóviles ante tamaña aberración? ¿No se les mueve nada en su interior?, y si se les mueve, ¿qué les impide sacarlo al exterior? ¿Qué fuerzas están influyendo para hacerlos soportar tanta injusticia? Esto pasa desde siempre y así una y otra vez.
5. NO VA MÁS
Quizá ocurra mañana, la semana que viene, o esta tarde antes de que cierren. Ganar parece tan fácil… Solo son dos euros. Como la abuela me da veinte euros cada fin de semana, el lunes voy a la casa de apuestas y mi dinero cambia de manos. Los cien euros que conseguí hace tres meses me dieron alas, pero se me fueron demasiado pronto.
Hoy entro en la sala con el pie derecho, cojo aire, abro mi cartera, escojo el resultado, sueño con ganarlo todo, la suerte me esquiva, y así una y otra vez.
Me ha gustado ese personaje, adolescente apostadora atrapada. Bien descrito, muy visual. Saludos
6. ENSAYOS CONTRA LA JAQUECA
Quizá ocurra mañana con mi triple salto mortal, doble tirabuzón y escorzo flambeado para caer de rodillas sobre la alfombra y ofrecerle el ramo de rosas con la nota de siempre «¿Hoy sí, cariño?». Me dijo que no el mes pasado, después de la cena romántica con velas y música de violines, otro no la semana anterior, tras el paseo de enamorados en góndola, uno más anteayer cuando el baile de San Valentín… y así una y otra vez.
EdH2019
Excelente micro Rafa, como casi todos los que he leído tuyos, mil imágenes potentes, y descripción genial. Ocurrentes intentos románticos, muy creativos. Enhorabuena y saludos
7. SIN SOSIEGO
Quizá ocurra mañana, pienso con esperanza, mientras trato de mitigar la frustración de no haberlo logrado hoy. Planifico mentalmente el próximo día a la búsqueda de un tiempo escurridizo, en conflicto con obligaciones que apenas dejan resquicios para dar rienda suelta a la inquietud. Entre el sufrimiento y el bálsamo, pienso volver a empeñarme en crear situaciones más allá de la vulgaridad cotidiana.
Voy a intentar escribir otro relato, el perfecto, uno que justifique toda mi existencia, en el que cualquiera pueda verse reflejado, que perdure cuando ya no esté. Si no lo consigo, volveré a planificar la jornada siguiente. Y así una y otra vez.
Un pensamiento que emana sinceridad. Donde las frases inicial y final están por derecho. Me ha gustado mucho. Enhorabuena Ángel.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras.
Un saludo, Bea
Excelente relato Ángel. Acabo de colgar el mío y el tema es el mismo, sólo que se nota el mío de aficionado, el tuyo es de maestro. Saludos
8. DEBATE
Quizá ocurra mañana. Quizá mañana llegue la cajita con la letal sustancia. Ya ha hecho el ingreso y se cumple el plazo, así que ya queda menos, susurra Mariana pegada al rostro de su madre. Ella no se inmuta. En su rostro transido de dolor no caben otras emociones. Su hija desconecta la tele, el telediario empieza con los políticos, perdidos en sus jergas y sus intereses, debatiendo si vidas como las de su madre deben acabar o seguir agonizando así una y otra vez.
Gran relato de emociones y sentimientos. Crudo pero bien narrado. Gran trabajo Yolanda. No me gustaría ser jurado, he leído ocho y tenéis una calidad suprema. Saludos y suerte
9. MELANCOLÍA
Quizá ocurra mañana cuando le entregue mis notas, todo con sobresaliente. O el sábado cuando prepare yo el desayuno para que él duerma un rato más.
Estaba convencida de que hoy iba a ser el día. A todo el mundo le gusta que le den una sorpresa el día de su cumpleaños, y la tarta me había quedado muy bonita. Pero a mi padre no hay quien le quite la tristeza de los ojos desde que mamá y él se separaron.
Desde entonces se pasa los días viendo las fotos en las que sonríen felices, las selecciona, pulsa “eliminar” y luego lo cancela. Y así una y otra vez.
Gran relato de añoranza y tristeza, muy bien dibujadas. Me ha gustado. Nueve relatos a cual mejor. Saludos y suerte
10. PREMONICIÓN
Quizá ocurra mañana cuando me levante. Acabo de soñar que lo mataba y creo a cierra ojos en su significado. Le prepararé el desayuno, me colocaré detrás y le asestaré el cuchillo por la espalda. Y así una y otra vez.
11. LA PRESA DEL HORNO
─Quizá ocurra mañana, seguro que la encontraremos, calmaba el cura de Liérganes a Josefa. Todo el pueblo, desde que se la echó en falta, había estado buscando a Ramonuca.
Al amanecer, al cambio de turno, el barquinero de la fábrica de cañones la encontró hundida en el fondo de la presa del horno. Hoy, con la mirada puesta sobre el rumen tercero del lado de la epístola, lloran sus padres abrazados mientras, fuera, en las riberas del río Miera, los barquines siguen impasibles; su raído cuero gruñendo baladros y soplando: fluggg… fluggg… sobre las brasas de las entrañas del horno de fundición , y así una y otra vez.
12. BUCLES
Quizá ocurra mañana. O pasado. O al otro.
Pero sé que mi fin está próximo.
O logro romper el mecanismo que me esclaviza y consigo escapar, o moriré por agotamiento.
Y es que cada vez que llego al final de esta maldita Moviola, de nuevo vuelvo hacia atrás.
Y así una y otra vez.
.vez otra y una así Y
Y así una y otra vez.
13.
Quizá ocurra mañana. Más lo que ahora va a ser, ya pasó otra vez. En realidad, cada día.
Ese hombre que me mira de frente cada vez que sale de la ducha, que se peina intentando siempre tapar esa calva incipiente sin importarle que yo lo vea. Claro está que su coquetería no es por mí, porque luego se va haciendo mutis por el foro. Sé de buena tinta que se acicala con la intención de entregarse límpido al amor pero algo sucede por el camino que lo pierdo de vista y aquí me quedo yo, en la cama, esperando ese abrazo que se me resiste. Y así una y otra vez.
14. EL BUCLE
Quizás ocurra mañana, quizás los astros se alineen de forma tal que tú entres a la confitería y me veas y te acuerdes de mí pero olvides lo que te he hecho y te acerque a mi mesa y todo vuelva a ser como antes y me digas cosas tiernas y tus ojos no se separen de los míos y no vean la silla de ruedas y al final de la tarde la historia se interrumpa y recomience pasado mañana y el día siguiente y así una y otra vez.
15. A LA VEJEZ VIRUELAS
Quizá ocurra mañana que con el despertar del nuevo día amanezcan los pajaritos cantando bajo mi ventana en vez del sapo que croa a mi lado desde hace más de cuarenta años. Vale que yo no soy aquella sirena con la que se casó, con los años he cogido algunos kilitos y me han salido dos o tres canas de sabiduría. Sin embargo, él fue ponerse el anillo y ¡engordó diez kilos del tirón! Desde entonces, va a kilo por año ¡echa cuentas! Para colmo, con la jubilación no hay quien le saque de la rutina: dormir, bar, comer, siesta, bar y cenar. Y así una y otra vez.
16. LIBERTAD
Quizá ocurra mañana, le robaré el ígneo vuelo al fénix. Elevaré a las nubes los secretos que subyacen dormidos, al fin libres para ser oídos. Seguiré el camino que que dictaminan los viejos dólmenes señalando los equinoccios de mi destino.
Destruiré los eslabones de mis sueños, petrificados durante siglos.
Gritaré tu nombre, escrito con historias salpicadas de sangre.
Te cuidaré, velaré el equilibrio perfecto. Me aseguraré de que nunca más me abandones. Volaré asido a ti hasta el fin del espacio.
Gritaré libertad, con los mas primorosos acordes.Gritaré libertad, gritaré tu nombre. Y así una y otra vez.
17. Pálpito
Quizá ocurra mañana y baste un soplo de viento para salvar la distancia entre esta nada y el tiempo en que, de pronto, no estabas. En el brillo del espejo intuía tu mirada, atrapado en el recuerdo de tus últimas palabras.
Un día, pensé que volvías, oí pesos quedos al alba y un rumor entre cortinas; por cierto, ¿con quién hablabas?
Quizás hoy vuelva a soñar, no me importa dar respuesta a tu eterno preguntar, ¿dónde miras?, ¿quién es esa que te mira sin cesar?, ¿qué pretende esa mujer? Y así una y otra vez
18. INFÉRTIL
-Quizá ocurra mañana…- pensaba la sirena, chupando asqueada la tibia del último marinero que se enamoró. – Quizá mañana llegue el elegido que anule mi sed de sangre ,que llene este vacío que sólo consigo llenar con carne, y sea yo su presa-. El vientre le quema, es la llamada del amor. El instinto que la empuja en su feroz búsqueda a procrear. Y hoy como cada día volverá a la superficie; a matar, porque el amor no le llegará, y así una y otra vez.
19. VECINA
Quizá mañana ocurra. Me da vergüenza que me vea espiándola. Por eso la miro con disimulo cuando pasa. Espero a que ventile su habitación, situada justo enfrente de la mía. Cuando veo su ventana abierta, lanzo un avión de papel, con la esperanza de que le llegue el mensaje que le escribo cada día. Pero siempre, el avión, antes de alcanzar su meta, se desvía y desciende dando vueltas hacia el patio interior. Allí se acumulan ya cientos de aviones con mi caligrafía y la misma declaración. Luego ella cierra la ventana, y así una y otra vez.
20. MALDITO SILENCIO
Quizá ocurra mañana, aprovechando que él seguirá durmiendo cuando mi tesoro ya esté resguardado en el cole. Esta noche no puedo, debo acunar otra vez el desvelo del niño que se ha movido a sus gritos o al terrible silencio de los míos.
No enciendo nunca la luz, sino que apago mis lágrimas y me abrazo fuerte a mi vida.
-Duerme mi amor, es otra vez la tele de los vecinos.
Me quedan unas horas de espejo para disimular esto y dar a mi pequeño mañana la mejor cara de su madre.
Después oiré el amargo perdón de su padre. Y así una y otra vez.
21. La espera.
– Quizá ocurra mañana. Sí, estoy casi seguro. Lo presiento.
– ¿Casi seguro? Va, déjalo.
– No, en serio. Mañana vendrán y…
– Vale ya, por favor. ¿No ves que nos asustas? Los niños no entienden nada. No sé que más inventarme para tenerlos engañados, para convencerles de que todo es un juego. Me parece que ya no se lo creen y que nos siguen la corriente. Lo saben, y ellos nos engañan a nosotros. Pobres. ¿Y la Plataforma? Prometieron que de aquí no saldríamos, que la Constitución nos ampara, pero mira, todo en cajas… ¿Y si vienen? ¿Qué vamos a hacer si vienen?
Y así una y otra vez…
22. EL SUPERVIVIENTE
Quizá ocurra mañana, parecían más dispuestos a pagar, le digo al Pomerania, que alza la cabeza buscando una caricia. Pero que sepas, continúo, que tus amos son unos tacaños. No les he pedido tanto, y ya voy por la tercera rebaja; me pasé a secuestrar perros porque con los gatos sacaba una miseria. Menos mal que los tuyos, le explico al Akita Inu que dormita a su lado, han aceptado sin problemas el rescate y esta tarde vamos a hacer el intercambio. La supervivencia es eso chicos: si te cierran la puerta, abre una ventana, y así una y otra vez.
23. Tierra baldía
Quizá ocurra mañana. Un enjambre de mariposas revolotea alrededor del cadáver cubierto de compost. Parecen atraídas por la fetidez que despide. Trigo lleva días clavada debajo del cobertizo. Ni la lluvia ni el frío, ni siquiera las hambres, consiguen que abandone la silla de mimbre sobre la que espera. De vez en cuando un lamento rompe su mutismo. Después, un grito inesperado sobresalta a las mariposas, que se disipan de momento para volver enseguida a sobrevolar la tumba improvisada de su esposo. Mientras los nuevos brotes se resisten a asomar, los buitres planean por encima de la casa al olor de la carroña. Y así una y otra vez.
24. SOLO LE PIDO A DIOS
Quizá ocurra mañana.
Espero con todas mis ganas, oh Señor, no torcerme un tobillo y quedarme a su merced en la camilla de la enfermería.
Te ruego, Padre bondadoso, que mis compañeros no me dejen solo en la tienda de campaña y venga a visitarme.
Rezo, Dios todopoderoso, porque los cambios que está sufriendo mi cuerpo infantil no despierten en él sus bajos instintos.
Ojalá que el mal, enmascarado en tu nombre y legitimado por el silencio de tu santa Iglesia, elija hoy otra víctima.
Esta es mi plegaria de todas las noches, y así una y otra vez.
25. LA BALANZA SE INCLINA HACIA TI
Quizá ocurra mañana que antes de abrir los ojos, llegues hasta mi lecho y me sorprendas con un beso. Creyendo que es un sueño sonreiré y luego, saltaré descalza de la cama y como una flecha, iré a la ventana para comprobar que tu coche está parado frente a la puerta, para asegurarme de que no eres un espíritu venido de mi subconsciente. Oh, si ocurriera mañana o ahora mismo, o en el transcurso de la tarde, si vinieras para quedarte definitivamente, te estaría besando incansablemente hasta el nuevo día mientras tú, riendo preguntarías ¿y así una y otra vez?
26. Temblores
Quizá ocurra mañana o tal vez esta misma tarde. Pero sé que pronto temblaremos. Oiremos golpes y gritos sofocados. Luego hallaremos su cuerpo desmadejado sobre la alfombra y callaremos. Para nada servirá el trajín de esconder pastillas y derramar el vino por la taza del baño. De nada, nuestro esfuerzo infantil por evitarlo. Después volveremos a sentir el perfume triste de mamá por algún tiempo y cuando papá se asome vigilante en el umbral, ella disimulará su tambaleo y, nerviosa, tratará de ocultar la copa. Mientras, nosotros, con esta amarga sensación en el estómago, temblaremos, y así una y otra vez.
27. En el andén.
«Quizá ocurra mañana» ―se consuela viendo cómo se aleja.
La estación se encuentra a las afueras del pueblo. Todas las tardes, al salir del colegio va hasta allí a esperar el único tren que aún para en Villarruelos, confiando en ver bajarse de él a su padre. Cuando el último vagón desaparece en el horizonte, desanda el camino hasta casa.
―No te preocupes, mamá ―repite siempre al acostarse―, seguro que mañana regresa. Me lo prometió.
―Claro que sí, hijo ―Lo besa en la frente al arroparle―. Que tengas felices sueños.
Al día siguiente, después del colegio recorre el camino hasta la estación… Y así una y otra vez.
28. EL GRAN AZUL
Quizá ocurra mañana, qué mirando a través de los ojos de un delfín, no vuelva a ver ningún plástico en el gran azul. Que me hablen las tortugas de cerca, con una sonrisa, por ser libres de las redes que las atrapan. Que las bocas de las ballenas puedan abarcar todo lo que un día imaginaron, disfrutando panza arriba en un día soleado.
Un viaje al pasado, para volver a pensar en el futuro de nuestro planeta, y así una y otra vez.
29. 016
Quizá ocurra mañana que en sus ojos vea mis ojos.
Quizá mañana recuerde que un día me amó.
Quizá una estrella grite mi nombre.
Quizá encuentre el valor, pero hoy no.
Escucho un portazo con aroma a mosto.
Las lágrimas se preparan para asaltar mi rostro.
Mi cuerpo se encoje, mi alma se agrieta.
El dolor aniquila mi fe.
Y así una y otra vez.
PUNTO Y SEGUIDO
Quizá ocurra mañana, me digo siempre. Mañana, reuniré el valor suficiente para dejarlo, no soportaré más sus broncas y sus malas maneras. Entonces, pienso en mis hijos, en lo que sería de ellos si lo hiciera y me echo atrás, todas las veces. Todas las veces, menos hoy. Hoy, mientras escuchaba sus gritos y sus reproches, me he decido. Me he levantado de la silla, he alargado mi brazo, le he mostrado el puño, he extendido lentamente el dedo corazón y le he dicho: «¡Qué te den!, estoy harta de aguantar este trabajo de mierda día tras día».
Lo siento, hice el copia-pega del borrador equivocado. El relato final era este, de ahí el título. Me he dado cuenta ahora, no sé dónde tengo la cabeza últimamente. Ahí va el bueno.
30. PUNTO Y SEGUIDO
Quizá ocurra mañana, me digo. Mañana, reuniré el valor para dejarlo, no soportaré más sus broncas y sus malas maneras. Entonces, pienso en mis hijos, en lo que sería de ellos si lo hiciera y me echo atrás, todas las veces. Todas las veces, menos hoy. Hoy, mientras escuchaba sus gritos y sus reproches, me he decidido. Me he levantado de la silla, he alargado mi brazo, le he mostrado el puño, he extendido el dedo corazón y le he dicho: «¡Qué te den!, estoy harta de este trabajo de mierda».
Suena el despertador, y así una y otra vez.
I’m sorry. Espero que valga y no haber quedado descalificado.
31. Érase una vez…
Quizá ocurra mañana. Me dormí con esa cantinela todos los días de mi infancia. “Quizá ocurra mañana” era el “buenas noches” de mi madre después de uno de esos cuentos con perdices al final. Perdices. Soñé durante años con pájaros de muslos gruesos y sabrosos. Hasta que un día vi una de verdad y descubrí que éramos pobres hasta para soñar. Por eso no dejaré que Manolín vea ninguna. Le acuesto cada noche y le cuento un cuento con final feliz. Quizá ocurra mañana. Y así una y otra vez.
32 LOTERÍA
Quizá ocurra mañana, que este billete de lotería seque mis lágrimas de hipoteca.
Quizá ocurra mañana, que la plaza en el examen sea el premio extraordinario de Ana.
Quizá ocurra mañana que «El progresa adecuadamente», sea el primer premio de Nacho.
Quizá ocurra mañana que este «No sucederá más», sea el último aliento a uvas fermentadas y el reintegro a la sociedad de Juan.
Mañana, mañana, mañana,… así una y otra vez.
33. El Mar
Quizá ocurra mañana Sol, pero hoy por hoy, el hombre es tan humano que sigue cayendo en idénticos errores. Y por mucho que Luna insista, dudo que cambie. Mi azul no se encuentra bien. Sufro de empacho, Sol, demasiados años soportando tanta inmundicia, desigualdad y sinrazón.
Esta madrugada han vuelto unos cuantos. Me han despertado sus lamentos en un vano intento de abrazarse a mí. Estrella los alumbraba, penaba conmigo desesperada, mientras yo me colaba sin remedio en sus pulmones, ahogaba su aliento y definitivamente mataba sus sueños. Y así una y otra vez.
34. NO ME OLVIDÉIS
Quizá ocurra mañana, balbucea mamá mientras reparte árnica entre sus moratones y mis golpes. Tu padre entenderá que esto tiene que acabar. Pero he dejado de confiar y vuelvo a templar la hoja de mi navaja suiza. Rememoro su imagen horrorizada en el agudo filo y cómo la clavo incontables veces en su vientre blanco y graso de cabrón hasta reventarle todos los órganos. No han servido ni la ouija ni los exorcismos. Lleva ya dos meses bajo tierra y se niega a dejarnos vivir en paz. Yo estoy dispuesto a darle todas las muertes que venga a reclamarme desde el más allá, y así una y otra vez.
35. VECINDAD
Quizá ocurra mañana el milagro, quién sabe. He gritado mis plegarias en el patio, que me oiga bien: a ver si cesa la lluvia de migas de pan, cortezas de queso, pellejos de chorizo y cachos de papel pringoso que caen sobre la ropa mojada de mi tendal cada vez que la vieja de arriba sacude el mantel. Para no cagarme en todo mientras la vuelvo a lavar, pongo a los ACDC a tope y hago oídos sordos a los timbrazos de la puerta.
Al día siguiente los pelos del puto gato en mis calzoncillos, y así una y otra vez.
36.NI OLVIDO, NI PERDÓN
Quizá ocurra mañana o algún día o nunca, pero siempre quedan pensamientos imposibles de borrar. No hay nada que se recuerde tanto como lo que más se quiere olvidar. Su rostro, ya marchito, aún se inunda de lágrimas al evocar con voz temblorosa aquellas noches de pavor en los internados del miedo. Cuando, amparados por su Dios y la oscuridad, sotanas levantadas yacían sobre inocentes cuerpos. Y así una y otra vez.
37. DOLOR Y SERVIDUMBRE
Quizá ocurra mañana, pero hoy no, el abrevadero de granito permanece intacto.
El amo le ha ordenado destruirlo. No puede verlo en el corral, su hijo pequeño murió ahogado en él.
Desliza su mano derecha por el mango, levanta el mazo mientras coge aire y lo expulsa violentamente al golpear la piedra.
Las chispas iluminan el atardecer y el ruido de la respiración traspasa los tabiques de adobe, llegando al padre.
Los surcos que tiene el criado en la cara, los tenía ya cuando el amo nació.
La camiseta se le pega al cuerpo, desliza su mano derecha, levanta el mazo y así una y otra vez.
38. CARRETAS
“Quizá ocurra mañana”, me repetía a mí misma para consolarme. Tampoco pedía demasiado: algo estándar, ni mucho, ni poco. Desde que empezó a gustarme Josema abandoné las muñecas y no pensaba en otra cosa. Mi abuela, que no sabía para qué las quería, me dijo que en su época mi problema se solucionaba comiendo almendras. Con mi santa paciencia las arrancaba del árbol, las secaba, las cascaba y me zampaba medio kilo de un tirón. Luego, con dedos esperanzados, recorría la planicie bajo mi camiseta buscando alguna protuberancia, pero seguía siendo la misma tabla de planchar de siempre. Vuelta al almendro… Y así una y otra vez.
39. TIEMPO AL TIEMPO
«Quizá ocurra mañana», pienso cada noche mientras lo escucho roncar a mi espalda. Sé que he de ser paciente y confiar en que la naturaleza actúe. Pero, me cuesta mucho reprimir las náuseas que provoca su apestoso aliento junto a mi boca. Me asquea notar su viscoso sudor deslizándose por mi piel durante sus embestidas. Cuando se detiene, deja caer todo su peso sobre mi pecho y lo oprime tanto que llego a rozar la asfixia.
Nunca pierdo la esperanza de que haciendo el amor su enfermo corazón reviente y deje de latir.
Cada día clamo al cielo para que no sobreviva y así una y otra vez.
40. Espera cotidiana
Quizá ocurra mañana, o quizá no pase nunca. Todas las tardes Evaristo se sienta en el mismo banco. Dice que espera a los extraterrestres, que una noche le dijeron, vendrían a buscarlo a la plaza del pueblo. Las palomas revolotean entre sus dedos salpicados de migas de pan duro. Hay quien saluda: “Evaristo, cómo tú por aquí, ¿es que esperas a alguien?”, pero lo que no saben es que a él ya no le espera nadie en su casa. Las palomas y algún vecino son sus compañías en el día. En su banco de la plaza él mira al cielo y sonríe y así una y otra vez.
41. PRESENTE
«Quizá ocurra mañana», pensaba poco antes de terminar el día. Entonces volvía a ensayar la declaración que se sabía de memoria desde no se acordaba cuándo. Terminado el monólogo, la seguridad de que la enamoraría se afianzaba hasta el punto de desaparecer su miedo al fracaso. Se acostaba con una sonrisa de oreja a oreja y dormía como un niño. Pero, al sonar el despertador, abría los ojos y veía que de nuevo era hoy, que jamás llegaba el mañana, que los sueños de ayer caducaban con cada amanecer. Y así una y otra vez.
42.MISIÓN: LIBERAR BOOKPOLIS, LA CIUDAD DE LOS LIBROS
«Quizá ocurra mañana», especula el comandante Smith mientras acicala pacientemente su nave. Tan solo hay que esperar las coordenadas idóneas para que comience la misión. La determinación del pueblo selenita es clara: hay que liberar Bookpolis. El éxodo lunar del cuarto milenio puso a salvo la capacidad cognitiva humana. Allí abajo, el parco lenguaje terrestre ya apenas contiene unas toscas cincuenta voces. El quinto milenio ha llegado cargado de más y más límites, barreras, prohibiciones; dispuesto a terminar con todo. Por suerte, de momento, inauditas imposiciones ecológicas han librado a los libros de su destrucción. Así que pronto llegará liberado el primer cargamento. Y así una y otra vez.
43. NOSTALGIA
Quizá ocurra mañana, hace tanto tiempo que lo vengo deseándolo…
Ojalá regrese al pueblo. La verdad es que lo añoro mucho. La vida aquí, sin él, ya no es lo mismo.
¿Te acuerdas cuando nos reuníamos los sábados en casa de Carlos?
No sé como se arreglaba, pero Juan siempre era el centro de la reunión.
Empezaba a contar anécdotas, chistes y ocurrencias que solo podían tener un origen, su cabeza.
Sucedía lo mismo en Navidades, Semana Santa, durante las fiestas…
En todas ocasiones era el centro de atención.
¡Con lo que le gustaba! Y así una y otra vez.
44. DOÑA TEO.
Quizá ocurra mañana, le digo cada mañana a Doña Teo, quizá mañana vuelva su marido del hospital. La dulcemente arrugada ancianita de la habitación 12 se despierta todos los días preguntando qué tal está su querido esposo y cuándo le darán el alta. Cuando entré a trabajar aquí se me saltaban las lágrimas de ternura y me costaba no revelarle que su añorado Ramón ya se ha ido. Hace dos años que le enterraron. Para ella fue ayer cuando le dio el fatídico infarto, y yo le digo, sabiendo que no será así, que quizá le dejen volver mañana. Y así una y otra vez.
45. Misión imposible
Quizá ocurra mañana, que la Orden venga a buscarle para un nuevo destino. El hermano Jorge deseará entonces que todo cuanto él haya hecho en aquella tierra de infieles acabe desapareciendo al igual que su presencia, borrándose como esos signos y dibujos, trazados por su mano en el suelo, bajo la lluvia. La tormenta de la tarde meterá a niños y adultos en sus chozas, y la joven y bella Hakuna vendrá a la suya. Se le entregará ardiente y él la rechazará, con brazos flojos primero y dejándose arrastrar por la tentación luego, jurando al Todopoderoso que no se volverá a repetir. Y así una y otra vez.
46. CRASCREDO, HODIE NIHIL
Quizá ocurra mañana que ya no esté allí el infame cartel que impide lograr mi propósito. Hoy he ido donde el bodeguero, le pido confiar en mí. Ahora no tengo trabajo pero empeño mi palabra. Si me da la botella de ron le aseguro no voy a quedar mal; pero el hombre, impasible, apunta el dedo índice al letrero, de letras rojas, en mayúscula y leo “HOY NO FIO, MAÑANA SI”. Cambio de estrategia y le digo “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” pero él insiste en señalar el letrero y así una y otra vez.
47. Diversión
Quizá ocurra mañana esa llamada tan ansiada cada lunes, de un becario con la noticia: “Su relato ha sido seleccionado y esta tarde le llamarán de la radio en directo, suerte”. Ya no sé cómo acertar, unas veces envío el relato al abrir el plazo, otras en el último momento, o en mitad de la noche. Pruebo con prosa poética, con metáforas, temas de fantasmas que les encantan, de quince palabras. ¿Los leerán todos? ¿Qué objetividad usan los que deciden? Ya superé las ochenta semanas sin éxito, pero disfruto como un crío escribiendo relatos. Y así una y otra vez.
48. INQUIETUDES
Quizá ocurra mañana que al salir encuentre además de sol, a las personas saludándonos educadamente, dejando en las papeleras los residuos u objetos inservibles. Gritando menos, sobre todo cuando no estamos de acuerdo con el otro. Llevando una bonita sonrisa, mirando al frente y a los ojos, en lugar de la pantalla del teléfono y ojalá pudiera tener la certeza de que existe respeto hacía el que no es como nosotros, que le acogemos y que incluso, le ofrecemos nuestras manos. Es lo que espero, porque no quiero aceptar la pesadilla que me agobia o se repite. Y así una y otra vez.