Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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36. MEDIADOS DE MAYO Paloma Hidalgo

Otra vez la primavera se ha adueñado del jardín. Ha colgado abanicos de las ramas del ginkgo, corazones en el tilo, y en el arce, estrellas. Y a mí, se me ha metido en los ojos. Te veo pequeña, descalza corriendo por el césped persiguiendo mariposas, y sentada merendando bajo el avellano. Empapada de agua tras regar con la manguera la rocalla, enterrando los bulbos de los tulipanes en las jardineras, buscando caracoles entre las hortensias cuando llovía. Parpadeo, pero sigues ahí, ahora más alta, estudiando exámenes finales en el porche, bajo las glicinias. Y cuando cierro los ojos, como casi siempre, el verde del pijama del cirujano que hizo todo lo que pudo, me trae de nuevo este invierno que mantendrá helada mi sangre, incluso en agosto.

12 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Somos visuales y a la memoria le bastan algunas referencias para activarse. El problema es cuando los recuerdos duelen, congelan y paralizan, hasta el punto de traer el invierno en pleno agosto.La belleza de un jardín cuidado y diverso, semejante a un paraíso, puede volverse un infierno al evocar la realidad más dolorosa y menos deseada. Poco importan los estímulos externos cuando el mal está dentro y es perenne.
    Un relato para la melancolía, con hermosas descripciones antes del desenlace final, poderoso e inesperado.
    Un abrazo y suerte, Paloma

    1. Paloma

      Ángel, te regalo uno de los tulipanes por escribir un comentario tan esmerado como siempre. Imagínalo rosa, lleno de ternura , y de agradecimiento.
      Un abrazo.

  2. Isabel Torralba

    Precioso, Paloma. Se siente el verde, la humedad de la tierra, se huele la primavera… se siente el amor hacia la chica que no está y se siente su ausencia y ese dolor, que encoge el corazón y el cuerpo tanto que duele… Esa tristeza. Me ha recordado mucho a «culminación del dolor» de Bukowski («…y la tristeza se hace tan grande/que la oigo en mi reloj/se vuelve pomos en la cómoda/se vuelve papel sobre el suelo/se vuelve calzador/ticket de lavandería…»). Su tristeza es tan grande que se vuelve césped con mariposas, tierra húmeda con hortensias y caracoles, hasta esos rayos de sol que se intuyen bajo las glicinias y los exámenes de fin de curso; se vuelve primavera, con todo lo bello y lo triste que eso supone al ser una de las estaciones alegres y más bonitas sensorialmente de todo el año… Me ha encantado la descripción de las hojas y esa frase «Y a mí, se me ha metido en los ojos», que después de las «estrellas» suena de otra manera. Felicidades. Y mil gracias porque he sentido la primavera, he visto tu jardín y he sentido ese dolor que entra por los ojos y te invade todo el cuerpo y que sólo puede ser así cuando se ha amado mucho al que no está.
    Después de leerlo esta mañana no podía no decírtelo.
    Besazos

  3. Paloma

    Isabel, me ha conmovido tu comentario. Es una delicia, un regalo, una caricia para mis ojos, a los que como a los de mi personaje, se le han quedado dentro tus hermosas palabras.
    Gracias por compartirlo.
    Un beso. Y otro tulipán, amarillo, resplandeciente.

  4. Alvaro Abad

    Dura, y difícil de gestionar, la rivalidad entre los buenos y malos, pésimos recuerdos, como el de tu protagonista. De nuestro estado de ánimo depende la victoria de unos y otros, aunque siempre son victorias temporales, transitorias. Es imposible desterrar esos recuerdos que nos agotan, que vuelven una y otra vez, por muchas hermosas y coloridas primaveras que nos entren por los ojos. Creo que, en el fondo, muy en el fondo, tampoco queremos olvidar: son vivencias que, adecuadamente asimiladas, deberían fortalecernos e impulsarnos.
    Enhorabuena Paloma, suerte, y abrazo.

    1. Si me baso en mi experiencia personal, los recuerdos dolorosos a veces se hacen fuertes frente a los otros, y ganan la batalla y siento que me muerden por dentro. Pero otras, los buenos momentos se entrelazan y hace una barrera para evitar el daño. La vida al fin y al cabo, es eso: el puñado de vivencias y recuerdos que se nos pegan a la piel y que nos van dando forma.
      Muchas gracias, Álvaro, un abrazo.

  5. Me has dejado con la piel de gallina y congoja en el pecho.
    Me has dejado encantada con tu relato. Admiro ese estilo tuyo tan envolvente, tan amigo, tan sincero, que consigue que el lector se abandone, se entregué, para, en el desenlace, volverlo del revés, sin contemplación, a tu antojo.
    O sea, me ha encantado, como siempre!!!
    Un abrazo grande para ti.

  6. Es una pena que el tiempo pase y se nos lleve sin pedirnos permiso. La nostalgia entra a raudales por la ventana con los primeros rayos de sol y te emborrona el pensamiento y te hace creer que todo lo que fue, fue mejor y más bello, pero… mejor no dejarse engañar, que nuestro cerebro hace una selección a propósito para mantenernos vivos aunque sea a través de los recuerdos del pasado.
    Muy descriptivo y visual tu relato, esos caracoles estaban dejando su baba por el teclado de mi ordenador.
    Feliz noche de marzo, abrazos.

  7. Paloma Hidalgo

    Espero que hayas podido limpiar bien tu ordenador, para que sigas escribiendo esas historias tuyas tan estupendas!
    Gracias por comentar, Mercedes.
    Un abrazo de atardecer de primavera.

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