66. Lealtades (Aurora Rapún Mombiela)
Las babas de la mano estrechada en un callejón establecían claramente la validez del contrato, así como la sumisión del contratado ante las órdenes del contratante. Él siempre había sido un hombre de palabra, sin embargo, desde hacía un rato, sentía como un escozor en la parte interna de la nariz, como una certeza de que por una vez debía ser desleal para hacer lo correcto. Desde su posición elevada, desvió el cañón del arma y le descerrajó a su suegro un tiro entre ceja y ceja. El alivio que sintió afianzó su convencimiento de haber actuado bien. Una vez desaparecida una de las partes contratantes, el vínculo quedaba roto. Recogió tranquilamente y se dirigió silbando al bar. Primero lo celebraría y luego actuaría convenientemente cuando recibiera la llamada desconsolada de su pobre mujer, huérfana y heredera de la fortuna familiar.
Algunos precios son demasiado altos. La lealtad se gana, no se compra. La que al romperse solo produce alivio merecía terminar, otra cosa el el método elegido por tu protagonista, contundente y sin previo aviso. El está seguro de haber actuado de forma correcta, como igual de correcta será su actuación, dada su sangre fría y cabeza calculadora, cuando finja ante su mujer.
Un abrazo y suerte, Aurora
Por muy asesino de palabra que sea uno, si ya empieza siendo asesino… ¿Pero dónde está lo correcto y lo incorrecto sino en el punto de vista? En este caso, el alivio que siente lo afianza en haber elegido el camino correcto. Muchas gracias por tu comentario, Ángel. Un abrazo muy fuerte.
Está claro que el suegro era un pieza, así que hace bien tu protagonista en quitárselo de en medio. Seguro que esa fortuna familiar no ha tenido nada que ver, jejeje.
Un fuerte abrazo, Aurora.
Claaaaaroooo, cómo va a fijarse en la herencia un asesino a sueldo. ¡Para nada! Jeje. Muchas gracias por tu comentario, Ana María. Un abrazaco fuerte.
Ese suegro no era trigo limpio, así que mejor quitárselo de en medio para que no le haga matar a nadie más.
Un abrazo y suerte.
Mira, visto desde este punto de vista, en realidad es un favor a la humanidad. Está claro que ha elegido la opción correcta. Muchas gracias por esa lectura, Rosalía. Abrazaco fuerte.
Auroroa, me encanta el giro del tiro entre ceja y ceja al suegro. Sin esperarlo ni anunciarlo. Nos estás describiendo a un hombre integro que tiene dudas sobre un negocio concreto, y al segundo siguiente es un asesino que se ha cargado al padre de su mujer. Brillante.
Mucha suerte.
Es que la línea entre lo correcto y lo incorrecto es tan fina como una sabia decisión a tiempo. Seguro que las consecuencias para este asesino son bien lucrativas. Muchas gracias. Un abrazo fuerte, Víctor.
Hola Aurora. Gran giro final. Me ha gustado mucho. Seguro que ese suegro se lo merecía. 🤣🤣
Un abrazo.
Me alegra mucho que te haya gustado. Seguro que se lo merecía si tan aliviado se ha sentido al tomar la decisión. Aunque no me gustaría mucho ponerme al alcance de este protagonista. No vaya a ser que cambie de objetivo conmigo cerca. Un abrazo fuerte, Nuria.
Toma ya, pedazo de vuelta da la historia para la heredera, y qué incorrecto el comportamiento del asesino, aunque en el fondo parece que la elección es acertada. ¿Quién le podía asegurar que en cualquier momento no sería él el siguiente en la lista? Muy bueno, me gusta, Aurora. Mucha suerte y un abrazo.
Pues esa es la cuestión, que entre pacto y pacto, tanta lealtad y tanta honra no sé yo si conviene emparentarse con este hombre. Aunque, por lo que parece, la incorrección va a salirle rentable. Un abrazo fuerte, Jesús.