Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

MAR151. CONTRA TODO PRONÓSTICO, de Mª Carmen Gómez Caro

Contra todo pronóstico la naturaleza nos ganó la batalla. Cuando todos pensábamos que la destrucción del planeta no tenía remedio, la situación dio un giro inesperado: los animales se rebelaron con una violencia casi humana y el reino vegetal se convirtió en un imperio invasor de cuyo colonialismo no podíamos librarnos. Harto de ver morir a sus glaciares, el mar implacable recuperó sus playas y fue vomitando en ellas todas las ofensas que le habíamos hecho tragar durante siglos. El cielo decretó temporales coercitivos y la tierra se negó a gestar más semillas intoxicadas.

Contra todo pronóstico aprendimos la lección, y en el año 2084 firmamos al fin la paz. Como miles de años atrás, dio comienzo la vida en la Tierra. Nos despojamos de todo aquello que le hacía daño a la Madre y a nuestra propia especie, y vimos que era bueno.
No fue fácil desde luego. Surgieron profetas engominados y discípulos agrupados en escuadrones que intentaron persuadirnos de los peligros de los nuevos tiempos. Por todas partes instituciones anacrónicas se resistieron a morir y amenazaron a la humanidad con desastres apocalípticos. Contra todo pronóstico no hubo sitio para el miedo.

MAR150. A ESTAS ALTURAS, de Laura Sáez-Díez

Todos los que la conocieron podrían decir que ella tenía todas esas cosas que la hacían ser diferente a los demás. Algunos decían que su risa se contagiaba alli por donde pasase. Otros, que nunca habían olido un perfume mejor. También alguna vez escuche que sabía cantar como los ángeles. Nunca escuché a nadie hablar de ella con rencor, sabía cuidar de los suyos y era una esposa excepcional. Todo el pueblo hablaba de ella conociéndola más o menos. Pero sólo yo sabía su secreto. Aquellos 2084 días que había pasado en la cárcel le habían transformado. Aquellas 2084 mañanas entre rejas habían hecho a una persona como ella, aunque ese seguiría siendo nuestro secreto.

MAR149. ETERNA INCERTIDUMBRE, de Luz Leira Rivas

El desconocido me abordó diciendo que venía del futuro. Según su narración, un 13 de diciembre de 2084, ojeando periódicos antiguos, vio una fotografía mía y de él, cogidos de la mano en una galería. Como no me conocía siquiera, sospechó que algo había hecho mal en la vida, que el Universo le enviaba un mensaje, y construyó una máquina del tiempo para viajar hasta aquel instante exacto y pedirme que saliéramos juntos conforme al destino.
Nunca supe si era verdad o se trataba de una bonita historia para conquistarme. Pero accedí y, con los meses, la cosa cuajó y nos casamos. Vivimos felices hasta que el 13 de diciembre de 2084, ojeando periódicos antiguos, Antonio no vio ninguna foto nuestra en una galería. Entonces me dijo que sospechaba que algo habíamos hecho mal, que el Universo le enviaba un mensaje, y partiría a buscarme de nuevo para intentar recomponer nuestras vidas conforme al destino.
Nunca supe si era verdad o se trataba de una bonita historia para abandonarme. A veces sonrío y pienso que, en algún tiempo, Antonio está posando conmigo desde esa galería. Y otras que, en algún lugar, Antonio cuenta a una incauta la misma estupidez inverosímil.

MAR148. MAJESTUOSO KILIMANJARO, de Luis Cruz Cubero Villalba

Recuerdo cuando todavía estábamos allí, juntos, en aquel parque nacional de Tanzania, cuidando del hábitat y de esos dos mil y pico elefantes. “Dos mil ochenta y cuatro”, te vi anotar en tu libreta de campo. Estabas obsesionada con la exactitud, cuando a mí lo único que me complacía era mirar al fondo la belleza del gran Kilimanjaro, que a su vez nos observaba a nosotros con su majestad, dándose el gusto de ser el gran rey de la sabana. Para ti todo fue una época más de tu vida, aportando tu granito de arena en el mundo. Aprendí tanto de ti. Todavía era un adolescente, con la oportunidad de acompañar a su madre. Dondequiera que estoy recuerdo todo. Te despediste allí, ocurrió en cualquier tarde, donde te gustaba siempre vivir. Me arrimo a este recuerdo como al árbol más fértil, pues me aporta esa seguridad que en cualquier instante me puede fallar. Junto a ti aprendí a esforzarme en cada paso, aplicando una exactitud como la tuya, como cuando tenías que contar los ejemplares de cada especie. ¡Ah! No me falta tampoco recordar la sombra del Kilimanjaro, me cobija en los días de frío, tristeza y soledad.

http://saludosdelmar.blogspot.com.es/

MAR147. MISIÓN POSIBLE, de Mª del Rosario Val Gracia

Huyendo de los malos humos decides viajar a las estrellas. Seres de enormes ojos grises y un centelleante agujero en el pecho te rescatan. Sus sonrisas te cautivan, te hacen sentir como en casa, de repente el vértigo te atrapa, después… horas albas, minutos abúlicos, segundos indolentes.
Ese tedioso chillido con tu nombre te aterriza. Te miras al espejo y a todo lo que hay detrás de ti. Estás muerta de miedo, quieres seguir escapando… pero, alguien te observa, no estás sola, el chico del retrato ¡te sonríe!. Asoman a tus mejillas la pasión y el sonrojo.
Le quitas el freno a la silla y la acercas a la ventana, con un beso siempre la calmas… “mira mamá”. El cielo y su azul, aquella montaña, su quietud. Ves retornar el verde y te convences… todo va a mejorar.
Jamás volverás a tomarlas. Tiras por el váter las veinte pastillas y los ochenta y cuatro euros que pagaste al que te vendió esa mierda.

MAR146. SACUDIDA, de Ignacio Rubio Arese

La historia arranca con un vehemente temblor de tierra, el día en que M. cumplirá los ciento tres. Ignoremos por ahora las columnas de polvo, el estruendo arañando el aire, la emersión de una falla que levanta su hogar a más de doscientos metros y lo incrusta entre las nubes, coronando los cascotes.

Todo está patas arriba, las tejas y los recuerdos, los muebles descoyuntados. De un lugar ignoto emergen Calamaro y Ariel Rot, Christina Rosenvinge, melodías de un tiempo en que M. diseñaba broches y pendientes, era una actriz invencible y sus pinturas saltaban como salmones entre las galerías. Poco le importa otro abril, quizás del 2084, inmersa en tal epicentro de remembranzas e imágenes.

«Entonces había vehículos, claro», sonríe, «y se podía volar de un continente a otro». Sus días de juventud se asemejan a los países sepultados por los mares insaciables, afuera hace tanto sol, que ha olvidado qué es la nieve. Recuerda, eso sí, al chico que la escribía, «¿cuál era su nombre?», y le oprime la añoranza de un viaje, de una aventura que no se atrevió a emprender a un lugar que ya no existe, anegado como su pueblo natal; como casi todo.

CUENTOS DE PAPEL

…la edición en papel de «Esta noche te sueño» viaja ya a sus diferentes destinos… esperamos noticias…

MAR145. REFLEJOS, de Antonia Garcia Lago

Intento pasar desapercibido. Me escondo junto con otros en lugares deshabitados, como fábricas, bibliotecas y comercios cerrados. Entre coches desvencijados y opacos en barrios limítrofes. Las hojas de los árboles y la sucia lluvia ha camuflado los antiguos colores, y ahora casi todo son parduscos o grises.
Deambulan famélicos entre ellos, gatos de pelaje incierto y roedores esqueléticos.
A lo lejos, en el anochecer aún brillante, se perciben sonidos de música, risas ya casi extrañas. Si te acercas tras burlar la vigilancia, olores a deliciosa comida y a perfumes, te recuerdan que aún tienes sensibilidad en el olfato.
Mujeres con suaves pieles alrededor de su cuerpo y hombres con elegantes trajes y un puro quemándose lentamente en sus labios, te devuelven la capacidad de rememorar el pasado.
Cuando oímos murmullo de botas, y el ladrido lejano de los perros, sabemos que pisamos terreno prohibido, que las cámaras han detectado nuestro rastro y que el mundo es una burbuja cerrada donde ellos están a salvo.
Siguen majestuosos en pie unos edificios blindados con letras brillantes de metal pulido escritas en grandes caracteres.
En los charcos azulados por los neones se refleja la palabra que los agrupa a todos:

SOCNAB


Blog = estimemlaparaula

MAR143. INSPIRADO, de Carlos Díaz González

Me hizo gracia que me dieran esa habitación el día exacto en el que tenía pensado escribir algo sobre 2084. Pensé en mi admirado Orwell, en un futuro completamente esclavo y en la soledad de los que solo respiran tecnología, pero en cuanto entré en la 2084 y descorrí las persianas, tuve claro que tenía que escribir sobre esa habitación y sobre sus vistas, perfectas para el último salto que iba a dar.

MAR142. DESESPERACIÓN, de Fina Fernández Fernández

A pesar de la lucha de Raúl y sus compañeros por demostrar los grandes beneficios que obtuvo su empresa, ésta echó su cierre.
Sin darse cuenta, Raúl llegó a una situación desesperada. En la separación le cedió todos los bienes a su mujer; no quería que le faltara nada a su pequeña de dos años.
Su aspecto había cambiado notablemente: su cabello largo, la barba descuidada, una mirada taciturna y un rictus en su boca, delataban una amargura interior desaforada. Únicamente parecía despertar de su letargo, cuando se forjaba proyectos de venganza contra los causantes de su desgracia. Tan sólo necesitaba 2084 piedrecillas de oro, lo necesario para sacarse un billete a tierra de nadie y hacer factible su represalia. Al día siguiente ve con agrado arder la fabrica que le robó su vida.
Su amigo lo estaba ayudando a salir de aquella zona. Un lugar donde sus gobernantes hacían caso omiso a las quejas de sus ciudadanos.
– No te hagas mala sangre. – Le decía su amigo.
– Estamos en el año 3015, y no hemos aprendido nada de lo ocurrido hace cien años. – Le dice Raúl con tristeza.

Blog = fina-finola

MAR141. SÍSIFOS, de Isabel Martínez Barquero

Sobre la cubierta rectangular de un edificio desconocido, despierta y encuentra a su lado las ropas con las que ha de ataviarse. Son ropas extrañas, futuristas y de un ofensivo color naranja eléctrico.
A unos pasos, dos hombres terminan de vestirse, como ella, con prendas de color gris metalizado. Se acerca a uno de ellos, el que luce una barba canosa. Reposa la cabeza en su hombro al tiempo que le susurra: «Otra vez a empezar. ¿Dónde estaremos y qué año será?».
El hombre de la barba la mira con ojos tristes y antiguos. No la extraña, aunque no la reconoce.
La mujer siente un escalofrío. Sólo ella recuerda que los tres van a repetir la misma historia en otro lugar y en otro tiempo. Y es la primera vez que ella recuerda. ¿Cuántas veces han desempeñado el mismo teatro?

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