Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

FOBIAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en FOBIAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LAS FOBIAS. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE SEPTIEMBRE

Relatos

JUL170. DUDU- DADA, de María Peña

Este título podría interpretarse de varias maneras. Podría ser las primeras palabras que un bebé de cinco meses pronuncia o el comienzo del estribillo de las canciones con que «Aqua» o «Cartoons» nos flajelaban; pero no es el caso. Hace referencia a la duda, a la gran y reiterada duda que permito se hinque en lo más profundo de mi, como una garrapata hinca su cabeza bajo la piel. Convirtiéndose así en el equívoco motor «real» de mi vida. Preferiría no hacerlo; dime cómo.

RELATO FUERA DE CONCURSO

JUL169. ESPERANZA, de Ana Rosa de Artíñano Comin

– Vete por favor, no quiero que presencies esto.
Tus ojos color miel traspasan mis sentidos y tus palabras cargadas de tristeza hacen que mi corazón se encoja.
Es el aspecto más desgarrador de tu enfermedad la que se asoma cada noche en tu busca y nos acecha detrás de la puerta.
El miedo, el sufrimiento y los nervios muerden mi piel, preferiría no hacerlo pero tengo que plantarle cara a esto.
Preparo mis armas como un caballero de la Edad Media, el amor, la ternura, el cariño y la paciencia son mis utensilios de batalla junto con tu tesón y tus ganas de vivir para salir victoriosos.
Y una mañana despiertas, ya pasó todo, el sufrimiento se escapó habilmente por las rendijas de la persiana y llegó la claridad del día.
Vi tu sonrisa clara y abierta y me acerqué para besar tus labios totalmente enamorada.
Me tendiste tu mano fuerte y segura. Miramos a través de la ventana y volamos juntos lejos, muy lejos al país de los sueños para columpiarnos sobre las cuerdas de la esperanza y comenzar de nuevo.

RELATO FUERA DE CONCURSO

JUL168. QUEHACERES, de Rosa Yáñez Gómez

-Preparar el almuerzo.
-Repasar los bajos del pantalón.
-Encajar los horarios de la piscina.
-Fregar el suelo de la salita.
-Estudiar para el exámen de inglés.
-Recoger el estropicio de los gatos.
-Insistir a Marta para que recoja el cuarto.
-Reñir a Alfonso por las notas.
-Ir al médico por si…
-Airear el sótano.
-No olvidarme de la vacuna de los gatos.
-Organizar el cajón de las medicinas.
-Hilvanar el vestido para la boda del domingo.
-Adecentar un poco el coche.
-Comer menos.
-Engrasar la cerradura de la verja.
-Recalentar las sobras de la cena de ayer.
-Lavar las sillas del patio.
-Olvidarme de las ganas de escribir.

http://rositafraguel.blogspot.com

RELATO FUERA DE CONCURSO

PREFERIRÍA NO DECIRLO… PERO SE ACABÓ JULIO

Pues abandonamos el mes sin que hayáis renunciado a participar ni con el calor ni los líos de las vacaciones y el verano. Hemos recibido 170 relatos, y se han contado unas 56 000 páginas vistas …y ni el cambio en la moderación de los comentarios ha sido obstáculo para superar los 3600. Muchas gracias a Rosa Iglesias que con su preciosa ilustración creo que ha inspirado más de un relato participante.
Los datos  son un buen argumento para pensar que ENTC goza de buena salud; gracias por cuidarlo tanto y tan bien. 
Hemos vuelto a tener uno de esos esos meses en los que los personajes pesan más que las historias, a veces casi las hacen desaparecer. También es posible que esa renuncia en el lema nos haya llevado a rebelarnos contra la acción y le hayamos dejado el protagonismo al movimiento interior del personaje. Vamos a ver que depara esta ruleta de gustos, oportunidades y criterios, pero hay mucho y bueno donde elegir… 
Ya tenemos al jurado en marcha. Tenmos más o menos una semana para ir perfilando una decisión entre María Elejoste, Paz Monserrat Revillo, Miriam Márquez, Jerónimo Hernández de Castro y JAMS. El esfuerzo no va a ser inconveniente, ya os lo advierto, porque tenemos un jurado de lo más motivado. 
Nada más, advertiros que cuando llegue la medianoche comenzaremos la metamorfosis mensual de la página, y una de las más impresionantes transformaciones despidiéndonos de un personaje tan sólido como Bartleby para recibir a otro hito de la literatura universal, Gregorio Samsa
Este verano los insectos van a estar muy bien vistos en ENTC…

JUL167. EL ÚLTIMO DESAHUCIO DE TOMÁS, de Raúl Guadián Delgado

Clavó pupila al diccionario leyendo con detenimiento la definición de una palabra hasta entonces desconocida por innecesaria,
“1- Quitar a uno la esperanza de conseguir lo que desea”.
“2- Considerar el médico al enfermo sin esperanza de salvación…”.
No llegó a la tercera acepción cuando, apretando los dientes con la rabia de toda una vida de trabajo acumulada al lomo, decidió el final de su historia. Tras arrojar todas las pastillas a la basura procedió a salir de su casa cargando las alforjas de la memoria, negras como sus uñas de currela, con la imagen de Alba y sus padres abandonando la puerta colindante con su mundo. Pisaba ojeras camino de su destino cuando acarició el hierro en el bolsillo de su chaqueta y decidió que éste sería el último desahucio. Al menos para él.
La entrada en la sucursal bancaria le supo a salida por la puerta grande. Andares orgullosos y mirada limpia que se enfrenta con los pequeños y sucios ojos del orondo director.
—“Hombre, don Tomás… usted dirá qué le trae por aquí”.
—“Preferiría no hacerlo, pero si insiste…”.

JUL166. HERENCIA INEXORABLE, de Elysa Brioa Escudero

Desde hace generaciones mi familia tiene la obligación de vigilar la ventana en el piso tercero del edificio. Es ahí donde está la silueta, inalterable, siempre en la misma posición. Durante cientos de años ha recaído sobre cada primogénito la labor de habitar lo más cerca posible de este lugar, sin perderlo de vista. Una vez al año hay que recorrer esos pocos metros, subir por las escaleras, entrar en la habitación que se vislumbra apenas tras los cristales y hacer la misma pregunta: Señor Bartleby ¿no cree que ya es el momento de abandonar este lugar? Siempre contesta lo mismo: preferiría no hacerlo. Tras esta respuesta regresamos de nuevo a casa, con la esperanza de que si le damos más tiempo la próxima vez la contestación sea distinta. Ya no recuerdo cuándo comenzó todo, ni qué sentido tiene seguir aquí. Mi vida ha sido cumplir esa rutina, pero estoy cansado, mis piernas apenas tienen fuerzas para hacer tan corto camino y no queda ningún pri
mogénito que continúe la labor. Esta herencia inexorable llega a su punto final, cualquier día el edificio desaparecerá de pura decrepitud igual que este mundo donde ahora solo quedamos Bartleby y yo.

http://elystone.blogspot.com.es/

JUL165. HUBIESE PREFERIDO QUE NO LO HUBIERA HECHO, de Mercedes C. Velázquez Manuel

Por el patio empedrado de la vieja casa de campo, caminaba inquieta y clueca la gallina con sus pollitos. Lograba meter bajo su ala a los diez vástagos cada vez que decidía taparlos. Allí, quietos y agasajados, permanecían hasta que la clueca se levantaba a picotear algún grano o pequeñas piedrecitas que, hábilmente y con suma constancia, seleccionaba con su pico.
La abuela decidió atar una tira larga de tela raída a una pata de la gallina, anudándola también a la pata de una pesada banqueta de madera de tea para que el animal no se alejara del patio.
El nieto pequeño, venido de la capital, apenas empezando a hablar y a corretear por los alrededores, pasaba unos días con ella. A un descuido de la abuela, se hizo con uno de los polluelos y apretándolo contra sí mismo, lo dejó exhausto y sin vida. ¡Abuela no funciona! Gritó el pequeño inconsciente una vez lo hubo dejado en el suelo desmadejado.
Su abuela, con tristeza y a la vez entendiendo la corta experiencia del nieto, relata la amarga historia a su vecina, insistiendo entristecida que hubiera preferido no haberlo visto, pero el caso es que el daño ya estaba hecho.

JUL164. LADRÓN DE CARTAS MUERTAS, de Patricia Mejías

El jefe del departamento se lo advirtió: —Es una labor harto difícil, y no es cualquiera empleado el que posee la entereza para realizarlo… —Y le expuso el interior del horno crematorio y el funcionario se estremeció. Durante un tiempo, su misión fue salvar a la mayor cantidad y hacerlas llegar a su destino; para ello no dudó en instalarse su morada en aquel lugar. Bajo el escritorio, una frazada; en una silla, una palangana, jabón y una toalla; algunos adminículos de aseo dental, y un biombo para protegerse de las inclemencias de las miradas. Así podía dedicarse entero a examinar cada caso, rastrear las pistas hacia algún destinatario. Poco a poco, perdió la dirección de su propia existencia entre tanta soledad de historias inconexas. Entonces, operó el instinto de supervivencia: entregaba al fuego a muchas, aún con esperanzas, con tal de proveerse de víveres y cualquier cosa que le fuera útil, y se parapetó detrás del biombo con una lata
de bizcochos de jengibre, hasta que el mismo director del correo le vino a suplicar:
—Márchese de aquí, por favor, y que Dios lo bendiga.
Entonces Bartleby contestó:
—Preferiría no hacerlo.

JUL163. DESENCUENTROS MORTALES, de Miguelángel Pegarz

Lidia y Juan se prometieron amor eterno. No eran matrimonio, ni siquiera pareja, cada cual tenía la suya. Pero juraron ser amantes perpetuos. Siempre, siempre y por encima de todo, podrían citarse. Durante años no hubo problema alguno, e indistintamente se reclamaron para saciar sus deseos más instintivos. Ella sigue reclamándolo con frecuencia insaciable. Juan accede, fiel a su palabra, pero cada vez le cuesta más. Desde que ella murió le resulta extraño.

JUL162. ELEGIDO, de Elisa de Armas

Por su antigua religión, la única verdadera; por las tradiciones ancestrales y la lengua milenaria; para vengar una opresión de siglos. En un momento de debilidad, mientras accionaba el detonador, deseó pertenecer a uno de esos pueblos inferiores, de los que solo saben mirar hacia el futuro.

JUL161. MANOLITO, de Nicoleta Ionescu

Ángel disfrazado, pobre loco o extraterrestre extraviado, Manolito era el personaje imprescindible de las historias de mis paisanos.
Por supuesto, Manolito no fue un niño normal. Nunca jugaba, nunca reía, nunca preguntaba algo. Sus movimientos eran despacios y prudentes, como los de un anciano. Parecía saberlo todo y no esperar nada de nadie. Cuando uno le dirigía la palabra, contestaba en voz baja, resignado, como si hubiera preferido no hacerlo. Decía cosas extrañas, ojalá tuviese alguién paciencia para comprenderlas… Junto a él, los hombres y los animales se ponían tranquilos, el tiempo parecía no escurrirse. Al encontrarlo, los chicos interrumpían sus juegos y nunca se burlaban de él. Ningún perro le ladraba y ninguna sombra le acompañaba.
Cierto día, Manolito dejó de hablar. Dos semanas después, dejó de comer y de dormir. Una luz color violeta aureoló su carita cada día más delgada. El doctor, aturdido, diagnosticó un tipo raro de saturnismo. Poco a poco, el cuerpo del pequeñin se desmaterializó, hasta que se puso transparente como el cristal. Murió apaciguado, por su propia voluntad, dejando atrás este mundo, que no había conseguido despertarle interés alguno. Dicen que, en su ataúd, por la primera vez, Manolito parecía estar feliz.

http://cesariarey.wordpress.com/

JUL160. VENTANILLA ÚNICA, de Rosa Molina López

Enterados de nuestra insólita eficacia, la cola crece día a día. Saben que jamás dejamos nada sin resolver y que nuestro silencio nunca es administrativo.

Sin embargo, cada vez presentan solicitudes más extrañas, como si tuvieran la certeza de que lo normal es lo extraordinario, el BOE un libro de hechizos y nuestra ventanilla el santuario de Lourdes. Se acercan con gesto detenido, veneración en su mirada y bisbiseando milagros escritos en impresos que, en cuanto depositan en el mostrador, se transforman en increíbles prodigios: a los mancos les crece el brazo, a los calvos el flequillo y las viudas se van felices con sus difuntos, livianos como visillos de gasa.

Como las iglesias están vacías, el obispo exige explicaciones. Sus ojillos de inquisidor nos dicen que preferiría quemarnos, pero sonríe cuando nuestro jefe de sección, aprovechando que somos interinos, nos despide con gesto solemne, como expulsándonos del paraíso.

Ya tenemos local y página web, pero todavía dudamos cómo tramitar el alta de autónomos: como sanadores, magos, brujos o nigromantes.

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