Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
4
5
horas
1
2
minutos
1
1
Segundos
3
1
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

YA HAY FALLO EN SOTO DE SAJAMBRE

…y además nos llega la noticia de que el SEGUNDO PREMIO 
del concurso de la Asociación Félix de Martino es para 
MAR GONZÁLEZ (PUCK)
Que ya debe estar haciendo el «salto de la rana» 😉
Podéis conocer los detalles del fallo y leer los relatos ganadores en este ENLACE.
¡¡¡Felicidades Mar!!!

JUL131. EL ÚLTIMO FARERO DE BELL ROCK, de Luz Leira Rivas

(Hace 200 años, los escoceses construyeron un faro mar adentro. Su base solo es visible cuando baja la marea.)

Cuentan que trabajaba allí para superar el pánico al agua que padecía desde niño. Pero la vio nadando desde la linterna, y a partir de entonces, cuando el temible Mar del Norte llegaba al primer piso, abría la ventana para acariciar sus escamas.
Dicen que la sirena tenía demasiado miedo al aire para alcanzar tierra firme, pero al alejarse arrastrada por las olas suplicaba: \»Arrójate\». Que pasaron muchos años amándose solo durante la pleamar, hasta que una mañana encontraron sus cadáveres ancianos tendidos sobre la roca. Nadie sabe si saltó al fin y la sirena arrastró su cuerpo ahogado para expirar juntos, o fue ella quien no quiso desprenderse de su cuello, y viéndola asfixiada entre sus brazos el infeliz se precipitó al océano.
En Arbroath aseguran que vencieron al miedo mucho antes, y vivieron juntos entre mar y tierra hasta que sencillamente llegó su hora. Y mirando hacia la luz de Bell Rock, hoy tristemente automatizada desde una lejana central en Edimburgo, se consuelan pensando que, suceda lo que suceda, el amor siempre nos permitirá respirar en un mundo irrespirable.

suponqueesunacalandria.blogspot.com.es

JUL130. LA BÚSQUEDA, de Belén Molina Moreno

Mario se interna en el mundo secreto de su padre. Espera encontrar un resquicio de pensamiento asomado y descubrir los que están retenidos por la barrera de oscuridad. Preferiría no hacerlo porque explorará los que le coaccionaron en su infancia y tocará los que hicieron estallar las tremendas batallas libradas en su adolescencia.
Siente la calidez de la mano que mantiene apretada, la misma que le llenaba de confianza camino del colegio y se adentra en la espesura de los pensamientos paternos cantando “Mambrú se fue a la guerra”, la canción que cantaban a voz en grito durante los interminables viajes de veraneo familiar.
Avanza entre el bosque de densidad sólida y encuentra al fin la tronera por la que asoma una punta de lucidez rodeada de ramas secas, pensamientos antiguos y Mario canta. Vuelven a cantar los dos a voz en grito esa canción antigua, luminosa y frágil que les une eternamente.

JUL129. RESPUESTAS, de Mei Hiei

¿Arrepentirme de haberte conocido? Preferiría no hacerlo. La distancia que siempre nos ha separado, pudo suponernos el dolor que provoca la lejanía, el sinsabor de los reproches de amigos y familiares.
Cuatro mil kilómetros no parecen mucho cuando son sólo palabras. Físicamente son un muro de responsabilidad, compromiso y seguridad.
¿Arrepentirme de sentir lo que estoy sintiendo? Preferiría no hacerlo. Es un sentimiento no explorado antes y del que temo no volver a sentir por otra persona que no seas tú. Ignoro si todo está fundado en algo real y tangible, o si es solo un sueño que añoro.
Todos me aconsejan, me advierten de los peligros de una relación a distancia como la que tenemos, ¿lo hacen por mi bien o por su tranquilidad?
Podría decirte todo esto mientras conversamos esta noche, preferiría no hacerlo. Cuando hablo contigo soy tan dichosa, que estos momentos de felicidad, prefiero no empañarlos con dudas.
La decisión, el riesgo, los obstáculos, son nuestros. Ellos serán abatidos por nuestra honestidad, confianza y amor del uno por el otro.
Mi respuesta es no. No me arrepiento de haberte conocido, de sentir lo que siento…y sí, Si quiero compartir mi vida contigo.

JUL128. 0PUS TEXELATUM, de Luis Carlos Castilla Ortiz

Sus ojos, vidriados en ambarinas teselas, observaron la serena figura que señalaba la salida a su espalda. En su memoria amerizó la letanía de alguna vieja canción interpretada en el pasado. Si cruzaba el umbral, todo estaría perdido. Derrotado, movió la cabeza mientras el cerrojo se arrastraba a su fin. Asió su bolsa vacía de esperanza, bajó las escaleras y salió a la calle con el paso desganado de quien no va a parte alguna. Pasado un tiempo, volvió sobre sí para regresar. Sin pensar, apretó el botón del portero para escuchar su voz:
¬–¿Quién?
–Preferiría no hacerlo–apenas un susurro acudió en su auxilio, después, silencio.
Abatido, se dejó caer en el portal y esperó a que las líquidas teselas arasen sus mejillas con su rastro salado. Rememoró el día en que la luz se hizo color, el tacto calor y el vértigo danzó en su estómago. Abrazó la bolsa, su aroma todo lo impregnaba, abrochó su mirada y vio a centenares de mariposas componer el mosaico de su vida. Fue entonces cuando una sonrisa descarriló las lágrimas de sus mejillas y la luz esculpió su mirada.

http://elblogdeluiscar.blogspot.com.es/

JUL127. JUSTICIA EN LA CORTE, de David Moreno

Las calles fuera de Palacio descubre por accidente a sus dieciocho. Los sirvientes que corrían tras él no pudieron frenarle, fueron incapaces de evitarlo esta vez. Enseguida los ojos huecos de una niña se le clavan en lo más hondo del corazón. No entiende qué hacen las moscas alrededor ni el silencio que se respira allí. La alegría por primera vez siente que huye. Tanto dolor repentino no lo soporta. Y regresa. Enojado, abatido, confuso. Y busca. Y encuentra al culpable, claro que lo encuentra. Sentado en el trono de oro con adornos de diamantes y zafiros junto a su madre. Necesita saciar la rabia que ahora lleva dentro y aunque prefería no hacerlo, los ojos se le bañan de lágrimas justo cuando su espada penetra a través del tórax de su progenitor.

JUL126. GARROTE, de Diego Rinoski

Pero oiga usted ¿Qué tipo de contestación es esa? Ande, ande, tire para allá que ya le explicarán los compañeros.
—Pero es que yo preferiría no hacerlo.
—Y dale con la mula al trigo. Olvídese de la parte negativa de su trabajo, hombre. Además, una vez que empiece verá como no es para tanto, con el tiempo puede que le coja el gustillo y todo.
—¿El gustillo?
—No me malinterprete, quiero decir, que mire para otro lado, que no se lleve el trabajo a casa y mucho menos a la conciencia, que en esta vida cada uno hace lo que debe y aquí paz y después gloria.
—No si yo no malinterpreto, lo que pasa es que…
—No me sea usted aprensivo, que aquí no estamos para juzgar a nadie. Es usted un hombre ¿verdad? Pues póngase firme, levante la cabeza, saque pecho y cumpla con su trabajo, cojones.
—Mire, yo no quisiera faltarle a usted ni a la patria, dios me libre, pero es que yo…
—Ya lo sé, preferiría no hacerlo, pero entonces ¿por qué carajo aceptó usted el puesto de verdugo?

JUL124. PREFERIRÍA NO HACERLO, de Marta Trutxuelo García

Comienza de nuevo. Conozco el proceso. Empieza por la cabeza: una tibia lluvia perla mi frente. «Preferiría no hacerlo«. Un repentino temblor me sacude de este a oeste. Me siento esperando su llegada. Aquí está. «Preferiría no hacerlo«. Mi mano lucha con el látigo que fustiga el latido de mi corazón. El galope continúa y acompaso mi respiración a ese ritmo frenético. «Preferiría no hacerlo«. Mi boca arenosa reclama la atención de otro de mis sentidos. Ahora son mis ojos los que corren por la estancia y se detienen en la vitrina: botellas ausentes, mueble abstemio, huérfano, tan desértico como mi boca. «Preferiría no hacerlo». Me dirijo a la ventana, el atardecer me golpea con su abrazo de invierno. Entre el vaho de mi desesperación surge la luz esperanzadora de un cartel luminoso que me atrae sin remisión. «Preferiría no hacerlo«. Me precipito escaleras abajo y salgo hacia un destino incierto. Mi mano acaricia un vaso tan frío como este
enero. El reflejo de mis ojos navega en el espejo improvisado de ese néctar cargado del color del crepúsculo, y, de un trago certero desaparece junto a unas palabras ahogadas por los efluvios de alcohol: «Preferiría...».

JUL123. ENTIERRO, de Marta López Cuartero

Cuando volví al final de la primavera a mi pequeña parcela encontré al señor Antonio, mi vecino, sentado bajo la sombra del olivo, apoyado en el tronco y rodeado de curiosos del pueblo que lo contemplaban santiguándose en silencio. Tenía los ojos abiertos, sin latidos, y una maraña de brotes verdes trepaban zigzagueando por sus piernas, brazos y cabeza, succionándolo hacia el torrente de savia.
– Venga usted a mi casa y coma algo, hombre de Dios- le repetí varias veces al verlo escuálido y demacrado, pero siempre me contestó que prefería no hacerlo, agradecido y con una sonrisa sutil, como resignada.

Desde que le expropiaron el huerto su voluntad se había marchitado
como las lechugas y los tomates, agostados al no recibir ya el agua del aljibe.

JUL122. BASADO EN SUEÑOS REALES, de Érika González Leandro

Ser una pesadilla no es fácil. Cada noche me escondo bajo la sombra de los sueños buscando el camuflaje de mi alma para evitar ser el elegido. Aunque no siempre funciona y entretanto los demás, cargados de magia y aventura, cabalgan cuidadosos por su pelo, yo me maquillo de maldad. El trabajo requiere de gran concentración, primero espero a que su inspiración me absorba, después la agito y así empieza el espectáculo. A veces le hago creer que su juguete favorito desaparece o que la abandonan en la puerta del colegio, ella grita y con la luz llega su madre y con su madre acaba mi turno. Luego regreso a casa, me reciben los aplausos de mis compañeros, no me siento orgullo pero pienso que mientras tenga el sueño de convertirme en sueño, de alguna manera no soy tan pesadilla.

Nuestras publicaciones