Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

JUL103. FALSAS PREDICCIONES, de Manuel Montesinos

Sólo cumplo órdenes, debo acabar la misión-me grita- elegí estar dentro de la trinchera, quiero dejar de ser un hombre sin identidad, un lobo solitario. Quiero convertirme en un mártir capaz de realizar gloriosos episodios de activismo. Suéltame-. Y salpica de saliva el estrecho visor de mi casco.

No podemos abortar, he seguido escrupulosamente el protocolo y revisado las reglas tácticas una y otra vez: el suicida está inmovilizado, tumbado en un espacio abierto donde, en caso de explosión, los daños serán menores.

Estamos él y yo. Ahora, la mano me tiembla lo justo para mantener el pulso, llegado este momento siempre pienso que preferiría no hacerlo.
“Azul”, e imagino la mar, la vida creciente y los ojos de mi esposa.
“Rojo” y sólo veo sangre, fanatismo, el alma desactivada.
“Azul” y percibo en él, la mirada de la ballena, del traidor, la muerte y la detonación.
“Rojo” y me asalta la pasión, el deseo, un amanecer y los zapatos de baile de mi hija.

En mi hoja de servicios nunca tuvo lugar la duda ni el fracaso, en gran parte de eso dependía mi vida.
“Azul” y ahora siento como mi cabeza apartada del cuerpo vuela y vuela.

JUL102. CACERÍA, de Yolanda Muñoz

Aunque aún no había llegado el momento, en mi cabeza ya estaba dando vueltas aquella idea. Algo sangrante, pero era la solución. El día menos pensado será.
Amigos de la infancia siempre juntos; compartiendo todo menos la chica de mis sueños. Siempre cenábamos los tres, sus ojos fijos no paraban de mirarme.
Día y noche necesitaba estar más cerca de Ana. Aquella mañana nos despedíamos de ella, su rostro reflejaba pánico; sabiendo que el día se podría tornar de color gris.
Vestidos de camuflaje, y con las escopetas en sus fundas, nos pusimos andar hacía el monte. Tras caminar varias horas por senderos y barrancos, allí estaba bebiendo agua en el rio el tan preciado ciervo.
Entonces supe que era mi momento, desenfundé mi escopeta poniendo el dedo en el gatillo, a la vez que susurré: preferiría no hacerlo. Ana es la mujer de mi vida y quiero pasar el resto de mis días con ella.
El ruido del cartucho dejó mi mente en blanco.

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JUL101. POPURRÍ MELVILLIANO, de David Vivancos Allepuz

– ¡Arponéala de una maldita vez! –gritó, enloquecido, Ahab.
– Preferiría no hacerlo –contestó Bartleby con tranquilidad pasmosa y sin intención de abandonar el remo.
– ¡Manda al infierno a ese condenado demonio! –rugió el anciano, golpeando con su pata astillada el fondo del bote.
– Preferiría no hacerlo –repitió Bartleby con su proverbial apatía, sosteniendo el brillo diabólico y demente en la mirada del capitán cuya obstinación los había llevado a tan crítica situación.

Se levantó del banco de proa el favorito Billy Budd, tan honesto él, tan hermoso, y, haciéndolo a un lado, cumplió la orden dada. La Ballena Blanca, herida en el costado, se sumergió dando un fuerte coletazo. Como es sabido, el cabo se enroscó al cuello del desquiciado Ahab en su intento de destrabarlo y liberar el tobillo del modélico Billy Budd, también aprisionado. Entonces alguien, sin demasiada convicción, había pretendido que Bartleby cortara el cabo temiendo que el cetáceo arrastrara hasta el fondo, sin remedio, a ambos hombres en su desesperada huida.

La tripulación vitoreó al marinero cuando volvió a escucharse, elevándose por encima del rugido del mar embravecido, su celebrado “prefería no hacerlo” para luego, ya a bordo del Pequod, remojarlo en ron.

JUL100. BALLENA CORRIGE A AUTOR, de Ricardo Gómez Tovar

Cuando Moby Dick escuchó aquel “Preferiría no hacerlo” de labios del capitán Ahab, la blancura de su piel de cetáceo se transmutó en un color ceniciento. ¿Desde cuándo el circunspecto lobo de mar se daba por vencido con tanta facilidad? ¿Acaso había tal abundancia de cachalotes blancos en los siete mares como para renunciar tan a la ligera a su persecución? Si el capitán del Pequod prefería no seguir navegando en su busca, toda la tripulación se quedaría sin trabajo y regresaría a Nantucket. ¿Y qué sería de Ismael? ¿Quién le llamaría por su nombre cuando la melancolía terrestre le atrajese hacia la parte acuática del mundo? ¿Y qué le ocurriría al vigía de turno? ¿Se quedaría sin su doblón de oro y vería acallado en su garganta el grito de “¡Por allí sopla!”?

P.D.: Estimado señor Melville:
Creo más apropiado que utilice la susodicha frase en el relato que está preparando sobre el escribiente, y cuyas primeras páginas ha tenido la bondad de dejarme leer en primicia. Realmente, no veo la gracia de incluirla en el diálogo de mi “antagonista”, a menos que desee alterar profundamente la estructura de la novela.
Su seguro Leviatán, M.D.

JUL99. MICRORRELATO, de José Puntas

Sintió cómo su cuerpo y su mente eran sacudidos de forma contundente, hasta el punto de dejarlo flotando entre las nubes. Nubes blancas, azules, grises, naranjas… Vapor de letras que descargaban sobre un mundo lleno de paraguas y tejados.
Cerró el libro.
– Entra que te vas a empapar.
– Preferiría no hacerlo, le respondió a su mujer.
Y voló.

JUL98. UN SOL IMPLACABLE, de José Luis González Martínez

Se concentraron como tantas otras veces.
En el centro, amigas, Gloria, Mariana, Desireé…
En los laterales, el resto. Caras de preocupación, gestos de preocupación, pensamientos de preocupación: cuándo acabará este goteo.
Y el sol en medio, como una bestia solidificada en lo alto. Habría salido temprano, sí, pero ahí seguía implacable, como un apósito de verano, hasta la correa del reloj chinchaba. ¡Qué horror!, llegaremos a 43, hay que beber agua, dicen.
— Pobrecilla, dependencia afectiva, no podía dejarle —comenta Ángel, gerente de la conservera.
—Sí, es como dejar el crack, imposible —remata Juan, el contable.
En la esquina Mariana se desgañita: ¡Sí se puede, sí se puede, sí…!
—Calla, chica, no ves que sólo se te oye a ti. Además eso no toca hoy. Haber traído flores —grita Desi, desde atrás.
—Cómo que no. A Domi le han sugerido perejil si quiere seguir embotando —desafía Mariana—, y a Lauri la han botado.
Suena el cuarto en el reloj de la iglesia. Mientras resoplan el final del homenaje hacen visera con la mano y miran rabiosos al sol, como si fuera el culpable de no saben qué.
Pero él sigue su curso implacable aunque, a veces, preferiría no hacerlo.

OTRA BUENA COLECCIÓN…

Por un chivatazo casual nos acabamos de enterar de que recientemente se ha fallado 
IV CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE «ARVIKIS-DRAGONFLY»
y en la lista de mencionados hay unos cuantos amigos de ENTC.
Enhorabuena a 
PALOMA HIDALGO 
que ha sido FINALISTA
y muchas felicidades a todos los que habéis sido elegidos para la PUBLICACIÓN, como
MANUEL MARCOS ROLDÁN, SANDRA MONTEVERDE, JES LAVADO, ESPERANZA TIRADO, LUZ LEIRA, RICARDO GÓMEZ TOVAR, RAFA HEREDERO, RUBÉN GOZALO…
se me ha podido pasar alguna o alguno, pero podéis ver la lista completa en este ENLACE

JUL96. DUDAS DEONTOLÓGICAS, de Alfonso Carabias Antúnez

– ¿Sabe Doctor? Me gustaría dejarlo; de verdad, olvidarme de todo y dedicarme a otra labor que consiguiera llenar el vacío que en muchas ocasiones me deja este trabajo.
– Hablemos de ello; ¿Saben en su empresa como mejorar las condiciones de su puesto aplicando los principios de la ergonomía?
– Mucho me temo que solo están interesados en la producción.
– Entiendo. Dígame en que trabaja para poder tener un punto de vista más próximo.
– Está bien Doctor; aunque ésta es la parte que mas me desagrada iré al grano. Mi labor consiste en llevarme las almas de este mundo; lo llevo haciendo desde que los hombres existen y salvo en contadas ocasiones, le puedo asegurar que el mío no es un trabajo que levante demasiadas alegrías entre ustedes.
– Tengo que confesarle que no es usted el tipo de paciente que recibo habitualmente, pero aún así trataré de ayudarle.
– Lo entiendo y se lo agradezco Doctor; pero también debo reconocerle antes de que siga con su dictamen que hoy no he venido a verle solo por terapia.
– Comprendo. Verá; después de escucharle mi obligación sería seguir aplicando mi código deontológico, pero entre usted y yo, y si me lo permite, preferiría no hacerlo.

http://pensamientodinamico2010.blogspot.com.es/

JUL95. SIN OPCION, de Fernando Andres Puga

Hubiera preferido no volver antes del viaje que no pude postergar y que fue la razón por la que te quedaste sola durante tantos días, pero papá no resistió tanto como los médicos habían predicho y con mis hermanos decidimos cremarlo inmediatamente; cada uno tenía sus obligaciones y nos urgía regresar a casa.
Hubiera preferido avisarte que llegaría un par de días antes de lo esperado, pero cuando iba a hacerlo descubrí que mi celular se había quedado sin batería y ahí, en el camarote del tren, no había modo de conseguir un cargador; el mío había quedado en algún cajón de la vieja casa familiar. Así que pensé que tampoco estaría mal darte una sorpresa.
Hubiera preferido no hacerlo, pero los jadeos se oían desde la entrada; la puerta estaba abierta; la luz, encendida. El resplandor que irradiaba tu piel me encegueció y fue inevitable.
Ahora tendré que buscar la manera de borrar las huellas, pero aunque sé que si no lo hago terminaré condenado, preferiría no hacerlo. ¡Me duele tanto la cabeza!

JUL94. PREFERIRÍA NO HACERLO, PERO. . ., de Marcos Santander

Prefiero un beso real que la más hermosa de las metáforas y no debería haber unido para siempre ese adjetivo a ese otro sustantivo berzas y desusado porque hubiera preferido decir que lo tangible que se puede morder y tocar, percibir y degustar por varios de nuestros sentidos es mucho más abrigado que cualquiera de las realizaciones del pensamiento más lírico y metafísico que podamos construir suponiendo que algo construido por el intelecto pueda ser denominado como elemento constructivo. . . . . preferiría no haber escrito eso pues es más fácil aunque abyecto desarrollar todo lo que nuestros físicos sentidos pueden proporcionarnos como morder, lamer, tocar, mojar, oler, estrujar y acabar lleno de sensaciones de manera completamente pegajosa. . . . . preferiría también no haber escrito esto otro sobre todo porque preferiría no haber escrito y no haberlo escrito lo preferiría este relato veraniego y probar todas esas sensaciones, efluvios y exquisiteces que sois capaces cada uno de vosotros de experimentar y crear. . . . . mas punto y seguido. . . . . esto sí que preferiría no haberlo escrito porque parece que no está good mood se decía entonces el horno era todo mucho más grumpy etc. etc.

JUL93. EL PROFESOR AMIGO DE LAS BALLENAS, de Fran Rubio

El tema del examen final era “Melville y la condición humana”. Sabía que me suspendería, contestase lo que contestase; me cogió manía el primer día de clase, cuando le pregunté si aquel famoso campanero que vivió en Notre Dame y tenía problemas de espalda era antepasado suyo. De modo que en la hoja de respuestas, escribí: la única similitud existente entre Herman Melville y la condición humana es el innegable parecido entre su esposa y Moby Dick. Terminé el primero y salí a fumar al patio. Bueno, Literatura para el año que viene. Tendré que dejar de leer este verano, me dije.
El día antes de acabar el curso, me llamó a su despacho. Con esa insoportable pose de flemático inglés, me sugirió:
—Bien, bien, Peribáñez, creo que esto hemos de solucionarlo, ¿no le parece? Quizá debería usted pedir disculpas a cierta dama, ¿qué me contesta?
—Como dijo Bartleby, señor, preferiría no hacerlo. Además, su esposa no tiene por qué saberlo.
—Oh, vamos, no estaba refiriéndome a mi esposa, caballerete, dijo esbozando una mueca que pretendía ser sonrisa. Y puede usted llamarme Ismael.
Al final me aprobó. Podría incluso decir la nota que me puso, pero preferiría no hacerlo.

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