Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

EFECTOS SECUNDARIOS 2: MERMELADA Y TANGO , de Rafa Heredero

— ¿Estás seguro de que esta mermelada hay que tomarla así?
— Segurísimo. Me han enviado un e-mail con las instrucciones. Viene con fotos y todo. Dicen que es la mejor forma y que está buenísima. Hay muchos testimonios que lo confirman.
— No sé, no sé…
— Anda, no seas tonta, vamos a probarla. Mira, yo te tengo que poner un poco aquí… aquí… yyyyyyyyy… por aquí…
— ¡Uyyy! ¡Qué calentita y pegajosa está!
— Será cosa de los arándanos. Toma el bote, que ahora te toca a ti.
— ¡Ah, claro! Y yo te la extiendo por… ¡Haaaaala! No voy a tener suficiente.
— Ya. Es que no me conocen. Deberían haber mandado un par de cajas por lo menos. ¡Y con lo golosa que eres, además! Tú haz lo que puedas…
— Vale… vale… ¿Lo hago bien así?
—…lo… estás… haaaaa… aaaaaaa… ciendo… mu…muyyyyy… bien…
— Pues ya está. ¿Empezamos? ¡Un momento! ¿Y la mantequilla, para qué la has traído?
— ¡Ah, sí! (¡Buuuuf!)… para que podamos bailar el tango.
— ¿También te han explicado eso por e-mail?
— No, lo vi en una película.
— ¿Y cómo se usa?
— Esta noche te cuento. Ahora vamos a disfrutar de la mermelada, que tiene una pinta… ¡y hay que comérsela toda, eh!

****************

¿Qué más queréis que os diga? Añado mi testimonio a los ya escritos en estas mismas páginas. La mermelada de arándanos de El Sendero del Agua es una delicia. Simplemente exquisita. Pura lujuria. ¿Seguro que no está prohibida?

MAY144. LIBRE, de Kriselda Fernandez

Otra noche sin dormir. Tus ojos arden y pesan. Con la mirada perdida recorres la pared manchada y fría, sin ánimo ya, te repites hasta la extenuación que ha llegado el momento de correr. Cadenas y ataduras invisibles, ideas conservadoras impuestas por generaciones forman el grillete que sangra tu piel. El cepo de sus amenazas mantiene tu cabeza gacha; los barrotes de tu cárcel se yerguen uno a uno por la impotencia de sentirte débil, pobre, desnuda, pequeña, incapacitada. Otro día perdido, otro año perdido en su cuento perverso. Ahora es tu tiempo. Tiempo de ser león y no cordero, de respirar a dos pulmones, de cerrar tus oídos y detener sus puños. 

De ningún lado vendrá la ayuda; nadie te rescatará, princesa. El príncipe de tus sueños está en ti, el valiente que corta a filo de espada cadenas y grilletes, que rompe el yugo, eres tú. Suelta esa piedra que lanzabas a la luna; toma las riendas de tu vida; si no hay camino, ábrelo a fuerza de andarlo; cruza la puerta, cruza el puente, no mires el castillo. Ya todo ha sido pensado, ahora has que suceda. Toma al niño de la mano y huye lejos, princesa.

MAY143. CUENTO DE AMOR BOTÁNICO, de Manuel Montesinos

Te amaré toda tu vida, es más, te amaré toda mi vida Princesa, me gusta llamarte así. Recuerdo la primera vez que te vi con la altivez soberana que concede saberse descendiente de imperiales dinastías. Tu piel, sobre la que ahora corren las últimas gotas del rocío amanecido, aún mantiene la tersura carnosa de entonces.

Princesa, me gusta llamarte así. He creado un vergel elíseo a tu alrededor, te retiro de la umbría, podo tus marchitos defectos y te alejo de las semillas rebeldes. 
Princesa, llevas en tus raíces la savia de reinos antiguos, de Irán o Turquía. ¡Qué más da! Has sido educada en las más sofisticadas cortes palaciegas, diríase que posees grandes poderes: sabes medir la cantidad de luz que puede filtrarse en las habitaciones, detectas la mínima variación de temperatura, el grado perfecto de humedad y el rumbo de las corrientes de aire. 
En tu vida latente, hoy has vuelto a germinar y, sin que sea primavera, me regalas estambres voladores con perfume oriental. 
Ahora he de irme de viaje, pero no temas, el vecino te regará dos veces por semana y te contará historias de amor botánico para que sigas creciendo en mi ausencia.

MAY141. LA PRINCESA CONVERTIDA EN REINA, de Vicente Briñas Martín (Cuentón)

Una policía la consuela mientras se dirigen al vehículo que la llevará a comisaría, donde pasará la noche. Allí, tumbada en un camastro, se reprochará mil veces el no haberlo entendido cuando eran novios.

Cuando nos casemos, princesa, no te faltará de nada. Dejarás el trabajo. Te haré reina, de la casa y de mi vida. Con frases como ésa la había seducido. Todas las tardes la esperaba con un ramo de flores, siendo la envidia de las compañeras, que deseaban, también, su príncipe azul. 
Se casaron y ocurrió. Dejó su empleo, olvidó las amigas y se dedicó a su reino por completo. Todo como su majestad deseaba. Pero era una reina carente de poder. Su misión era servir a su señor. Y como todo no era perfecto, éste la castigaba y la pegaba como a los siervos insumisos. Y así pasaron largos años. 
Ella observa su salpicada mano empuñando un cuchillo. En el suelo, su señor. La sangre chorrea por cuello y abdomen. Su tronco produce pequeños respingos, como si quisiera incorporar su soberano cuerpo. Ella suelta el arma y se incorpora, mientras su gesto desencajado grita con más amargura que intensidad.

http://loscuentostontos.blogspot.com.es/

MAY140. EN LA EDAD DE LAS PRINCESAS, de Irene Pastor

Hubo un tiempo en que creí crecer muy muy deprisa. Fue un tiempo de desengaños, pero también de misteriosas revelaciones: aprendí a leer de corrido; averigüé  que los niños no venían de París sino que los traían las mamás de los hospitales; me sorprendí al contemplar que los ruidos del cuarto de mis padres no los provocaba ningún ser monstruoso sino mis padres besándose; me sentí altamente desconcertada cuando, en la playa, vi a mi primo Elías bañándose desnudo, y al final de unas navidades, en una caja del trastero, confirmé que mi padre no se llamaba Antonio sino Melchor, y que yo, por tanto, tenía sangre real.

UN PROYECTO BENÉFICO QUE NO ES UN CUENTO…

No podemos hacer menos que ayudar a difundirlo…

Antonio Nieto, asiduo colaborador y amigo de ENTC, ha publicado un libro a beneficio de la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ADELA). Se titula «El oro de París» y es una divertida historia sobre la búsqueda del oro de la República en la época de la transición. Todo un placer leerlo y, sobre todo, regalarlo. Antonio es, ante todo y sobre todo, un gran contador de historias.

Si alguien desea adquirir este libro, puede hacerlo a través de la asociación: http://sites.adelaweb.com/web-adela/ o el teléfono 913113530 Paz o Paloma.

MAY139. ROBADOS, de Marcel Gris

Camina en busca de momentos que cazar. Va sin rumbo por el casco viejo. “Entre las piedras” como suele decir. No hay objetivos, sólo instantes que se cruzan con él. 

En la plaza de la iglesia quemada, bombardeada y reconstruida por el hombre, encuentra una fuente de piedra sobre la que una pareja se besa con la suave ausencia del ruido de las terrazas que los envuelven. Los mira con el ojo que cuelga de su cuello. Sonríe. Ha encontrado lo que buscaba.
Ella es bella, hermosa, casi un sueño. Él, un simple afortunado de cuento de hadas. De hecho, representan un posible final del “comieron perdices”. 
Se aproxima a ellos con su objetivo descubierto y el sigilo anónimo que le permite el gentío de las mesas y sus comensales, un mediodía festivo cualquiera en este histórico y turístico lugar. 
Apunta. Ella lo mira. Él duda. Gesticula. Ella sonríe mágicamente. Él dispara, robando el instante. Inmortalizando el beso, la sonrisa. Sus recuerdos.

MAY138. MUNDOS DE PAPEL, de Marta López Cuartero

Hoy, como todos los días, queda envuelta en el ordenado silencio de los libros. En esa nube de sosiego, donde aún laten los ecos del pasado esparcidos por las esquinas de los pasillos con olor a rancio, sumerge la soledad de su vacío. 

Está triste y para huir de esa melancolía, ha aprendido con exquisita destreza a robar historias de otros y a arrancar las palabras que impregnan su piel. Las yemas de los dedos pasan las páginas y la realidad se enreda con la fantasía. 
Así, igual es cortejada por hombres que se postran a sus principescos pies, como es ella concubina de dioses de mitologías lejanas, incluso alguna vez se han visto debajo de las estanterías pequeños charcos de agua con olor a sal y destellos irisados; estela de sirenas que han cruzado, apenas un instante, en el volteo de la página. 
Sentada en el rincón de la biblioteca, con sus mejillas bañadas en el tenue resplandor del flexo de su mesa, apenas puede apartar la vista del libro que lee. Y sonríe.

MAY137. RECUERDOS, de Patricia Arroyo Apellániz

Brisa venía de lejos, de muy lejos. No recordaba su origen. Era como un barco sin rumbo que no encuentra tierra en la que atracar. Se sentía cansada de tanto caminar. Las plantas de sus pies reflejaban el mapa de su vida, cada kilómetro recorrido, cada pueblo paseado, cada calle vagada. Pero por más que miraba sus soportes buscando encontrar la senda de regreso, no lograba interpretar el plano. No quería seguir avanzando. 

« “Quién sería ella? ¿Sería feliz antes de comenzar su andanza interminable?” se preguntaba cada mañana » 
Realmente no se había movido de su palacio, recorría una y otra vez su jardín paradisíaco, sus caminos de piedras preciosas y desde allí contemplaba la mar. Se cruzaba con las mismas doncellas cada día sin reconocerlas, y llegó a olvidar su nombre, a sus padres e incluso borró de su mente que tenía un esposo que la amaba. 
-¿Qué le pasa a la princesa Brisa?- preguntaban las visitas en palacio. 
– Padece la enfermedad de los recuerdos, se han esfumado todos. Brisa llora todos los días porque quiere volver y los demás lloramos porque queremos que vuelva. Hace tiempo se perdió y no encuentra el camino de vuelta.

MAY136. GERMÁN Y LA PRINCESA, de Ángeles Sánchez Gandarillas

Germán, a pesar de tener seis años, sería armado caballero por el Rey; además, colaboró en esa decisión, su tía la reina, y también se vengaría de su prima, la princesa Juana que le tenía atormentado porque ella no reinaría, porque él, segundo en la línea sucesoria, sería el monarca. La heredera desairada, debía amadrinarle hasta el salón del trono. Caminaban solemnemente al son de trompetas y la princesa apoyaba su mano sobre el antebrazo del futuro caballero que, lucía armadura, capa carmesí, remolcaba un mandoble y portaba un escudo blasonado con un dragón. El Duque, su orgulloso padre, sería testigo de lo que allí sucediera. Germán, fascinado, hincó la rodilla ante el rey dispuesto a recibir los honores. 

– ¡Os nombro Caballero del Rey y os asigno el condado del Dragón! Sintió la pesada espada sobre su hombro y el pellizco cruel de la princesita… Germán agotado, se retiró a sus aposentos pues, al día siguiente tenía esgrima; recogió algo indispensable, la cámara de su padre, porque sin aquellas fotos, sus amiguitos jamás creerían que en el año 2013, fue nombrado caballero por un rey en su castillo, y que su tía representaba el papel de reina.

MAY135. ALQUIMIA, de Patricia Mejías

A pesar de los esfuerzos por tutelarle aquel inesperado patrimonio, él aguardaba su turno en el pajar. Miró a través de la puerta entreabierta: las riadas de sudor, por la espalda curva de placer, le avisaron que la hija del molinero había arruinado otro noble. Ella, como cualquier aspirante a princesa, sabía convertir la paja entre sus muslos en monedas de oro. 

«Compra la felicidad entera», repetía el padre Balduino, con su temerosa sobrina pendiente del brazo, al expósito. Pero más le gustaron los compasivos ojos en venta de la molinera. Al contrario de las miradas de asco y miedo que generó desde que fuera abandonado en una rota canastilla de barro y hojas secas, como un nido caído desde lo alto del castillo Draco, y del que ahora era legitimo dueño, con el título de Señor de Draconia. 
«Entonces, no se por qué está triste, mi princesa, entre tanta riqueza». Y la lengua ígnea empujó a la molinera contra el incombustible lecho de joyas, piedras preciosas y dorados retintines… 
Mañana, los caballeros, y desató el nudo cartilaginoso de la espalda que al contacto con el frío aire de las almenas, se desplegó en un par de membranosas alas.

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