Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

MAMIHLAPINATAPAI

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. Comenzamos el año con MAMIHLAPINATAPAI, el entendimiento con la mirada. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de MARZO

Relatos

MAY26. REGALO REAL, de Miguel Ángel Cejudo López

Mamá compró una muñeca Princesa, con su hermoso pelo rubio, su corona y su rosa vestido, para regalársela a Paula, la hija de la vecina que estaba ingresada en el hospital. Aquella tarde quedó con su hija Julia en que al día siguiente irían a visitar a su amiga.
Julia creía que el regalo debería estar a la altura de Paula, que era la verdadera princesa de este cuento y pensó que a la muñeca le faltaba un detalle para ser digna de pertenecer a su futura dueña. Fue a la habitación de mamá a por el paquete y con gran maña lo desenvolvió. Después cogió unas tijeras y la cuchilla de afeitar de papá, cortó la melena rubia de la Princesa, la rasuró con destreza adquirida y volvió a colocar en la cabeza la plateada tiara. Cerró de nuevo el envoltorio y dejó el regalo donde previamente lo había dejado la madre, hasta mañana.

MAY25. ENTRE TREBEJOS, DAMAS, BARCOS Y PUENTES, de Mª Elena Sánchez Álvarez

Arabia no era dichosa con su vida. Sus padres los Reyes, siempre ocupados sorteando un mundo de estrategias, no tenían tiempo para lamentaciones ni llantos infantiles. Cualquier paso en falso podía costarles la vida.
Peones, oficiales y grandes torres protegían el Palacio. Pisaban tierras cuadriculadas teñidas de blanco y negro.
Harta la Princesa de la desdicha y aprovechando su mayoría de edad quiso tener amigas. La experiencia con las damas fue ingrata. Aquel cuadrilátero era una jaula de fieras, unas comiéndose a las otras.
Abandonó las tierras y comenzó a navegar surcando los mares y con el viento en popa, a toda vela abrió su corazón al Príncipe de las Mareas. A la segunda tirada, quedó tocada.
De regreso a Palacio, la Reina había sido devorada por el feroz enemigo y al Rey, primero un jaque, después un mate le dejó vencido.
Desconsolada, sola, la mirada perdida y la mente ausente, plegó las cuadrículas y dejó su destino en manos del azar, cayó en la oca y comenzando a jugar exclamaba enloquecida: ¡De oca en oca y tiro porque me toca!
Cincuenta y cuatro casillas le aguardaban para alcanzar la felicidad.

MAY24. ¿TRABAJAS?, de Mercedes Solsona

Al salir de casa oí los gemidos de una lluvia desconsolada llorando sobre la calles, empecé a andar pegada al regazo de las fachadas de las casas, estaba amaneciendo en gris y la luz del día era todavía tenue.
Me subí el cuello del abrigo con esperanza, la brisa mañanera me espabilaba la cara con ademanes toscos y la vergüenza de mi falta de coraje me producía escalofríos…
Mientras mis pensamientos bullían de forma incontrolada, en mi cuerpo, fermentaba la angustia forjada por un confuso asunto.
Hoy, debería pararle los píes. Decirle que sus caricias me repelen y sus halagos me ahogan… Explicarle que no es mi dueño, sólo mi jefe.
Al llegar a la oficina, cierro la puerta con resignación. Todavía no hay nadie y me torno liviana como una pluma, al tiempo, una voz jadeante rellena el aire anunciando un nuevo día de congoja. El vello se me eriza y la ropa se almidona ahuecándose en torno a mi cuerpo.
– ¿Qué le pasa a la princesa hoy?
Una lágrima rota y suelta, recorre mi mejilla izquierda dibujando un delgado surco en el maquillaje…

MAY23. AMOR SIN CUENTO, de Begoña Heredia

Jamás pregunté su nombre. Yo la llamaba Princesa. Ella me contó que venía de lejos. De un lugar donde los cuentos tienen final feliz con el beso de un príncipe Compartíamos hueco bajo las farolas, las papeleras y contenedores. Tenía las manos rígidas, la voz cascada y el andar cimbreado. Los ojos dulces y la boca serena. Le gustaba peinar mi pelo, mientras veíamos caer la tarde. Me envolvía las sobras del restaurante de enfrente en hojas de revista. Las ropas abandonadas, las lavaba en la fuente y luego las secaba al sol del mediodía y bien dobladas las colocaba en mi carrito. Mirábamos juntos la televisión cuando las tiendas cerraban, y ella lloraba pegada a los cristales con las películas de amor. Iba pedirle que se casara conmigo, con la argolla de una lata de cerveza. Esta mañana, he sentido su cuerpo frío, y como sus príncipes la he besado. Ella nunca me dijo, que entre cartones no hay final feliz para los cuentos.

MAY22. VICISITUDES, de Juan Herminio García-Zeballos

-¿Qué le pasa a la princesa? Se interrogaba de manera permanente el viejo mayordomo del Palacio. ¿Tendrá alguna enfermedad? ¿Un amor no correspondido? ¿Angustia por no poder ser ni hacer las cosas que las demás niñas a su edad hacen? No lo sé…,- solía contestarse.
La futura heredera al trono, pasaba largas horas recostada en la cama sin salir de su aposento. Evitaba el contacto con las demás personas de la Corte, incluidas sus Majestades.
Parecía que no hubiera nada que pudiera torcer este destino y a cada momento la desazón de la joven, se veía reflejada más y más en todo su cuerpo.
Quizás la clave del enigma se hallaba en la noticia que le fuera dada días atrás: no habría para ella fiesta de quince y por ende tampoco vestido de princesita al momento de entrar al salón.
¿Problemas económicos reales? ¿La crisis había llegado también hasta allí? No.
Sus malas calificaciones en la escuela sumadas a su rebeldía adolescente, fundamentaron la decisión a modo de escarmiento.

MAY21. PRINCESA, de Micaela Tochi

Termina la comida princesa, que debes crecer sana y fuerte. Que afuera las fieras acechan y gruñen, como mi estómago que tiene hambre y pena.
Resguardaré tu infancia como un tesoro, no conocerás la tristeza ni la hambruna. Algún día sabrás mi hermosa niña, que corremos la suerte del olvidado… pero almuerza tranquila, para eso falta.
Terminaré la comida madrecita, porque quiero crecer sana y fuerte para luchar con las fieras y calmar tu dolor y tu pena.
Conservaré mi hogar como una trinchera cuando el dolor invada esta existencia. Pero algún día sabrás que cambió la suerte. Construiré una fortaleza cómoda y segura en donde envejecerás en paz mi reina

MAY19. ENOMIA Y YENOM, de Beto Monte Ros

Los reinos de Ocitaisa y Ognirg acordaron, para hacer las paces, casar a sus hijos, la princesa Enomía y el príncipe Yenom, pero éste se rebeló contra estos planes, estaba enamorado de la hermosa bruja Socir, y para evitar la boda, confabularon para que el rey invitara a la joven a pasar unos días en su palacio. Aprovechando que la doncella descansaba, la bruja preparó un conjuro que la convirtió en águila, haciéndola prisionera.
A Ocitaisa no llegaban noticias de Enomía, se sospechaba que algo malo le había ocurrido por lo que su padre pidió al mago de la corte indagar qué le pasaba a la princesa. Al descubrir el ardid de los amantes y para evitar que su señor se embarcara en una nueva guerra, no dijo nada. Auxiliándose de su magia más poderosa, partió hacia Ognirg donde, convertido en dragón, rompió el hechizo y rescató a la princesa. Al saberse descubierta, Socir escapó al bosque tenebroso, encerrando a Yenom en una burbuja negra con la promesa de sacarlo, algún día de su oscuridada. La princesa, quien quedó muy triste, logró que su padre permitiera al dragón vivir en el castillo, como su mascota.

MAY18. PRINCESA INCA, de Ricardo Ramón González Ramos

Érase una vez en la ciudad.
Desde la terraza veremos el mar.
Llegaba y se iba siempre a la misma hora.
Llegué a pensar que era hija del relojero.
Vigilé la relojería mucho tiempo.

Volví al bar de los encuentros.
Esta vez al interior.
A la misma hora de siempre llegó y pude oírla.
Su voz me sonaba y mucho. En la radio, semanalmente y durante años.
¡Es ella, seguro!
El camarero me dijo que había publicado su segundo libro de poesía “Crujido”
Radio Nikosia era su inspiración.
Bipolar, jardinera y pronto psicóloga.
Dejé buena propina.
La Princesa Inca se llama.
¿Qué le pasa a la princesa?
¡Que quiere ser conocida por su poesía y no por su historial médico!
El librero solo tenía “La mujer-precipicio” su primera publicación.
Desde que estoy en paro debo conformarme con leer su poesía y ver su foto en el libro.
Me ahorro el café.
¡Buscad y hallareis!

MAY17. PRINCESA ROTA, de Montse Nieto

Percibió su olor como un puñetazo en el estómago al abrir la puerta. No podía hacer mucho tiempo que había abandonado la estancia. Ramiro entraba y salía, y ella era tan incapaz de retenerlo como de evitar que se marchara. Dejó la compra en la mesa sin reparar en la botella vacía de ginebra. Se puso cómoda mientras sus tripas se debatían entre el pavor y el deseo de que él volviera. No era la primera vez que sentía la confusión también en su cuerpo. Decidió darse una ducha y se echó un rato en la cama deshecha.
El viejo papel decorado de su cuarto tomó vida en su ensueño. Aquellas formas comenzaron a susurrar las palabras que nadie podría repetir con la dulzura de Ramiro. Y, sin saber si seguía dormida, sintió sus brazos, sus manos, su boca. Todo él en ella. Hasta que el olor de su aliento le hizo abrir los ojos. El ritmo del amor se hizo violento. Volverá a hacerlo, se dijo. Quiso escapar pero él no la dejaría hasta volcar en ella toda su rabia. Sintió un chasquido en el cuello. Pediría la orden de alejamiento. ¿Qué le pasa a la princesa?. Respiras? No?

MAY16. LO MEJOR, de Paz Monserrat Revillo

Elisa observa embelesada cómo su niña juega con la hija de la señora. Una rubia, con bucles de princesa; la otra enjuta, con ojos negros, enormes y atentos. Le encanta que se entiendan tan bien.
Se siente feliz de poder servir en esta casa en la que le dejan criar a su hija mientras controla con pulso implacable cacerolas, sábanas y corrientes de aire.
Las mira ilusionada, anhelante.
No podría desear mejor destino para su Adela-y se lo pide a Dios cada día-que todo siga su curso natural. Que ambas crezcan, asuman mansamente lo que se espera de ellas, y que por fin un día su princesa pueda ser la criada de esa niña rubita.

MAY15. CABEZA RAPADA, de Paloma Casado Marco

Cuando la encuentra, necesitando convencerse de la casualidad, nota una erección que le humilla como una bofetada. Es la “Princesa” contoneando el culo embutido en mallas rosas a la caza de clientes. Reduce la velocidad hasta que sus ojos se encuentran. ¡Dios, es tan jodidamente guapa! Las pestañas artificialmente kilométricas enmarcan unos ojos azules del color de las piscinas de los ricos, y sus labios de fresa -le vienen entonces a la mente esos versos que estudiaba en el colegio- se fruncen en un beso de reconocimiento.
–Hola calvito -le dice con su voz ronca- ¿vas a querer hoy compañía?
Con una mueca de desprecio aprieta el acelerador y antes de que su boca le traicione con una afirmación, escupe entre saliva y amargura:
–¡Degenerado! ¡Maricón!
“Maricón”, va repitiendo para convencerse a sí mismo y negarse esa atracción inconfesable.
“Mañana se va a enterar esa escoria cuando vengamos mis camaradas y yo con los bates”, murmura mientras sube la ventanilla y el volumen de la radio para dejarse devorar por las fauces oscuras de la noche.

MAY14. HISTORIA DE UNA PRINCESA, de Ginette Gilart

Ella nunca quiso ser princesa, no le gustaban las cenas de gala, ni los bailes benéficos. Su sueño era ser trapecista e ir por los caminos. De jovencita empezó su periplo, se lío con unos guaperas y se metió a cantante pop. Luego se cansó, volvió un tiempo al redil y como dicen, el roce hace el cariño, se enamoró de su guardaespaldas, el cual le correspondió y, en contra de la voluntad de su padre, fundó su pequeña familia. Pero el chulazo le salió rana y le engañó miserablemente. Se consolaría al brazo de otro gañan que tampoco la satisfizo.
Hasta que por fin llegó su hora, se prendó de un domador de circo . Fue un tiempo realmente feliz, con “la roulotte” a cuesta, de pueblo en pueblo, rodeada de animales, de niños y de gente del camino.
Al enterarse de que su padre había enfermado, regresó a palacio y durante meses cuidó de él, arrepintiéndose de sus locuras.
Y volvió a asistir a cenas y bailes… Ya no es la hermosa joven que encandilaba, su mirada la delata, ya no tiene el brillo de antaño.
“La princesa está triste…¿ qué tendrá la princesa?”

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