Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

JUL74. BENITA Y SU LUNA, de Ángeles Medina

Enredos de emociones danzan en su memoria. Confinada a un mundo de fantasías donde la luna es la reina de su «palacio».
«La loca del cencerro» —la llaman—. «Benita, la hija del churrero» camina sola por el sendero del «olivar viejo», en su mano izquierda porta una campana y en la derecha un ramillete de margaritas.
Dando brincos hace sonar la esquila —quizá la oiga— Entona canciones infantiles, sonríe a pajarillos, juega con conejos imaginarios, deshoja pétalos: «volverá, no volverá, volverá, no volverá —canturrea— mientras anochece. »
Benita escuchó a sus padres, discutir por última vez, la madrugada del 19 de agosto de 1980. Genaro amaneció con la cara hundida en el perol de los churros. Flora, —su madre—se las ingenió para ocultarle la verdad.
— ¿Ha ido a rescatar a alguna dama?— inquirió con la voz quebrada, Benita. Flora, asintió sin más. «Preferiría no hacerlo… —musitó— con los ojos llorosos. » Genaro, incansable narrador de cuentos, inventaba para ella, mil historias: escuderos, bufones, reyes, dama, templarios… protagonizaban sus aventuras.
Tal vez, Benita decidió esperarle. La princesa Anastasia aún permanece encerrada en el castillo del brujo…

JUL73. AMOR DE MADRE, de Miguel Pereira

Preferiría no tener que declarar… ¿Por qué si mi hijo no hizo nada?… No sé por qué está encerrado… Roy es un buen chico… es un santo… un santo… mi Roy. Estoy segura de que él no fue… mi hijo no lo hizo… Me acuerdo cuando de pequeño… criábamos conejos…cuando los matábamos él no quería ni verlo y se pasaba sin comer… por lo menos tres días… o cuando sus primos intentaban apedrear a un gato… se dejaba la cara para defenderlos, a pesar de que él era el más pequeño… si él no podría ni matar a una mosca… además cuando Esteban me daba alguna bofetada… pocas veces pasó y lo hacía sin querer… era el primero en interponerse… seguro que él no fue… de dónde habría sacado tanta maldad… con lo bueno que era… algo impulsivo, pero bueno… seguro que no fue… bueno, y si lo hizo… fue un accidente… seguro que fue sin querer… seguro que se le escapó… si no hubiera visto a su padre hacerlo antes… si nos hubiéramos ido de casa… ¿pero a dónde íbamos a ir sin dinero?… si no fuera por su padre… seguro… seguro…

JUL72. VÓMITO, de Dylan Martínez

Siempre has pensado que todo era un juego, para mi danzar contigo en sueños y vivir amándote no lo era.
Mientras consumo con ansia mi pipa de cristal, evoco las historias que te he susurrado en tardes de cervezas y risas, el ansiado perfume escondido en libros para ti ya olvidados, la habitación de plata y seda con olor a incienso en la que tu voz recorriendo mi cuerpo desbordaba mi sexo al final de tu espalda.
Preferiría no hacerlo, pero aún estoy sereno mientras preparo la aguja y revivo los días que vendrán y las noches olvidadas.
La luna de tus ojos se clavan en mi alma, mientras la deliciosa fiera inunda mi cuerpo, este gozo asentado en mis manos me aposenta sobre la cama en un vacío carmesí que incendia mi boca sin la humedad de tus labios.

JUL71. ENTREGA, de Gloria Arcos Lado

No le importó que yo le dijera una y otra vez: ”preferiría no hacerlo”.
Él continuó impertérrito a lo suyo, empezó sobándome el pecho, intentando arrancarme la blusa, y terminó por echarse encima, buscando con su ávida boca mis labios, que le rehuían como si de la peste se tratara.
Cómo yo seguía resistiéndome a ser dócil, como él pretendía, acabó por amenazarme, con lo que yo más quería: “si tú no haces lo que yo quiero, lo haré con tu hermanita de 13 años, que también está de buen ver”.
Aquello bastó para desarmar toda mi posible resistencia.
El solo hecho de pensar que pudiera él, o cualquiera de los miembros de su banda de mafiosos, tocar un solo pelo de mi dulce Amanda, me transformaron en una muñeca entregada, pero sin alma.
Esperaba que con ese sacrificio se olvidaran de ella, y pudiera hacer lo que le había dicho en un momento de descuido, alejarse todo lo que le permitieran sus delgadas piernas, para que se olvidara de mí para siempre.
Con una esclava sexual en la familia, ya era suficiente…

REC-UENTO DE CAMPEONES


El » ENTC Team» AL COMPLETO: Fernado Martínez, Mónica Sèmpere, Mar Horno, Miguelángel Flores, Arantza Portabales, Nacho Rubio y Yolanda Nava. (Gracias por la foto)


Miguelángel Flores, Mónica Sempere, 

Yolanda Nava, Arantza Portabales…

ha sido un placer escucharos y nos hemos sentido ahí con vosotros… 
Gracias y muchas felicidades.
A Mar Horno enhorabuena por su tercer puesto.
Y al champion…
Ignacio Rubio
… pues eso, que te llevaste el primer ENTC y ya tienes el REC… y ahora …

JUL70. EN CAÍDA LIBRE, de Mª Azucena San Pedro Martínez

Entra sin educación y sin permiso ni recato empieza a desplegar las inmensas alas de su ignorancia, pontificando acerca de todo lo humano y lo divino.
Su verborrea hemorrágica compite con su soberbia maleducada.
Es patético su afán por destacar ante superiores y por humillar entre subordinados.
Ninguna disciplina le oculta sus secretos, aunque nadie conoce sus titulaciones.
Es agudo para la trampa, llano en la intención y obtuso para el resto.
Ordena y manda, al son de su despótica voluntad, y en el mismo momento en que empieza a levitar, elevándose desde el suelo, convencido de que todo alcanza a su vista, descubro que ya padece una de las enfermedades que más aqueja a los de su calaña: ciego en su prepotencia, ha dejado de ver lo que le rodea –si alguna vez lo hizo-.
Cuando ya, cansado de escucharse, hace un descanso y reposa su mirada interrogativa sobre mi insignificante persona, le sonrío condescendientemente, en una muestra suprema de cinismo que interpreta de aquiescencia.
Preferiría no hacerlo.
Pero es quien firma mi nómina.

JUL69. MADUREZ, de Carmen Llombart

«Te acerco al aeropuerto», dices con un hilo de voz apoyado en la puerta de la habitación. Amordazada por las lágrimas, asiento sin mirarte mientras guardo en la maleta el vestido que me puse el día de la entrevista. Tú me lo recomendaste: «con ese te contratan aunque no sepas japonés, no sé si dejarte que vayas tan guapa». Y ahora pienso que debiste quitármelo en ese momento y que tendríamos que haber dedicado la tarde a derretir el tiempo, a enrojecernos el cuerpo hasta que nos sorprendiera la noche y nos sonasen las tripas. Libres como animales. Pero decidimos comportarnos como adultos; « se nos acaba el paro, es una buena oportunidad, no pierdes nada, ni siquiera es probable que salga… » Y ahora, que de repente soy adulta, tengo la boca salada y doblo la camisa que lucía cuando llegamos a esta casa; nuestra casa, donde íbamos a vivir para siempre porque es la mejor casa de todo el universo.
Cierro la maleta, pesada como un ataúd, y me ayudas a bajarla de la cama.
«No quiero llevarte», gimes mientras coges las llaves del coche.
«No quiero irme», lloro mientras salgo por la puerta.

JUL68. ESTALLÓ, de Eva Galindo

Los cielos de azules incombustibles se sucedían. No había nubes ni brisa y los ánimos igual de acalorados estallarían a mediodía al compás de las repetitivas ametralladoras. Aquel pueblo desde hacía meses se movía al ritmo de la guerra. Cerró los ojos y visualizó cada imagen y cada palabra disponible para lograr atrapar la atención en hogares de ese otro mundo tan alejado de la destrucción que vivía a diario. Esa misma noche los rebeldes habían convertido la oscuridad en refugio delirante para sembrar la muerte. La calma que ahora dominaba las carreteras polvorientas era una mala señal. Las calles normalmente bulliciosas y pasto de las brigadas de a pie, conformadas por niños y jóvenes que establecían controles en latas de gasolina atadas por una cuerda a modo de barrera, estaban desiertas. No podía dejar de pensar en las dos niñas asesinadas por su propio hermano convertido en rebelde. El calor sofocante le ahogaba. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía superado. El silencio se fundió con el sonido de la luz roja que indicaba su entrada en directo y los latidos de su corazón. Entre dientes, masculló: – “Preferiría no hacerlo”.

JUL67. K.O. , de Nicolas Jarque Alegre

Disponer de un prestigioso médico de familia no te salva de recibir golpes, como el derechazo que le ha hecho añicos el futuro con tan solo unas palabras. Las explicaciones sobre las pruebas realizadas, los ánimos de que el mundo no se detiene y las esperanzas en los avances farmacéuticos que han venido después ya no los ha escuchado. En su mente solo cabía la idea de contárselo a su esposa y el drama que eso supondría. Así, que tras armarse de valor después de media botella de ginebra, llega a su casa, se desviste de hombre y la busca cabizbajo en el jardín. Prefería no decirle, pero el tiempo le acabaría descubriendo y su impotencia sería más patente, es lo que piensa con lágrimas en los ojos. Cuando la tiene delante, su sonrisa de niña buena le impacta en el corazón, el abrazo que le dedica le hace tambalear y el susurro de que está embarazada lo lanza a la lona como un pingajo.

RAÚL… EN ANTENA

No siempre es así, pero suele ocurrir que el buen trabajo termina abriendo puertas con las que alguna vez soñaste cruzar… una entrevista en Radio Nacional, en un programa cultural…?
En la madrugada del jueves/viernes, en la 
revista cultural EN LA NUBE de Radio 3 
podremos escuchar una entrevista con
RAÚL ARIZA
Ya que no sabemos cuánto le leeremos por ENTC porque ha copado sus seleccionados de todo el 2013 en solo 4 meses, habrá que escuchar a ver si nos da la receta de cómo lo hace…
Disfruta esa entrevista, Raúl, y disfrutaremos con ella…

JUL66. AYUNO, de Rubén Gozalo

He demandado a mi esposa porque ha extendido su vigilia de los viernes de Cuaresma a toda la semana y desde hace meses me está haciendo la pascua. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que intimamos. Quizá debí poner una cláusula en nuestro contrato matrimonial. Tenía que haberla exigido que los sábados fuesen sagrados y nada de excusas baratas: que si jaquecas, que si cansancio o que si se encuentra en ese período del mes. Está claro que en todos los caminos hay un desvío para encontrar la felicidad. Aún así, a mí siempre me ha gustado jugar en equipo y, además, mi brazo está cansado de tanta individualidad.

JUL65. EL RECHAZO, de Francesc Barberá Pascual

Todo empezó cuando me trasplantaron las dos manos. En tan solo dos semanas ya era capaz de escribir y manipular objetos casi con normalidad. Sin embargo, aquello no era lo más asombroso. Al poco tiempo descubrí que podía tocar el piano, a pesar de no haberlo hecho en mi vida. Luego me pasó lo mismo con los malabares y la papiroflexia. Incluso llegué a hacer algún truco de magia. Mi mujer y mis hijos están encantados con el cambio. Es más, ella se ha vuelto a enamorar de mí. Bueno, mejor dicho, de mis manos. Tanto es así que ahora ya no quiere besos, solo caricias. Además me exige a todas horas que le haga masajes. Qué manos tienes, me dice. Ella lo ignora, pero sueño con que todo vuelva a ser como antes. Hoy me ha pedido que recorte los setos del jardín. Al coger las tijeras de podar y comprobar lo afiladas que estaban, he sentido un cosquilleo por todo el cuerpo.

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