eva galindo

Cuando compramos la casa, lo que nos hizo decidirnos no fueron sus metros cuadrados ni sus acabados. Nos impactó su tejado de pizarra a dos... Read More

Casi veinte años. Había pasado mucho tiempo. Le reconocí en cuanto vi las fotos en comisaría; no había que ser muy buen fisonomista para distinguir... Read More

Intento añadir tul rosa y  rojo al escote, pero dudo.  Quito el hilván,  los hilos flojos, plancho las costuras y antes de llegar a un... Read More

Caín y Abel viven en una familia antigua pero muy cariñosa. Antes de dormir su mamá les habla del jardín frondoso en el que vivían... Read More

Ayer, martes y trece, me levanté con el pie izquierdo y estéril. A  última hora se presentó la mujer de Pedro, mi amigo,  acatarrada,  y... Read More

Antes de hundirse la coloración del ocaso  anaranjado en  aquel horizonte rojizo, el  suave viento  de la tarde mecía  nuestros sueños. Las  chicas confesaban  que... Read More

Juntos, desde los dieciocho,  salimos al extranjero;  en  aquel tiempo lo mismo estudiábamos, servíamos mesas que lavábamos escaparates como  dos soñadores.  A veces inventando alguna... Read More

Ayer decidí mudar mi universo a la despensa. Aunque no tiene ventanas —que eso ayuda bastante—, he tenido que sellar la puerta para convertir este... Read More

Nos entendemos. Vamos  a nuestro antojo y  me comprende. Sabe que me gusta  llegar al  final del embarcadero, sentarme en los tablones,   asomar los pies... Read More