Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

AGO13. AZUL CASI NEGRO, de Luisa Hurtado González

Le hubiese gustado haber pasado su niñez jugando en la playa y vivir un primer amor, pero en su piel sólo pudo encontrar el sabor amargo del llanto eterno.
A fuerza de desventuras, su alma se tornó oscura y inició el viaje en el que las olas se acercaban a lamer su piel de color brea, en el que ni cantó ni disfrutó de los atardeceres rojos, hasta que llegó la parca para empujar la patera hacia el temporal y enterrarles junto a muchos otros, entre la playa y el cielo, en el Mediterráneo.

 http://microrrelatosalpormayor.blogspot.com.es/

AGO12. TU AUSENCIA INFINITA, de Estibaliz Dilla Muñoz

Hubo un tiempo muy feliz. Cuando necesitaba sentir calma me detenía a descansar la mirada en tus ojos azules en esos momentos en que creía desfallecer. El mar que bañaba tus pupilas era un abrazo eterno que nunca me cansé de recibir. Relajaba  el cuerpo y la mente en el lecho de rosas que preparabas una y otra vez cada noche para atraparme. Nos amábamos con la pasión de dos seres que temen no despertar al amanecer. Te enseñé que en cada peaje del camino al otro lado de la curva te esperaba una de mis grandes sonrisas, se te iluminaba el rostro y te brillaban los ojos de dicha.
Ahora sin embargo, llevo varias noches alargando el brazo para poder tocarte e instintivamente me rehuyes. Cuando te miro a los ojos no eres capaz de sostener la mirada que antes fijabas en largos silencios. -¿Qué te atormenta?- contra la pared y entre sollozos confiesas que te has enamorado de otra persona. El azul marino que encandilaba toda mi vida se fue tornando en un negro intenso que calaba los huesos.
 –Nada dura para siempre, ni siquiera el color de estos ojos que te han amado tan intensamente.

AGO11. QUIERO MIVIDA, de José Manuel Molina Monclova

¡De vuelta a la rutina!
Mirando embelesado, antes de encender el ordenador, el color azul marino de la pared que tendría que estar mirando todo el año hasta el próximo periodo vacacional, me vino este pensamiento mi primer día de trabajo. Rápidamente recordé mis salidas en bicicleta por el litoral acompañado por la brisa marina de ida y retenido juguetonamente por ella a mi regreso a casa. Las excursiones en familia para descubrir los tesoros que se esconden más allá de donde llega esta brisa.
¡Que 21 días! Más agradables donde eres dueño de lo más preciado tu tiempo. Tu vida, hasta el año que viene.

AGO09. DESORIENTACIÓN CROMÁTICA, de Ricardo J. Gómez Tovar

Dicen que si padeces dicromatopsia no puedes distinguir entre amarillo y azul. He leído en una revista médica que es debido a una diferencia en la longitud de onda con la que se captan los colores. Ondas, olas, mar…
Confundir el azul marino con el amarillo chillón, eso es lo que más me preocupa. Hace un mes, al asomarme por la ventana, me pareció ver el cielo amarillo y el sol azul, como si se hubiesen intercambiado los papeles tras un arrebatador empacho cromático. El azul marino del Canal de La Mancha, cuando lo sobrevolé de camino a Bristol hace dos semanas, refulgía de intenso amarillo como un girasol de Van Gogh, mientras que los trigales castellanos que vislumbré ayer desde el tren se me antojaban interminables campos azulados. El traje de comunión de mi sobrino me impresionó por su llamativo color el domingo pasado: una chaqueta amarilla de estilo marinero en la que yo no distinguía el azul marino por ninguna parte. Plátanos azulados, algo amarillo para la novia, nunca te vistas de azul sobre el escenario… Prefiero un cielo nublado a un cielo sereno y, si me apuráis, un cielo amarillo chillón a uno azul marino.

 www.ricardogomeztovar.blogspot.com

AGO08. PERSECUCIÓN AMOROSA, de Javier Sánchez Campos

Descansaba en su camarote cuando un torpedo destrozó el fuselaje del submarino. Toda la tripulación falleció, a excepción suya. Dice que una sirena lo salvó.
Justo cuando termina de contar la historia, mi abuelo se levanta dirección al aseo. Me quedo plantado en el comedor, a medio camino entre la incredulidad y la pesadumbre.
Es entonces cuando una potente explosión, como venida de ultratumba, sacude la casa. Me escondo debajo de la mesa.
Dejo transcurrir un tiempo prudencial y, descolocado, me dirijo al lavabo. Un fuerte olor a salitre, mezclado con una pegajosa brisa, me sacude al llegar. En el suelo, mi abuelo yace al pie del váter con la cabeza ensangrentada. Trozos de metal incrustados en su cráneo.
Una nota en la pila, mojada en uno de los bordes, llama mi atención. La leo:
“Nunca debiste haberme dejado”.
Fdo: Tu sirena.
El forense asegura que el infarto lo fulminó al instante.
Todavía conservo la nota y los trozos de metal. Nadie lo sabe.

AGO07. UNA DECISIÓN MAL TOMADA, de Nicolás Megías Berdonce

Azul, concretamente azul marino, fue el color de su único uniforme de trabajo, pero de aquello hacía meses y no tuvo más remedio que regresar con sus padres.
Cada día salía de casa con el mismo objetivo, entregar su currículum.  Mientras caminaba por las calles buscando la próxima empresa abierta entre todos aquellos locales cerrados, pensaba en aquella mala decisión tomada años antes. «¿Porqué dejaría los estudios?«.  Aún se le venía a la mente las palabras de aquel amigo con él cual seguía coincidiendo en las colas del paro: «Estudiar, para que pierdes el tiempo en eso, vente conmigo, la empresa en la que trabajo necesitan albañiles. Tío se gana un pastón.«
Antes de entrar en el siguiente bar, recordó el día que lo contó a sus padres: «Yo no sirvo para estudiar, Miguelín me ha encontrado un trabajo, es de albañil, pero dice que se gana muy buen dinero, ¿Qué os parece?«
De aquel bar salió con una esperanza puesta en que ese fuera el lugar. De regreso a casa, se fijó en un edificio en construcción, rodeado de andamios pero a su vez vacío de aquellos hombres que como él, alguna vez vistieron de azul, de azul marino…

AGO06. EL VESTIDO DE NOVIA, de Jesús Urbano Sojo

El día más importante de su vida. Lo había estado pensando, preparando y deseando desde que era un niño, cuando jugaba a las bodas con aquel vestido de su hermana.
Hoy, todo estaba listo. No faltaba nada: llevaba el viejo camafeo de su abuela, colgado al cuello; todo el conjunto de ropa interior era nuevo; la pulsera de su mano izquierda se la había prestado su mejor amiga; y, por último, su vestido color azul marino, como el mar de Isla Mauricio , donde conoció a su amado. Frente al espejo, se veía radiante.
-¿Manuel? ¿Estás listo? El fotógrafo ha llegado.- Escuchó que decía su madre.
Suspiró, tragó saliva.
-Sí.
Salió de su habitación, besó a su madre en la mejilla y sonrió.
-Eres la novia más guapa del mundo, Manuel.- Dijo la anciana entre lágrimas.
Amanda no reprendió a su madre. Ese día no. Pese a que hacía diez años de la operación y todo el mundo la conocía como una mujer, su madre aún la llamaba por su nombre de nacimiento.

 http://islasconformadeletras.blogspot.com.es/

AGO03. EL RETRATO, de Eva García Martín

– Contén esa pincelada y piénsalo bien: Cada matiz dará vida al cuadro – me susurró al oído.
– Pero sus ojos son azules – protesté sin comprender.
– Seguro que lo son. Pero… ¿Son azules como el cielo? ¿Como los nomeolvides? ¿Azul turquesa? ¿Tal vez azul…marino?
Tenía razón, como casi siempre.
Me concentré en evocarlos cerrando los míos.
Los recordaba claros como aguamarinas, pero era cierto que se ensombrecían como el mar profundo cuando alguna idea rondaba su mente, a veces con destellos verdosos de felicidad o tonos grises amenazando tormenta.
Desanimada miré el lienzo al que había dedicado tanto tiempo y cariño: Me sentía incapaz de plasmar su mirada, del mismo modo que jamás había conseguido aprehender completamente su alma.
-No es justo- musité dirigiéndome a la imagen- que siempre logres esquivarme.
Entonces tuve una inspiración: si él pudiera verme en ese momento, me miraría burlón: azul marino, reflejos verdes y brillos dorados…
– ¡Fantástico!- me felicitó el maestro cuando terminé  la obra – Seguro que al modelo le encantará su retrato.
Sonreí escéptica. Sería solo mío: Sumergiría cada día mi corazón dolorosamente encogido por su indiferencia en aquel mar azul con matices. Aunque escociera como el salitre…

AGO02. AZUL REBELDE, de Nuria Casado Marco

Quiso ser amarillo, por su chispeante viveza, su pícaro desparpajo sin llegar a ser insolente como el rojo, por la luz que parecía emerger de él. Nunca le gustó la virtuosidad del blanco siempre impecable en lucha continua con el negro al que aborrecía por su oscura condición . Luego estaban los otros, los intermedios, los acomodaticios, a gusto en su estado aunque nunca fueran cálidos y brillantes.
Probó diversas técnicas, mezclas, llegar al estado mas puro para empezar de nuevo, de cero, emprendió un largo viaje y adquirió conocimientos que puso en práctica y aunque en una ocasión estuvo a punto de conseguirlo sólo logró un tono desvaído que no le satisfizo y que consiguió abatirlo más.
Tuvo que resignarse y pensar que después de todo, no le esperaba una vida gris como a su compañero. Aunque fuera siempre el color de los uniformes, también era el color del mar, y  fue forjando un inicio de sonrisa que dio brillo a su azul…marino.

AGO01. EL MENSAJE, de Juan Antonio Morán

Algunas mañanas de verano acostumbro a bajar a la cala de La Rada con mi sobrina Andrea. La cala es un lugar fascinante: una playa del tamaño de una bañera bordeada por recovecos, espuma y rocas. Nos sentamos sobre un saliente desde donde divisamos el muro kilométrico de acantilado negro y la línea imperceptible del horizonte que parte a la mitad un infinito universo azul.
Me gusta contarle historias marinas que he oído en los veinte años que visito esta costa. Ella, como buena lectora, me describe monstruos marinos y valientes aventureros, mientras confiesa la ilusión por encontrar alguna señal de la existencia de las sirenas, o acaso, un desesperado mensaje flotando que llegue de lejos metido en una botella, el grito clamoroso de alguien que nos necesita.
Hace unos días que su deseo se hizo cruel realidad. La cala recogía los restos deshechos de una patera. Tuve que apartarle la vista y abrazarla fuerte ante el avistamiento de un cuerpo flotando. Era africano, tenía la cara desfigurada por el golpeo incesante con las aristas de la roca. Miré al horizonte en busca de una explicación y solo encontré la tranquilidad de un escenario azul e indiferente.

SE TERMINÓ ESTE VIAJE DE JULIO

 

El plazo para los relatos de julio ha terminado a las 12…
Ha sido un mes en el que las vacaciones ha supuesto la ausencia de algunos, de algunas firmas fijas de este blog-concurso pero que no ha supuesto una disminución de movimiento… de nuevo hemos superado los 100 relatos y de nuevo hemos superado el mes anterior con 24500 visitas en julio.
Nuestro jurado (os recuerdo que lo formamos María Cobo, Miguelángel Flores, Sara Lew y JAMS) tampoco está de vacaciones. Hace ya tiempo que estamos en contacto, y me consta que ya tienen mucho camino andado en este viaje de julio. Nos tomaremos lo que resta de semana para intercambiar nuestras apreciaciones y los resultados estarán, probablemente, para comienzos de la próxima semana.
Mientras tanto estamos deseando leer esos cuentos tintados de azul con olor a sal… marina

Gracias. Un saludo.

JUL112. RETORNOS Y DESTINOS, de Juan Luis Blanco Aristondo

Los expositores de postales con sus indescriptibles verdes, azules y naranjas. Las caricias rítmicas, sedosas y cálidas del Pacífico. El arrebato multicolor de los arrecifes de coral. La música, las danzas, las amistades de lugares remotos del planeta. La selva y sus laberintos. Los volcanes. El sonido difuso de los chaparrones durante la siesta. El río y sus misteriosas criaturas. La fruta fresca, sabrosa y extraña. La sombra de los mangos y el murmullo del mar. El embrujo de las puestas de sol sobre la bahía. Las delicadas tallas de madera que regalaría en cuestión de horas a sus seres queridos…Toda aquella multitud de fascinantes y amables recuerdos se fueron a la mierda en el mísero lapso de tiempo que tarda un rayo en poner fuego y muerte sobre los destinos: una interminable hilera de buzos azules y cascos blancos con lámparas se cruzó en mitad de la nada con el autobús. Todos caminaban serios, decididos, abnegados. Todos iban acompañados por una oscura sombra y una duda. Y a buen seguro, ninguno de ellos viajaba por placer…

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