Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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84. INFESTADOS

El día que encontramos el primer montoncito de serrín junto a la cama incluso nos hizo gracia. Un poco de carcoma no iba a asustarnos, a cualquiera puede pasarle. Pero luego continuó con los armarios, la librería y hasta el parqué. Por las noches yo me desvelaba escuchándola excavar túneles en la madera, mientras mi marido fingía dormir, como quitándole importancia.

Desesperada, intenté combatirla con todo, desde los productos milagrosos de la teletienda hasta los consejos de mi hermana, que me aseguraba que en su caso había funcionado. Pero nada.

Hace unas semanas decidimos cambiar de piso y empezar de cero. Durante la búsqueda casi nos olvidamos de la carcoma y volvimos a reírnos de las mismas cosas, como cuando nos conocimos. Ayer nos instalamos en el nuevo apartamento, una monería en pleno centro. Después de cenar descorchamos una botella de champán para celebrarlo, tras la segunda copa empezamos a besarnos sin entusiasmo y acabamos enredados en un amasijo de cuerpos desencontrados.

Esta mañana, mientras nos vestimos de espaldas el uno al otro, una nube de polillas golpea con furia el cristal de la ventana del dormitorio. No lo hemos hablado, pero llevan horas así.

 

2 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    La felicidad completa no existe. No se puede huir de los problemas, porque allá donde pretendamos poner tierra de por medio van a seguirnos, son parte de la vida, es imposible que no surjan. Entre lucha y lucha, contra carcomas o preocupantes polillas, podemos intentar hallar momentos de relativa paz dentro del pequeño mundo que hemos construido; pretender algo más es engañarse. Tu pareja protagonista, a la fuerza escarmentados (e infestados), quizá hayan comenzado a darse cuenta. Lo cuentas de manera que puede que ellos aún no lo sepan, pero nosotros se supone que sí, aunque a veces lo olvidemos y malgastemos tiempo y energías en lamentaciones. Mejor asumir y tratar de vivir.
    Un abrazo y suerte, Asun

  2. Isabel Cristina Fernández Sánchez

    Me ha gustado la comparación que haces de la carcoma en la madera con el final del la relación de pareja que se destruía poco a poco y no se estaban dando ni cuenta. Creo que realmente puede suceder así. Enhorabuena por tu historia

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