Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

ABR45. AMOR EN PÉRIGORD, de Aurora Royo Cañadas

Entras en tu habitación. De repente, al lado de la cama, ahí mismo, una puerta que nunca habías visto. Curiosa, la abres para encontrarte con un frondoso jardín cubierto de flores. Sobre todas ellas destacan los narcisos que, coquetos, dejan que el sol bañe sus amarillos pétalos. Decides seguir el estrecho camino de piedra que te guía hacia el fondo del jardín, donde éste se convierte en un amplio espacio abierto tapizado de hierba y rodeado de árboles vestidos de primavera, animado por el rumor del pequeño riachuelo.
Al pie del imponente Château de la Commarque un suave relincho a tu espalda te anuncia la llegada del caballero de brillante armadura, a lomos del más blanco corcel que tu mente pudiese imaginar. Podría pasar por unicornio. Sin embargo, en lugar de cuerno, la testa presume de crines elegantemente trenzadas. El caballero detiene el caballo ante ti, levanta la visera de su yelmo y te sonríe con una intensidad que ilumina la mirada de sus dulces ojos verdes.
Cuando te tiende la mano para invitarte a subir al caballo, el brusco aterrizaje acaba con tu ensoñación. Lentamente y con desgana te desabrochas el cinturón de seguridad. Se acabaron las vacaciones.

NOS LLEGA ESTE MENSAJE… POR SI PUEDE INTERESAROS

GOOGLE: ´agosto de lujo´
Relato = Alquilo molino de viento en La Mancha, en perfectas condiciones, los meses de julio, agosto y septiembre. Refrigeración de lujo. Ideal para familias con niños en edades imposibles. Actividades a realizar en la zona: Rutas de senderismo, visita por la meseta castellana en burro-taxi y circuito multiaventura guiado. Los servicios del guía deben contratarse con un mes de antelación, está muy solicitado, es un experto haciendo reales los sueños. Confianza garantizada, todo un caballero.

Interesados preguntar en \»El Toboso\» por Dulce.

ABR44. NOMBRE DE CABALLERO, de Paz Alvar

Vendí mi alma y mi reino al diablo cuando me prometió que os traería de nuevo a mi lado, mas cuando vuestro rostro se desdibujó en mi recuerdo supe que había sido traicionado.
Clavo mis rodillas en el suelo yermo y acabo con mi vida ahora, cuando ya no caben en ella más batallas; cuando descubro que ninguna muerte, ni castigo infligido a mis enemigos, podrá devolveros junto a mí.
Tiña mi sangre estas tierras de Castilla para que nadie olvide el amor de este caballero por su dama. Llene mi llanto los cauces de los ríos. Haga la tormenta suyo mi grito de muerte y atraviese el rayo la noche oscura como lo hace mi espada a través de la armadura.
El niño cierra el libro y acaricia una vez más las letras doradas del título: “Leyendas de Caballeros”. Si tiene cuidado podrá sacarlo de la biblioteca cuando nadie le vea. Será la primera vez que hace algo así y por eso su corazón galopa en el pecho como el corcel del hidalgo que acaba de morir. Cuando llegue a casa, para que todos sepan a quién pertenece, escribirá su nombre en la primera página: Alonso.

ABR43. LA LIMPIA DULCINEA, de Anna Jorba Ricart

_¿Vos aquí Don Alfonso Quijano? ¿Qué tal la cruzada por los campos de Castilla? ¡ufff! quitaos por Dios la armadura, que debajo de ese peto oléis a perro.
__¡Ay! Dulcinea. Si vos tuvierais las mías ganas de estrujaros, no ha de menester ni armadura ni peste. Vuestra merced ha de saber que he atravesado un mar dorado sembrado de trigo, luchado contra aspas de veleros gigantes como molinos, sentado en la albarda de Rocinante, que perdiendo los estribos, al suelo más de una vez, me ha deslomado. Vengo roto, que si no llega a ser por el morrión y el espaldar que me protegen, no puedo volver a veros. Acérqueme por Dios el botijo de agua, vengo seco, con la bota vacía desde Quintanar de la Orden a Toboso.
__ He dicho que os despojéis de la armadura. Hay agua en el aljibe.
__¡Oh doncella exigente! Lo que vuestra merced mande con tal de facerla contenta.

Leyendo el Quijote me doy cuenta que nada ha cambiado. Mi mujer cuando llego del taller, recoge mi mono como si estuviera apestado, no me mete a mi en la lavadora de puro milagro, pero me envía sin contemplaciones a la ducha.

ABR42. SIN CABALLEROS, de Leticia Oliva

“…Y vivieron felices para siempre”. Cerró el libro sonriendo ilusionada, algún día encontraría a su caballero andante, que vendría por ella y la llevaría a un palacio lejos de la inmunda realidad donde le tocó crecer.
Salió de biblioteca corriendo, la noche nuevamente la había sorprendido mientras leía y sus padres no le perdonarían que no hubiera llegado a tiempo, a sus 12 años era su obligación el ayudar a sus hermanos para que mamá saliera a trabajar al club.
Con esa idea en mente corrió rápido sin mirar nada más, saltando charcas de lodo intentaba acotar la distancia y el tiempo, quizás así su madre no la golpearía.
– Ven princesa, la voz atrajo su atención, se giró buscando a su caballero, pero un duro golpe la alejo de la realidad.
La gente en sus precarias casas subía el volumen de la tele, acallando los gritos lejanos de algún crio.
Al otro día era noticia, una nueva víctima del chacal de Levu, nadie más leería esos cuentos de hadas. El tiempo de los caballeros andantes había concluido.

ABR41. APRENDIZ DE REY, de Mercedes Solsona

Un joven caballero con el ceño fruncido, mohíno y cabizbajo, recoge la falsa espada que yace abrumada en el suelo y se cubre la cara con manos abotargadas por tanta presión ejercida sobre la madera.
La risita nerviosa de una doncella que, oculta tras la celosía de un ventanuco de palacio, deleita sus carnes tiernas con el tufo a sudor que destila el cuerpo del mancebo, rompe tímidamente un silencio vergonzoso y vergonzante.
El sol, cruel y despiadado, derrama aceite ardiente sobre el maestro. El discípulo, torpe y arrogante, entristece ante tanto intento errado.
La escena, propia de saltimbanquis, malabaristas y comediantes, termina con un bronco improperio por parte del monarca que sufre las pericias que acontecen en el patio: ¡Digno hijo de tu madre!

ABR40. HISTORIAS DE METRO, de Lorena García Fernández

Tumbada, de fondo el cuchicheo de las olas al llegar a la orilla. El sol del mediodía penetraba en mis poros atrofiados y mis facciones se afinaban al son del mar.
Unas gotas me salpicaron. Era el cóctel de ron que un forzudo mulato me había preparado. Perezosamente le hice un gesto de agradecimiento.
Me perdí bajo mi cuerpo, por mis venas corrían desenfrenados chorros de aire fresco. Era el paraíso.
Aguanté unos minutos más hasta que mi paladar se convirtió en cartón piedra, mi piel se desnudó agrietada por el calor y ya no tenía oídos para escuchar el mar. Abrí los ojos.
– ¿Quiere más agua señorita? – preguntó una afable voz.
– ¿Quién es usted? – susurré patidifusa.
– Estaba en este banco apoyada de mala manera y me quedé a su lado porque pensé que se había mareado. Perdone si la he molestado.
Era un joven de tez oscura y ropa andrajosa. Profundamente avergonzada, con el corazón en la garganta, subí al primer metro que paró.Metí la mano en mi bolso, no faltaba nada. Una sonrisa se escapó de mis labios. Sin duda topé con un caballero bajo tierra.

ABR39. SOTIRIOS VISITA A SU LOQUERO, de Sotirios Moutsanas

El auditorio estaba atestado de estudiantes. Doctor Clark, una eminencia en la materia del psicoanálisis, paulatinamente pero con paso solemne, se dirigió hacia el sujeto. En un canapé recostado estaba un tal Sotirios, un hombre muy singular, macilento, con los ojos desmesuradamente abiertos. Tenía el semblante lívido y rezumaba miedo por los cuatro costados.
—Dígame sucintamente qué le pasa, por favor.
—Excelencia, estoy a vuestra merced. Mi alma deteriorada vaga por senderos oscuros sin rumbo hacia la perdición. Usted es el único que puede socorrerme. Dígame la verdad, ¿soy bipolar?, ¿tengo esquizofrenia? ¿Terminaré en un manicomio amordazado recibiendo descargas eléctricas como la criatura de Frankenstein? ¿No será que tengo algún síndrome raro como el síndrome de Peter Pan? Dígame la verdad. Ayudad a mi pobre alma apesadumbrada, llena de incertidumbre. Contemplo mi futuro incierto, oscuro, angustioso. Dígame la verdad por muy dolorosa que sea. ¿No seré maníaco depresivo? Ayúdeme, es el único que puede aliviar mi pobre oprimido corazón de las dudas que corroen mi alma.
—Caballeros, nuestro paciente no es bipolar, ni padece esquizofrenia. No padece ningún síndrome, ni tampoco es maníaco depresivo.
— ¿Entonces, doctor no estoy enfermo?
– ¡Claro que no! Usted no tiene nada, simplemente es usted… ¡IMBÉCIL!

ABR38. EN UN LUGAR DE…, de Marta Trutxuelo García

La estantería parece húmeda… ¿Hallaréme… fuera? Mis compañeros donceles sí transitan por doquier relatando sus aventuras. Mas pasado cierto tiempo retornan… fatigados, viejos… como yo. Mi piel, ajada; súrcanme las arrugas; mis solapas, roídas; imaginario el terciopelo que antaño me cubría y apenas se intuyen sobre mi lomo unos hilos de mi brillante pasado. Mi interior igualmente ha encanecido: el caballero de triste figura y su fiel escudero, paladines entre los paladines, yacen en un lugar recóndito, de acceso limitado: “los clásicos”.
¿Do me hallaré? ¿Seré sometido a encantamientos como los padecidos con El alcalde de Zalamea y El burlador de Sevilla? Casi enloquecí. Camisa, guardas, cubierta… desnudo, comenzó el martirio. Como prólogo introdujéronme en las fauces del sortilegio infernal, análisis capítulo a capítulo, examen de párrafos y letras, y como colofón unos haces luminosos hechizaron a mi ingenioso hidalgo, que acabó perdiendo su buen juicio. El resultado del conjuro: una réplica de mí mismo, letra a letra, en una caja luminosa.
Esta coraza transparente aprisionándome… ¿Qué reza la leyenda manuscrita sobre ella?: “BookCrossing”. ¡Pérfida Albión!¡Lengua blasfema mancillando la cervantina!
¡Pardiez! Liberado soy de aquesta armadura. La gentil dama comienza la lectura… Emprendo, nuevamente, la aventura:
«En un lugar de…«

ABR37. CONTRA LA CORRIENTE, de Hector Marcelo Romero

Son caballeros distinguidos, educados en quién sabe qué colegios y entre ellos se ensalzan y se tiran flores unos con otros. De las damas,¡Qué decir!, por ser cortés, tratándose de mujeres diré que, las alabanzas y loas que entre ellas se prodigan a veces chocan contra mis creencias religiosas, pero como soy, estoy y vivo en un mundo moderno, cierro los ojos,…( y como ya lo dice el dicho, ¨ojos que no ven, corazón que no siente¨)…como decía, cierro los ojos y hago de tripas corazón y,…le doy para adelante, y sigo a pesar de los desplantes,a pesar de la ignorancia, a pesar de la brutal indiferencia y pongo la otra mejilla, sin compararme con nadie porque soy único, como mis huellas, las mismas que dejaré en este espacio, cuando de aquí me haya ido,…un espacio que nadie puede ocupar, en esta cofradía, en esta hermandad, en esta sociedad no tán secreta, donde son como ¨los tres mosqueteros¨,uno para todos y todos para uno.Y yo,… aún sigo aquí, luchando contra la corriente, contra los molinos de viento o contra los fantasmas de mi fértil imaginación.-

ABR36. MEJOR PRONTO QUE TARDE, de Antonio Toribios

Al salir el sol se colocó don Alonso la abollada bacía en la cabeza, se ajustó peto y espaldar, prendió su espada roñosa del tahalí, se calzó los escarpes y las grebas de hojalata y exclamó: “Sancho, trae presto mi montura y dispón mi lanza, que la fama exige que partamos en busca de aventuras”.
Hete aquí que, sobre el mediodía, se toparon con el glorioso Caballero de los Espejos que dijo llevar muchas jornadas buscando al sin par Don Quijote para desafiarlo. Parlamentaron distanciarse cincuenta varas y preparar allí su espíritu. Colocose pues Quijano a la raquítica sombra de unas salgueras, ofreció la gloria del triunfo a su dama y, llegado el momento, se colocaron lanza en ristre y espolearon sus monturas.
Resultó que don Quijote, a unos metros de la brillante coraza del contrario, viose reflejado en ella en toda su ridícula facha, paró en seco y echó pie a tierra. “Cómo he podido estar tan ciego”, dicen que exclamó antes de saludar al oponente, al que reconoció como mozo de su pueblo, y emprender al camino de vuelta. Vivió aún muchos años y fundó la cooperativa vinícola local. VALE.

 http://antorgar.blogspot.com.es/

RELATO FUERA DE CONCURSO POR SER JURADO ESTE MES

EL LIBRO VIAJERO (8) … DESDE LEÓN

Tal vez haya alguien que conozca personalmente a este autor, me consta que hay más escritores de ENTS que son del mismo ámbito, pero pese a mostrarse personalmente y abrirnos su ventana de par en par nos ha dejado todo bien oculto … es todo un recurso narrativo
Otra pista?
No es asiduo de ENTC, pero se deja caer de vez en cuando…

Antonio Toribios nos abrió la ventana a los campos leoneses…

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