Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

OCT145. ¿QUIÉN MATÓ A JUANITA?, de Inés Zapirain López

Me encaminé hacia un pueblo con mar para enfrentarme a mi último caso. El aire caliente hizo que me desprendiera de la americana y el sombrero mientras mi ayudante, Ramírez, me informaba de todo. La víctima, que aún seguía sobre la arena, se llamaba Juanita Reyes. Había recibido un golpe seco en la cabeza y, posteriormente, la arrastraron hasta la playa. Era el cadáver más bello de toda mi carrera.
Mientras la miraba, Ramírez me puso al día sobre los posibles sospechosos: Carmela, la dueña del colmado, intuía una posible relación con su marido; Don Pío, el médico, ya no tenía tantos clientes gracias a los ungüentos de Juanita; para terminar, Justo, “el loco”, todos conocían su obsesión por la joven sanadora.
Me agaché para mirar las plumas que adornaban su cabello…, pude ver algo más: con mis dedos recogí unas astillas de madera de entre sus rizos y, con ellas en mi mano, me dirigí a interrogar al supuesto loco. De camino topé con la iglesia, pudiendo ver, junto a la entrada, a un joven cura restaurando lo que parecía ser la cruz de un maltrecho santo. Me detuve en seco sintiendo que algo se clavaba en mi mano.

OCT144. LA MIRADA DEL PROFESOR, de Isabel Martínez Barquero

Se enamoró perdidamente de aquel profesor que nunca la miraba a los ojos. Recién llegado al pueblo para el nuevo curso, nadie supo contarle de su vida ni de su situación sentimental. Armada de intrepidez, lo siguió hasta su casa, espió sus costumbres, indagó en sus gustos a través de los encargados de las tiendas e hizo todo lo que estaba en su mano para conocer más de la vida del hombre que la tenía seducida sin remedio y que la ignoraba de manera ostentosa.
Cuando casi creía que nunca repararía en ella el atractivo profesor, obtuvo la primera mirada de él. Fue a la salida de las clases, en un claro día de finales del invierno. Todo su interior brincó revolucionado, como si dentro tuviera metidos a los innumerables caballos de un hipódromo. Se sintió feliz, sin saber que aquella primera mirada sería la desencadenante de su creciente estado de debilidad, el mismo que la llevaría a la muerte una semana después, una vez recibidas en su cuerpo un número considerable de miradas del amor oscuro que había elegido

ENTRE LOS GRANDES DE LOS PEQUEÑOS… RELATOS

¿Qué os parecería compartir páginas con Raúl Brasca, Fernando Iwasaki, Ana María Shua, Andrés Neuman o Alberto Chimal?
Pues prepararos para soportar una envidia soberbia porque en este enlace podéis ver y descargaros la
en la que se encuentran todos estos autores… y en la página 39 podéis leer 
«La venganza del mago» de PATRICIA RICHMOND
o sea la Mª Jesús Pueyo que nos acompaña en ENTC desde este verano…
¡¡¡Felicidades, campeona!!! 

OCT143. CITA INESPERADA, de Mercedes Daza

Los árboles huyen tras el cristal. Los recuerdos giran, deprisa, a la velocidad a la que avanza el coche. Mis huesos se quejan. Ensordecedoras sirenas me impiden conciliar el sueño que tanto anhelo. El olor a sangre me provoca nauseas. Vencido, todo se torna oscuro. Alguien se sienta a mi lado y enciende la radio. Sigilosa, entra en mi vida a la par que se la lleva. Suena en la radio Sympathy For The Devil. Ella la canta con entusiasmo, dando pequeños golpes al volante al ritmo de la música. Pisa el acelerador y consigue mecer mis nostalgias. Mis ojos entreabiertos descubren su cuerpo desnudo, que dibuja una sonrisa en mi rostro. El baile ha comenzado. Ya no te tengo miedo.

OCT142. ¿LIBRE?, de Alfonso González Cachinero

Para él aquel no era más que otro día de trabajo, proclive a la desgana, bajo un sol abrasador. Pero todo cambió en un instante cuando recibió el aviso que estaba esperando. Inmediatamente soltó los aperos y corrió a casa.
Se aseó rápido con sus recias manos frente a un espejo casi opaco. Mientras se ponía el traje nuevo que tenía reservado, revivió como en un destello todas las horas de soledad. Le sonreían los ojos. Cuando se hubo atado los zapatos, sorprendió a una hermosa araña en el suelo y la aplastó sin ningún desagrado. Cuánto miedo le daban las arañas a su hijita (lo recordó como si no hubieran transcurrido cinco años y ella siguiera allí). Por fin terminó de arreglarse y enfiló en dirección al encuentro.
El otro, tras cinco años encerrado, salió feliz por el portillo del penal. Completamente ajeno al fatal destino que le aguardaba ―impecable, sonriente, también en busca de su libertad― detrás de la primera esquina.

MAR Y PRECIPICIO… HABITADO

Mar Horno en plena presntación, , Miriam Márquez y Javier Ximens
Towanda, Ximens y Petra Acero
No hay alegría mayor en este ámbito de los escritores que ver tu trabajo creativo luciendo en la página de una edición. Si además eres el autor de todo lo que aparece en él… la alegría debe vestirse de … satisfacción, ilusión, orgullo…
Del mismo modo que reflejamos los exitos en los concursos, ENTC quire hacerse eco de otros logros conseguidos por sus «amigos» o «familia» (como se dice habitualmente por aquí) 
Este fin de semana, en Madrid, en la «librería-café» El Dinosaurio, tuvo lugar la presentación del libro
Ocurrió en el marco del quinto aniversario de la editorial que ha confiado en ella, Talentura, y eso convirtió la tarde en una fiesta completa.
Mar leyó dos relatos del libro y presentó su trabajo como «un modo de acercarse a esos precipicios que alguna vez hemos habitado todos» Esos precipicios que Mar ya nos ha mostrado por aquí en toda su plenitud.
 ¡¡Estamos muy contentos de esa edición!!
Hubo muchos otros conocidos nuestros por allí, y algunos ya nos han chivado que entre saludo y cotilleo se habló (y dicen que mucho) de ENTC… lo que nos perdimos…

¡¡¡Felicidades a Mar!!!

OCT141. ¿JUEGAS?, de Andrea Núñez-Torrón Stock

El juego es muy sencillo. La peonza gira y ya estás muerto.
Cada vez que algún niño desempolva su yoyó, un diábolo rojo como una llama entre hilos, el vertiginoso vaivén de una peonza, yo estoy allí. Calladito. El azar me gusta tanto como las puertas abiertas, el clin clin de los sonajeros, el chirriar de las tizas trazando una mariola, la canción de las canicas.
Por eso nunca me canso de deslizarme como un soplido bajo las ranuras, girar la peonza y llevármelos conmigo. A donde sólo somos soplos que juegan para siempre.
Al fin y al cabo, no tengo la culpa de que mi padre me asfixiase en 1973, ¿verdad?
Cada vez que saques un juguete,ambos podéis ser míos. Hago un chasquido, la peonza gira suave y he ganado la partida. Otra vez.
Es muy sencillo, ¿juegas?

OCT140. SEGUNDAS LECTURAS, de Evelyn Pérez

Trémula a su contacto tiembla como una vela.
Brotan amapolas en su carne a cada latido.
Suspira rendida.
Y es por él.
– ¿Qué hemos hecho para merecer esta suerte?
Las palabras lo atraviesan todo (garganta, aire, cuerpo)
– Esperarte cada tarde a la salida de clase. Recorrer contigo el camino hasta tu casa. Llevarte cogida de la mano. Prender tu beso en mi solapa donde todos pudieran ver que era mío. Construirte un palacio. Guardarte dentro para que ni el viento te rozase. Regalarte cada mañana la flor que había marchitado el día anterior…
– Cállate ya. A eso le llamaste amor y lo usaste para hacerme daño. Dispara de nuevo y esta vez, por favor, acierta.
Trémula a su contacto tiembla como una vela.
Brotan amapolas en su carne a cada latido.
Suspira rendida.
Y es por él.

OCT139. MATIAS, de Rosa Martínez Famelgo

Desde que la riada de la primavera pasada, nos devolvió al abuelo Matias con ataúd incluido, no hemos podido devolverlo al campo santo. Se niega a ser enterrado de nuevo y se pasea por el pueblo asustando a propios y extraños. Ha formado panda, con los demás resucitados. Isidro, el de la Luisa, con la señora Micaela y con Aniano, el cojo. Todas las tardes se reúnen el la tasca para jugar al mus. Cuando regresa a casa, oliendo a vino y algo mareado, intentamos razonar con él, pero dice que no, que si ha vuelto tiene que ser por algo y que hasta que no lo averigüe, no se piensa morir otra vez.

vanalaire.blogspot.com

OCT138. EN UN RATITO NOS VEMOS, de Mª Rosario Val Gracia (Rosy)

-Pacita, así no puedes seguir… cada día estás peor.
-Pero ¡si estoy de maravilla!, todo vuelve a ser como antes. Esta mañana después de desayunar, me besó, luego las llevó al cole… Iban regañando, Julia tiraba de los rizos a su hermana, ¡cómo le enfada que se ría de su amiguita imaginaria!
-Venga, prepáralo todo… nos vamos.
-No, están al llegar… no puedo irme de esta casa, aún quedan juegos, secretos que descubrir, caricias, besos por estrenar…
-Si no vienes ahora, otros vendrán a buscarte… albas batas, píldoras coloristas… adormecerán tu memoria, al menos conmigo… estarás con ellos…

Sube a su cuarto y allí sobre la mesilla… les da un beso, los abriga en su pecho. Del cajón saca la pistola, con mano convulsa apunta a su cerebro. Caen al suelo… al mismo tiempo. El marco y el cristal se hacen añicos. La foto es del día del parto, donde su marido sostiene a las gemelas, cada una en un brazo… hoy de nuevo pintados en sangre, igual que aquella tarde cuando volvían del colegio, y se encontraron con ese loco que conducía su coche de frente al de ellos.

OCT137. UNA NUEVA VIDA, de Antonia Fernández Sández

Después de dos años por fin se iban a conocer.
Afrodita, (como se hacia llamar), había accedido a tener una cita con él. Decía que tenía el cabello negro, largo y ondulado; y unos hermosos ojos verdes.
Según su último e-mail, estaba muy nerviosa e ilusionada por el encuentro.
Una ducha,un afeitado perfecto,su camisa más elegante y su mejor fragancia harían el resto.
El corazón le latía muy deprisa.
Había dejado todo preparado por si la cita se prolongaba y ella accedía a ir a su casa…
Velas aromáticas, bombones y champán enfriándose en la nevera.
Cogió la flor que serviría para que ella le reconociera y de un sólo portazo cerró la puerta tras de sí.
Arrancó su coche, encendió la radio y salió del garaje. Había tormenta y una espesa lluvia se había apoderado de la ciudad.
Sorteando los charcos, conducía rumbo a su destino, era feliz, era el comienzo de una nueva vida…
En otra esquina, un grupo de atracadores huía a toda prisa después de desvalijar un banco. En la huida desesperada, el conductor se saltó el stop y colisionó con él, de repente, todo se quedó sumido en un silencio eterno…

OCT136. EL VIAJE SIN PALABRAS, de Antonio Ortuño Casas

Las palabras se las lleva el viento y nosotros con ellas en el tiempo. Eso escuché decir varias veces a mi abuelo, sabio en palabras como el que más; en cada momento sabía dejar caer su metáfora, su dicho, animando cada tertulia. Así sentenciaba y dejaba siempre el ambiente adornado con el perfume de sus palabras.

Hoy él se ha dejado llevar sin darse tiempo a embellecer con ellas el viaje del silencio. Pienso que lo ha hecho adrede, porque ayer me llegó a decir a solas que había un momento, sólo uno, en la vida donde sobraban las palabras.

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