Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Los participantes con los alias: EXORCISTA, EL PRINCIPITO y ESQUELETO

 

Tendrán de PLAZO hasta las 23:59 horas de España peninsular del sábado 18 de Septiembre del 2021 para escribir un microrrelato que cumpla con las siguientes bases:

  • * TÍTULO : Una o varias palabras siempre y cuando el título comience por la letra M y termine por la O (por MonstruO). Serán válidos títulos como : MoribundO, Mi niñO, Muy poco pan para tanto chorizO etc … El jurado otorgará 1 punto extra al relato con mejor título, más original etc de toda la ronda.

 

  • * RELATO : Extensión máxima 200 palabras (título no incluido). Debe incluir obligatoriamente la palabra CRIATURA

 

  • * El estilo y tema es completamente libre, pero el relato debe estar basado, como inspiración, en la siguiente fotografía.

 

 

 

 

Enlace para que los 3 participantes envíen su relato AQUI

 

VOTACIÓN del encuentro (se activará cuando se hayan presentado los 3 relatos). Recordamos que solo se permite el voto a participantes del concurso y del blog. Uno no se puede votar a si mismo.

7 Responses

  1. Mel

    MI MANO del Principito

    Soy esquizofrénico desde hace varios años, pero he convivido con mi enfermedad gracias a que me llevo bien con las voces. También sigo un tratamiento.
    Hace un mes, mi mano izquierda ha empezado a actuar por su cuenta y ni yo, ni mis voces interiores, son capaces de manejarla.
    Unas veces me tira las cosas al suelo o me golpea, pero no era demasiado violenta, pero últimamente, me pellizca y me pincha o lo intenta, porque estoy siempre sobre aviso.
    Es como una criatura alienígena.
    El otro día, orinando, me la cogió y empezó a apretar, Conseguí coger unas tijeras y se las clavé, me soltó.
    El psiquiatra me ha mandado a una exorcista.
    En un sótano lúgubremente iluminado, una bruja cocinaba una pócima, a su espalda, un esqueleto.
    Enterada de mi problema, me dio un bebedizo, entonces, la mano se tiró a su cuello intentando ahogarla, yo intentaba retirarme. Cogió un hacha y rebanó mi antebrazo a nivel de la muñeca. La mano salió corriendo como una araña y desapareció en la penumbra.
    Yo ahora estoy en el hospital, donde me han curado el muñón.
    Debajo de la sabana estoy notando como mi pene se mueve alocadamente, otra criatura.

  2. Mel

    Mi abuela, ese monstruo secreto de Exorcista

    Mi abuela era una mujer rica y liberada. Tenía un rostro bello y una mirada que, algunas veces, amenazaba tormenta y otras era tan extrañamente luminosa y serena que también provocaba escalofríos. Sostenía que todo en la vida se había construido con las manos de las mujeres, y así debió de ser en la suya porque no conocí hombre alguno en aquel antiguo palacete ni alrededores. Según llegué a saber, muchos osaron acercarse movidos por el morbo de su hermosura y talento, pero tan pronto como asomaban, desaparecían. Se dedicaba, entre otras cosas, a escribir y amasó su fortuna con historias por entregas sobre una criatura inquietante que las noches de luna llena danzaba con lobisones en un bosque de encinas igualito al que cercaba su finca. No conseguí leer algo suyo porque nunca me lo permitió y ahora, visto lo visto, he perdido el interés.
    Cuando tomé posesión de la herencia descubrí una escalera de ida sin vuelta que conducía, inexorablemente, hacia la más temible oscuridad. Ella solía decir que en todas las casas viejas había un fantasma, aunque debió añadir que en la suya, además, habitaba una bruja. No quieran saber más, les cuento lo que puedo contar.

  3. Mel

    Mi mágica oportunidad de emprendimiento de Esqueleto

    Para terminar mi trabajo de fin de curso del taller de brujería le di a mis gemelos una pócima que iluminara su mente, pero algo saló mal y ahí los tengo, de candelabros en la baranda de la escalera. Mis padres no paraban de insultarme por el error y, harta como estaba, les hice un encantamiento y acerté, ahora son dos cuadros colgados de la pared entre unas arañas —antes eran mis gatitos queridos—, que tejen aburridas su red. Mi marido, un ángel caído del cielo, vio el caldero, probó la sopa sin preguntarme y ahí está la criatura, tranquilo y feliz, como un trofeo a mis espaldas. Por suerte bebió muy poco y ha conservado la mirada y el habla. Me dijo que no que no le importaba, que era feliz y que, como buen voyeur, disfrutaba cuando me contoneaba al preparar un bebedizo.
    Yo ya he olvidado mis apuntes y me dedico a investigar mis pócimas con éxito. De hecho, era bajita, rechoncha, pálida y poco agraciada y me llamaban Julita y hoy dirijo el Magic Scape Room Madame Juliette con ofertas lúdico-gastronómicas para adultos. Mi marido, sin embargo, tiene un rictus desabrido que me desasosiega.

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