Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Mnstrscp2019 – R2 (fantasia)- E8

R2 – E8 : Oráculos

Los participantes con los alias :

 CRUELLA DE VIL – CENICIENTA – FLAUTISTA DE HAMELIN – CAPERUCITA ROJA

  • * deberán escribir un texto de MÁXIMO 150 palabras (titulo no incluido)
  • * antes del domingo día 17 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
  • * donde aparezcan objetos que conceden deseos, revelan la verdad, los secretos, el futuro,   puedes imaginar uno o utilizar desde el Espejito mágico de la bruja de Blancanieves que siempre dice la verdad, la bola de cristal donde ver el futuro, las cartas del Tarot, la varita del mago… la lámpara del genio que concede deseos o imaginar un objeto maravilloso que encierra un gran poder…

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8 Responses

  1. Genio en nombre de Caperucita Roja

    La sibila de Caperucita Roja

    Ser profetisa es duro a veces. La gente no quiere aceptar el destino, como le ocurrió a Marco Clodio.
    Vino a verme en las calendas de enero, para saber si Helena, su esposa, le sería siempre fiel. Por un sestercio contemplé las estrellas y le confirmé que la trayectoria de Júpiter decía que sí. Volvió días más tarde; desconfiaba y quería asegurarse. Contemplé el vuelo de las aves que indicaron de nuevo la inequívoca lealtad de su mujer. Me entregó una bolsa de denarios pero antes de una semana volvía a estar en mi presencia, suplicándome una última mirada al futuro. Accedí, pidiéndole un saco de oro y que trajera a Helena ante mí. Cuando llegaron, me retiré con ella administrándole un bebedizo. Dos horas más tarde salí para tranquilizar a Marco. La lectura del hígado de su esposa demostraba, sin ningún género de dudas, que jamás le sería infiel.

  2. Genio en nombre de Cenicienta

    Metamorfosis de Cenicienta … de Cenicienta

    Al levantarme del cenizo lecho recordé un sueño premonitorio, donde mi Hada madrina me entregaba una prodigiosa lira, cuyas melodiosas notas lograron exorcizar el contubernio forjado entre mis creadores y la cómplice Factoría Disney, urdiendo una insolente «versión oficial», respecto a mi digna persona. Ocurrió que mi semblante tornó a ser el de Medea, famosa hechicera griega. Vestía con elegante túnica de seda blanca ribeteada de oro. Llevaba un códice entre las manos, con puntos suspendidos en salto al vacío. Del cuello pendía un colgante mágico, capaz de transformar las emociones negativas en positivas.
    Sin haberse alterado mi tono de voz, convoqué a mis familiares, que nada más verme, se postraron para suplicarme perdón. A partir de entonces, me permitieron tomar el tren de la felicidad y volar hasta otro lugar. He cursado estudios de abogacía, siendo en la actualidad una gran revolucionaria contra la violencia machista: «¡No, es no!».

  3. Genio en nombre de Cruella de Vil

    CRUEL REALIDAD de Cruella de Vil

    Ser la mayor villana no siempre resulta fácil. Cuando tienes el armario repleto de abrigos de piel tan suaves, ya no te motiva nada y te deprimes. Mis leales Horacio y Gaspar no saben cómo complacerme. He consultado la bola de cristal y el espejito mágico, sin éxito. Tampoco ha funcionado que me lean las cartas del Tarot o las Runas. Ha aumentado mi decepción. Y cuando se me ha ocurrido frotar la lámpara mágica, como tengo de todo, el genio se ha cabreado mucho y se ha esfumado sin despedirse.
    Lo que necesito es dar rienda suelta a mi crueldad en horario «prime time». Creo que voy a aceptar la oferta que me han hecho para participar en «Gran Malvado VIP». ¡Se van a cagar! El caché es lo de menos. Deseo recuperar esa adrenalina que se siente al arrasar entre la audiencia. Para todo lo demás, Mastercard.

  4. Genio en nombre del Flautista

    Orange Rastreator 3.0 del Flautista de Hamelín

    Instalar la aplicación en el móvil fue sencillo. En cuanto la puse en marcha e introduje mis datos, empezó a trabajar. Dicen que es infalible: siempre encontrará tu media naranja. De vez en cuando arroja algunas estadísticas, mientras señala en un globo terráqueo la zona que está rastreando. Respiro aliviada cuando termina de revisar Asia y muestra un número estratosférico de candidatos descartados. No me hace tanta gracia cuando da por finalizadas las búsquedas en Oceanía y África. Con América me esperanzo. Creo que allí podría haber alguien. Pero tampoco. Centro mis expectativas en Europa. Normal que, por razones culturales, esté aquí. La búsqueda se va circunscribiendo a España, a mi ciudad, a mi calle, a mi portal. Y finalmente señala al hombre que, sentado a mi lado en la cama, aplaude feliz porque acaba de saber que su media naranja se llama Dalila y vive en Singapur.

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