Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

ENE24. SUEÑOS DE FÚTBOL, de Fran Rubio

Notaba una rodilla sobre su espalda, cálida, redonda. Incapaz de moverse, se sabía, sin embargo, despierto. ¿Estaré muerto? Pasaron unos minutos hasta que fue capaz de articular una mano, después un pie. Todavía notaba como si hubiese una “presencia” junto a él. Consiguió hablar al fin para soltar un gemido de desorientación, miedo y alegría; alegría para celebrar que podía hablar, que podía moverse. Después gritó goooool; no discernía si era sueño o no, pero lo había marcado él, con la derecha. Estaba vivo, o eso empezaba a creer. Recordó entonces lo de la parálisis del sueño, ese episodio, al parecer no tan infrecuente, que había sufrido treinta años atrás, cuando lo de su padre. Algo parecido a una catalepsia momentánea, breve. Esto, sin embargo, más se parecía a un mal sueño, un despertar con ansia; como el lograr salir de un pozo en el que no recuerdas como has caído. Olía diferente, y todo era blanco.
Cuando despertó del todo, allí estaban, junto a la cama, el médico y su madre. En los ojos de ella vio, que efectivamente, le habían cortado la pierna.

 pequenastretas.blogspot.com.es

ENE21. LA NIÑA MARIA, de Mª Carmen Gómez Caro

La niña María tenía fama de hechizada entre las gentes de la aldea. Contaban que nació una noche de cielo rojo y que su primer llanto hizo cantar a los ruiseñores de toda la comarca.
La niña María no sabía de encantamientos, pero le gustaba soñar cosas bonitas para los pueblos. Soñaba que sobre el mundo caía una lluvia verde y mansa que preñaba de vida los bosques, mientras peces verdes voladores llenaban el aire de susurros marinos. Voluptuosamente fértiles, las tierras de todos los rincones del mundo parían espigas descomunales, alegres viñedos, frutas excesivas, y fragantes magnolias.
Las gentes de la aldea dormían, pero nunca soñaban. El miedo paralizaba sus sueños. El día que la niña María preguntó el nombre del monstruo todos se miraron desconcertados. Nadie antes había osado mencionarlo. Sabían que existía, que se había llevado todo por lo que lucharon…pero nunca quisieron saberlo. Aquel día despertaron y trazaron un plan. Atacarían al monstruo por su punto débil: su necesidad de miedo. Después se pertrecharían con sueños nuevos y avanzarían tomando posiciones, recuperando los sueños arrebatados y forjando la libertad.
Cuentan que aquella tarde, cuando la aldea despertó, una lluvia verde y mansa cayó sobre el pueblo.

ENE20. LA VERDADERA HISTORIA, de Eva García Martín

Cuando se despertó, se sintió polvoriento.
Le pesaba la cabeza y aunque sus ojos no lograban traspasar la oscuridad, reconoció todos los objetos cotidianos que le rodeaban.
Tenía la vívida certeza de que en sus venas había algo más que sangre y de que el cosquilleo en sus piernas no era una mera sensación circulatoria.
Unos golpes en la puerta le habían sacado de su profundo sueño.
Soltó una maldición cuando al tratar de levantarse se golpeó el cráneo con una réplica dorada de sí mismo y, enredado con las vendas, tropezó y cayó al suelo cuan largo había sido.

ENE19. AU-SEN-TISMO, de Patricia Mejías

Cuando despierto, tengo el cuerpo lleno de arañazos y magulladuras. Como siempre, los culpables escondidos al otro lado de mi realidad; la energía cinética fantasmal me revuelve la vida y la casa entera a base de levitaciones y fenómenos paranormales.  He hecho de todo para mantenerlos a raya: gritar, patear, morder. Incluso ignorarlos cuando presiento las cucharas flotantes con comida, o las manos invisibles lavar mis genitales. Me he resistido a entablar comunicación con ellos. Hasta ahora. Las sesiones han abierto los canales de la mente; podré hablar con los del otro lado.  Verlos por primera vez.

— Aquí hay alguien, quiere decirte que te quiere, que te extraña, es muy cercana a ti. ¿Quieres verla?

Al abrir los ojos, mi madre. También padre y otros parientes. Y tan reales como el psiquiatra a mi lado.
El tratamiento está funcionando.

ENE18. ¡TIERRA TRÁGAME!, de Abdalah Nieto

Un sonido estridente le despertó sobresaltado. Era la radio despertador que le había regalado su padre el día anterior por su decimoctavo cumpleaños. No sabe si le dolió más ver las 6.00 a.m. iluminadas en rojo o el frío que sentía en sus pies a pesar de dormir con unos calcetines de lana que le había tejido su abuela hace tiempo. Cinco minutos más evadido de mundo real no le harían daño a nadie, aunque cuando se quiso dar cuenta era casi la hora de entrar al tajo. Ya era mayor de edad pero llevaba casi dos años trabajando de soldador en el taller de la esquina. Con la piel de gallina se vistió rápidamente y con una magdalena en una mano y su vieja mochila en la otra salio  corriendo de casa. Cuando llegó sus compañeros ya estaban embebidos entre los chispazos y los ruidos de la maquinaria. Se puso el mono e intento, en vano, ocupar su puesto sin que su jefe le pillara.
-¡Lo siento, pero estás despedido! Fue lo último que le dijo el encargado dándole voces a la vez que escuchó a su madre gritar:
– ¡Despiertaaaaaaaaaaaa, o volverás a llegar tarde al instituto!.

ENE16. RENACIMIENTO, de Inés Zapirain López

Cuando Emma despertó, las aletas de su pequeña nariz se movían nerviosas. No era la primera vez que aquel sueño alteraba su descanso.
Todavía temblando apartó la ropa de cama y posó sus pies sobre aquel suelo del color del caramelo; estaba frío. Acariciando su abultado vientre avanzó hacia la cocina, sabía que allí, en la penumbra, encontraría a su padre. El hombre se hallaba sentado en una vieja silla, canturreando, con sus manos entrelazadas sobre las piernas. Emma se arrodilló con mucho cuidado a sus pies y, el anciano comenzó a acariciar el cabello rizado de su hija. La luz dorada que emanaba de las puntas de sus dedos se confundía con la tonalidad violeta del aura de Emma; se confundía hasta el punto de que ya era imposible distinguir donde empezaba una y terminaba la otra. Entretejidas. Trenzadas. Resplandecían en sinuosa danza.
Fue entonces cuando el hombre languideció sobre la silla exhalando un suspiro. Vida y muerte se mezclaron en el instante en que aquella mano resbaló por su cabello, y, Emma sintió como aquel líquido anunciador corría entre sus piernas…
Cuando le mostraron al niño lo abrazó suavemente. Serena. Impregnándose de la luz dorada de su piel.

ENE14. SU PRIMER Y ÚLTIMO VIAJE, de Nicolás Megías Berdonce

Cuando despertó ya estaba a bordo de otro barco. No recordaba cómo había logrado llegar hasta allí. Su último recuerdo era estar en aquella mesa cenando,  acompañada de su marido, cuando sintió un ligero temblor bajo sus pies.
Miró a su alrededor,  pero no lo encontró con la mirada, solo veía a gente envuelta en mantas cubriendo aquellas joyas deslumbrantes y caros vestidos. Sus rostros reflejaban miedo, terror  e incluso en algunos aún perplejidad.  Otras miradas se perdían en el horizonte de aquel gélido océano en calma en el cual horas antes, todas aquellas personas e incluida ella misma disfrutaban de un espectacular viaje en él que habían llamado «El buque de los sueños».
Se levantó y aún mareada intentó buscar a su marido entre aquellas personas, pero solo veía algunos hombres entre tanta mujer y niño. Logró reconocer alguna de ellas en las cenas o en los paseos por la cubierta.
Se acercó a una y le preguntó:
– ¿Ha visto a mi marido?
La dama extrañada, le respondió:
– ¿Su marido? Seguro que debe de estar con él mío, y con muchos otros  que han decidido quedarse en el barco a esperar nuestro regreso cuando despierte el día.

ENE13. OMNISCIENTE PERO MENOS, de Jesús Lozano López

Cuando despertó todo el mundo se había ido a dormir. Esto le pareció notablemente extraño, de modo que esperó pacientemente, durante horas y horas, hasta que el sueño sobrevino otra vez. En sus sueños todo el mundo estaba despierto y activo, la vida se derramaba frenética por doquier; la sonrisa daba paso al llanto, este al grito, y aquel a su vez al mohín, el otro a la queja, esta al estremecimiento, toda la cadena trófica de las emociones agolpándose en un lugar que no dormía jamás. La cosa es que tanta actividad resultó tan placentera como extenuante. Nuevamente se dejó llevar por el sueño. De qué paso después cuando despertara en el sueño de un sueño, nada sé. Para mí que desapareció en una sima literaria, sea como fuere mi omnisciencia no da para más.

 http://entierrasdelamaquinahumana.blogspot.com.es/

ENE12. FANTASMAS NOCTURNOS, de Blanca Oteiza

Los sueños de la noche me perturban incluso ya despierta. Me persiguen hechizándome durante la mañana y perduran incluso durante la tarde. Golpean mi mente una y otra vez las imágenes de los sueños vividos en la oscuridad de mi alcoba. No me dejan escapar cuando siento que me falta el aire al recordarlos. Y son los dueños de mi cuerpo cuando quiero desconectar y no puedo; quiero desaparecer por un rato pero no hallo el momento de volverme invisible. Las horas pasan y se suceden como mis recuerdos nocturnos aún más intensamente en tiempo vespertino. El sol vuelve a ocultarse y mis temores recobran vida al acercarse el ocaso del día. De nuevo los fantasmas de la nostalgia, los anhelos perdidos, las reminiscencias del pasado casi olvidado que no volverá se agolpan en mi delirio nocturno. La oscuridad invade la estancia, me acuesto y aferrada a la almohada cierro los ojos y me preparo para una nueva batalla…

Relato fuera de concurso por haber sido semifinalista en el I Concurso Internacional de Microrrelatos La cesta de las palabras (2011) y estar publicado en el libro Misterios para el sueño.

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