Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

NOV20. YA NO SON CASINOS, de Ricardo R. González Ramos

Como cada 29 de febrero, se jugó la presidencia de la república, en la ruleta del Casino de Los Monegros Beach, resultando ganador Gordiano Foucault Gastañagagogeaskoa del Karma Democrático.
En ese mismo instante, el nuevo presidente decretó que los casinos pasarían a llamarse Casisis y que debía ubicarse uno en cada antiguo psiquiátrico (con p de intelectual). Los psiquiatras harían cursos intensivos de croupier y los psicólogos de vigilantes. Todos los ciudadanos piltrafillas de la república recibirán, al menos, un premio anual obligatorio para que puedan afrontar su gasto corriente.

Yo recibí mi primer premio en junio de ese año aunque como usuario de utilitario cobré un complemento.
Mi Casisi es el de Alcorcón.
¡Qué bonito es el viaje a Alcorcón en AVE! ¡Y barato! Disfrutamos de un descuento del 72% al usar Barik.

La jerarquía suprema del continente no puede poner pegas a este eficaz sistema de retribuciones al no tratarse de prestaciones ni subsidios.

El Sr. Foucault Gastañagagogeaskoa, por último, también decretó que los partidos mayoritarios serían siempre oposición al haber demostrado históricamente lo bien que lo hacen.

Ahora somos muy felices y, como los cronopios y los famas, bailamos tregua y bailamos cátala. Las esperanzas nos observan y no entienden nada de todo esto.

NOV19. RESISTENCIA, de María Jesús Pueyo (Patricia Richmond)

El ruido le recordó que no era un día más, pero se levantó y repitió todas sus rutinas diarias. A las 7’20, como todos los días, abrió la puerta para salir de casa e ir a trabajar. Salir… Un abismo se abría a sus pies.

Las máquinas habían demolido ya la mitad derecha del edificio. Sólo seguían en pie los pisos del lado izquierdo. No había contado a nadie sus intenciones y se había quedado en su casa, a pesar de la orden de desalojo. Atrás habían quedado los meses de lucha, de oposición a la expropiación forzosa para derribar el hogar de las cuarenta familias del bloque.

Pero ella decidió quedarse. No aceptó el justiprecio, maldita palabra infame y mentirosa. No había precio posible que pudiera compensar la expropiación del refugio de sus recuerdos, el lugar donde habían nacido sus sueños e ilusiones, para ensanchar la acera de la calle. Encontró una palabra mejor, “humillaprecio”, para referirse a la miserable indemnización y remitió su rechazo al ayuntamiento.

Miró atrás para despedirse de su hogar, cerró los ojos y salió de casa.

NOV18. REUNIDAS, de Carmen Martínez Marín

 Lo que de verdad le gusta, son las palabras que acarician, sin pensar en la caligrafía aunque la sintaxis sea errónea. Le gusta dibujarlas sobre ideas o garabatos que tengan sentido, sin conocer la técnica. Jacobina, desde niña reúne palabras en sus libretas de dos renglones. Ha ido con ella a todas partes. Jamás se fijó en los números, sólo los conoce. Ahora que tiene el pelo níveo, lee cada una de sus palabras reunidas a través de sus ojos claros. Muchas son inventadas, desconocidas, atrevidas, dulces, agrias, saladas. Son sus vocablos. Y los cuadernos serán su legado el día que su voz se apague o cuando sus manos no puedan garabatear. Contenta por la herencia que deja, piensa que será como mirar a través de un cristal cuando llueve. Se puede escribir e inventar palabras, se puede leer al derecho y al revés. Sólo ella sabe el significado.

NOV17. EL MAGO, de Sandra Monteverde Ghuisolfi

Los niños esperaban ansiosos y la chistera no aparecía. Rebuscando en el baúl, halló un sombrero raído de sus tiempos de mimo. Guardándoselo en la chaqueta, salió a confrontar al destino.
Agotados los trucos de cartas, pañuelos y monedas, grandilocuentemente sacó del seno el viejísimo chambergo e introduciendo dentro su mano derecha, lo presentó al público. Mímica y onomatopeyas mediante, entre él y los niños comenzaron una búsqueda afanosa. Gallina, gato, perro, pato y caballo fueron rápidamente descubiertos; el dragón, el cocodrilo, la jirafa y el hipopótamo costaron más, pero también estaban en el sombrero.
La función culminó con la mayor ovación que el mago hubiera cosechado jamás. Se retiró eufóricamente emocionado.
A punto de irse, una señora con su hijo cogido de la mano le espetó: – confírmele al niño que en el sombrero no había nada. A mí no me cree.
El hombre se agachó y mirándolo a los ojos, le pregunto al chaval: – ¿Tú viste a los animales?; el pequeño asintió tímidamente.
Sonriendo satisfecho, se dirigió a la madre y le explicó: – Señora, si usted prefería la chistera con doble fondo, permítame que me apañe una expresión: su problema es que tiene la imaginación apolillada. Buenas noches.

NOV16. NADA ESTÁ ASEGURADO, de Juan H. García-Zeballos

-He pensado un nuevo término. Mi hija me propuso una apuesta: “Ya que eres tan listo, inventa una palabra; si tu ingenio es igual a tu fuerza, muy pronto la veremos incorporada al diccionario de la Real Academia”. Me desafió contundente.
En fin… fiel a mis principios de tener todo bajo control, aquí estoy ante ustedes para presentarles mi ocurrente neologismo: Democracia, del griego demos, pueblo y kratos, poder; es decir, donde hay Democracia quien gobierna es el pueblo. ¿Qué les parece?- Preguntó retóricamente el dictador, al cerrar su discurso en aquel año 15013.
La aprobación del auditorio fue unánime, pues tantos siglos de gobierno totalitario, habían provocado la admiración de los espectadores por lo novedoso del vocablo.

NOV15. LA MUÑECA EMPIPORINLADA ESCAPIRULÓ, de Anna Jorba Ricart

 Iba empiporinlada la muñeca en manos de la pequeña Julia. Ésta se divertía giratrizandole el cuello que la dejaba como la niña del exorcista. Le arrancaba los pelos en mechones revoltrinados. Y hablándole con palabras desafillentes y mirada fija a los ojos creía dominarla y asustadicentarla. Parecía haber encontrado en la muñeca la compañera ideal para tratiavenirse en sus sádicos juegos. Un día, al entrar en la habitación, Julia vio que su muñeca no estaba donde ella la había camiacostado y se extrañó. Sobre la almohada había una misivinota que Julia leyó con atención. Escapirulando la muñeca había cogido el portante.
Desde entones Julia, que por primera vez sintió la soledad, aprendió a tratar bien sus cosas.

NOV14. EUFEMISMO GARCÍA, de Javier Sánchez Campos

Salió temprano de casa. Debía participar en la junta interdepartamental que estudiaría el ajuste de personal. Los anfitriones serían el Coordinador General y el Comité Ejecutivo de la zona Este, “muy implicados en vuestro proyecto”. Mostrarían, además, la virtudes que proporcionaba la movilidad exterior, la descentralización geográfica, las amplísimas oportunidades de progreso personal y laboral que ofrecían. “Ningún trabajador sensato rechazaría esta oferta. Tienen ante ustedes una excelente manera de conocer otras culturas”. La conclusión fue esperanzadora: parte de la empresa sería recolocada en La Unión Europea. Las condiciones se respetan, “faltaría más”. Él era uno de los afortunados.

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Salió de casa y aún era de noche. El día anterior le habían “invitado a participar” en la reunión donde concretarían el brutal ERE que le afectaba. Allí estaría el jefe y sus socios (dos cuñados y tres concejales), los cuales, para muchos, no tenían rostro. Fueron claros: si no querían irse “a la calle”, debían aceptar la propuesta. “Europa no es tan grande; peor sería vivir en Estados Unidos”. Cobrarían lo mismo. “Si queréis a vuestros hijos, ya sabéis. En la puerta tengo cien esperando vuestro empleo”. Él fue uno de los perjudicados.

NOV13. INFINITERNIDAD, de Antonio Ortuño Casas

No había nada, tanto de eso que tampoco se recuerda nada, una eternidad infinita. De pronto, como de la nada, casi por arte de magia algo pequeño, casi insignificante, repetido pero también diferente a la vez, aparece en escena requiriendo todo tipo de ayuda en su desarrollo, hasta que cree que puede por si solo ir haciendo su propio camino, que será corto, mínimo y minuciosamente trazado en la red en la que caerá para defenderse sin más armas que su frágil coraza. Ahí será devorado poco a poco sin compasión por cualquiera más fuerte que él. Y de pronto desaparecerá, casi otra vez por arte de magia, todo se apagará nuevamente y tampoco habrá de nuevo nada, por delante solo otra eternidad, también infinita.

NOV12. LA EQUIVOCACIÓN DE ROUSSEAU, de María Elena Sánchez Álvarez

Fue tal la jarangundia que me trasliveyó desde los primeros días, que aún sigo despinponándome. Y pensar que Rousseau creía que todos comenzamos siendo renacuajos.
Todo sucedió hace muchos años, cuando empecé a desarrollarme, fui asimilando pautas y aprendiendo el lenguaje que más tarde reconocería. Caricias, música, baile… lo peor, las noches fogosas y jadeantes que no me dejaban dormir, pero bueno, esto lo tomé como una enseñanza más, de hecho harto lo agradecí en mis primeras yacundias.
Cuando llegó el día del partifilio, no me da vergüenza reconocer que experimenté cierto miedo por ese desconocido mundo al que me iba a enfrentar. Después de atravesar el túnel, sentí primero frio, luego un soplamocado en las nalgueras que me arrancó a llorar, seguido de un traquetemenajado que me dejó impoluto para minutos más tarde ir a parar a las mamondias de mi querida madre, que presto la reconocí , su voz era inconfundible, también recuerdo la carotada de tontolado de mi padre. Tres días pasamos allí, al cuarto ya estaba en mi nuevo hogar. Así comenzó mi nueva vida después del alumbramiento y gracias a la estimulación temprana “amo la vida, amo el amor, soy un truhán, soy un señor…”

NOV11. ÚLTIMA PALABRA, de Marcos Santander

Tomé un trozo del espacio que latía entre la mirada de todas las mujeres y lo fijé al impulso del universo oculto en tu corazón. Ya había recorrido casi un cuarto del trayecto. Me abalancé sobre un significado perdido en un mar de sintaxis de plata y lo trabé con una espina y su sangrante rosa. Al cabo de unos minutos la casi palabra asomaba su quietud por encima de un horizonte donde la luz no desaparecía, y el vuelo antiguo de dos letras jugó a recrear el viento y la vida. Cuando ya casi habíamos terminado, sobre el campo de batalla desordenado y carnal de un triste diccionario apareció impresa y herida para siempre, enjugando líquidos colores de su fuente y de las de sus compañeras en la sección, la milésimo-enésima palabra perfecta y vilipendiada: libertad.

NOV10. AUTOMATAS, de Beto Monte Ros

Entraron subrepticiamente a algunas casas y notaron un patrón que se repetía: en casi todas encontraron objetos que a ellos les parecían inútiles y que podían constituir un estorbo para el desplazamiento de las maquinas escudriñadoras de escondites, las que serían utilizadas en el caso que algunos osaran ofrecer resistencia. Luego de haber recopilado información suficiente y cuando se disponían regresar a su mundo, divisaron cierta agitación en frente de uno de los grandes edificios de la ciudad. Creyendo que esto podría representar algún peligro para sus objetivos, se dispusieron a indagar. Llegaron al lugar y al cruzar el umbral quedaron aterrorizados. Tratando de no delatar su presencia retrocedieron y corrieron hacia su nave, al llegar a su destino fueron a rendir el informe: “la misión no podría ser llevada a cabo, el planeta tierra ya estaba invadido y había sido esclavizado por los seres más despiadados de toda la galaxia, el enemigo al que ellos nunca habían podido dominar: los Darmonedis, especie que se reproduce en los centros comerciales, quienes carecen de cerebros y, como zombis, recorren el universo arrasando con todo lo que encuentran a su paso.
unchindepalabras.blogspot.com

NOV09. VIOLETUS BEGOEDIS, de Edita Nogueira Tallón

Begoña y Edita, maestras de profesión y micólogas de pacotilla, después de varias salidas infructuosas por parajes habituales, cambian de rumbo. Pertrechadas con el instrumental pertinente, incluidos navaja con cepillo incorporado y rastrillo telescópico de fabricación doméstica, se echan a la carretera en busca del bosque encantado, siguiendo las instrucciones de un viejo cazador.

No sin dificultades, llegan, por fin, a la meta. Efectivamente, es un fantástico monte con abundantes pinos y caducifolios, ideal para que los hongos crezcan a sus anchas. Y así es: los hay de todas las formas y colores, ¡pero ninguno para el cesto!

Exhaustas y desalentadas, ya de retirada, tropiezan con un grupo espectacular de setas moradas. No logran identificarlas; podrían ser lepistas o cortinarius, pero no lo parecen. ¿Y si fuera una especie desconocida? ¿Y si este hallazgo las convirtiera algún día en protagonistas del libro gordo de micología? Antes de abandonar semejante tesoro, lo fotografían desde todos los ángulos y lo bautizan, utilizando para ello fragmentos de sus propios nombres, por si pasan a la historia…

Ya en casa, y mientras no averiguan el protocolo a seguir, deciden patentar su descubrimiento en un microrrelato de concurso.

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