Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Mnstrscp2019 – R1 (personajes)- E16

Los participantes con los alias :

RUMPELSTILTSKIN– CAPITÁN NEMO– PHILEAS FOGG

  • * deberán escribir un texto de MÁXIMO 150 palabras
  • * antes del domingo día 10 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
  • * que contenga la palabra : CROQUETAS
  • * que nos hable de tu propio personaje. Hasta ahora nos han contado muchos muchos cuentos, peroo ¿cuál es la verdad? Cómo fue tu infancia, qué te llevó a ser como eres, qué ha sido de ti 30 años después, ¿de verdad fuiste feliz y comiste perdices? o cuéntanos un episodio del cuento que nunca vio la luz, ya sabes, las tomas falsas, queremos saber más de ti

 

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6 Responses

  1. Genio en nombre del Capitán Nemo

    AGALLAS del Capitán Nemo

    El desierto de mi existencia se esfumó el día en que probé esas croquetas, receta de una abuela a la que no llegué a conocer.
    Nunca antes había deseado ver el mar, ni había visto las branquias a ambos lados de mi cuello. La voz de mi madre vibró conmovida: su Nemo tenía las agallas de querer ir más allá, de alejarse de las dunas que a ella la asfixiaban… Por eso, pese a la angustia que le daba separarse de mí, alentó a su niño a internarse en el azul, a buscar en la fuente de la vida la verdad sobre su vida, porque allí, a treinta pies de profundidad, donde todo era movimiento y amor, sería libre y nunca estaría solo.
    Puso en mis manos una nueva ración de croquetas y se despidió:
    — El mar — me dijo, besándome en la frente, — no pertenece a los déspotas.

  2. Genio en nombre de Phileas Fogg

    BODEGÓN DE CHIRINGUITO-PLAYA de PHILEAS FOGG
    Cuando terminé mi vuelta al mundo, el plato de croquetas seguía allí.

  3. Genio en nombre de Rumpelstinkin

    TOMA Y DACA de RUMPELSTILTSKIN

    —¡Qué ricas eran las croquetas de mi abuela!, la persona que más me quiso.
    Aunque fuera huérfano, no sentí nunca la falta de unos padres gracias a su cariño. Vivía feliz jugando con los demás niños del pueblo.
    Pero todo cambió cuando los demás chavales crecieron y se fue notando cada vez más mi enanismo. Las burlas y los desprecios eran continuos. Sin embargo, si mi físico no era agraciado, poseía una inteligencia excepcional que me hizo ser admitido en el grupo a cambio de resolver problemas de matemáticas.
    Ya siendo adulto, mis facultades eran conocidas por todo el valle y, a menudo, me requerían, pero los servicios prestados no eran gratuitos, siempre pedía algo a cambio. Eso no fue un problema, tanta era la codicia de la gente.
    Como iba de un lado a otro sin parar, me llamaron El enano saltarín; así entré en la leyenda.

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