Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

MAMIHLAPINATAPAI

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. Comenzamos el año con MAMIHLAPINATAPAI, el entendimiento con la mirada. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de MARZO

Relatos

LA CITA, de Juan Antonio Morán

Para facilitarme la reincorporación al bufete me buscaron un caso sencillo: la defensa del heredero de una cadena de comida rápida, detenido en una pelea. Preparé una cita con él y me fui para la comisaría. Mientras rellenaba unos formularios, el funcionario insistía en mandar callar a una joven que mostraba un llanto ahogado, grave y cansino. Estaba medio tumbada, ocupando dos asientos, en una pequeña sala de espera.
-¿Qué le pasa? –pregunté.
– Ha intentado matar a su marido y a su hijo de 3 años. De momento los ha mandado al hospital. Está esperando a que le asignen un abogado de oficio.
Mientras esperaba, vi que la mujer tenía una mano vendada hasta el codo, y puntos de sutura en el mentón y sobre una ceja. Sólo podía imaginarme escenarios desesperados. Aquello reabría en mi interior el duelo y la tortura de la enfermedad que terminó con mi hijo Manuel, el vértigo desolador del posterior hundimiento de mi matrimonio. Entendí que había suficientes señales para hacerlo.
Entré al cuarto y me senté junto a ella.
-Tranquila, tranquila, sigue llorando. Me llamo Paloma Casado y voy a ser tu abogada. ¿Cómo te llamas?
Apenas pudo pronunciarlo.
-Me llamo Libertad.

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

HUELLAS DE CARAMELO, de Begoña Heredia

Los cristales de la ventana sabían de mis esperas, de mis dedos pegajosos ,cuando Lucía me traía a escondidas caramelos y me anunciaba un nuevo encuentro, para luego peinar mi pelo, asearme mientras me hacia cosquillas, y arreglar mi cama.
Las ventanas eran como periscopios de submarinos, por los que veía llegar a quien sería en esa ocasión mi cita a ciegas. Siempre fue así. Entraban hasta los jardines del edificio, bajaban de los coches y no volvía a saber de ellos hasta pasadas unas horas. Pero yo ya había visto sus caras, sus ojos asustados, sus manos temblorosas aferradas a otras adultas. Durante ese tiempo en el que perdía su rastro, imaginaba como serian: tímidos, silenciosos, divertidos… La inquietud y la curiosidad se me enganchaban al corazón y mataba los nervios y la impaciencia con los dulces de Lucía.
Algunos estuvieron conmigo durante meses, otros unas semanas y los menos unos días. Todos ellos se quedaron en mí y dejaron su huella. ¿Cómo olvidar a esos niños que durante aquellos años infantiles, en los que aprendí a vivir y a ganar a la muerte, fueron mis compañeros en la habitación de un hospital?

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

YO ESTABA MUY BUENO, de Jesús Redondo Lavín

-Si ¡tú estabas muy bien!
De sopetón me lo soltó una coetánea comadre.
Entré en la pubertad después de pasar mi niñez entre misas. Misas matutinas del colegio, misas de fin de semana, de cuaresma y navidad; misas de primeros viernes y obligatorios “panges lingua gloriosis” antes del cine pasado por censura; confesiones abrazado por Don Tomás, respirando su fétido aliento como anticipo de la penitencia.
Me enfrenté, mentalmente absolutamente capado, a las pasiones de la adolescencia.
No tenía ninguna idea de que yo resultase atractivo. Nadie me lo dijo, ni yo noté la más mínima insinuación al respecto.
Incluso, la que hoy es mi mujer, a quien no conocí en una cita a ciegas, afeaba mi mal gusto en el vestir. Yo vestía a cuadros de chaleco a calcetines. Además, sin llegar a sufrir de la esteatopigia de los hotentotes, confesó que sentía una cierta vergüenza al pasear de mi brazo por su elegante zona residencial bilbaína del “Paseo de Volantín”, dadas mis nalgas respingonas.
¡Dios!: ¡Qué pronto pierden protagonismo las nalgas!
– Querida comadre, te podrías haber insinuado más notoriamente. No me comí una rosca hasta que me casó aquel cura al que llamábamos “el peli”, por taheño.

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

CITA A CIEGAS, de Ginette Gilart

Se conocieron bajo las hojas de un árbol frondoso. Lo suyo fue un amor a primera vista, un flechazo instantáneo.
Se amaron…sólo la muerte les separó.
Ella se llamaba, Mantis Religiosa.

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

CITA A CIEGAS, de Kistila Cleret de Langavand

Tan sola me sentía que me acabe por decidir en pedir una cita con gente afín…
Nos dieron sus instrucciones: debíamos llevar tres cosas rojas… así que me compre unas manolitas y su bolso a juego…
Llegue con antelación a la cafetería estipulada llevando escondido en mi bolso el chal de seda tan elegante comprado también para la ocasión (siempre podía pretender que había confusión de persona si el tipo no me gustaba ya que no llevaba mas que dos cosas rojas)…
A la hora exacta vi estudiantes que se destornillaban de risa asomados encima de la barandilla de la escalera del metro y surgió el ser más curioso que se pueda uno imaginar:
Regordete a la faz lunar, color de café con leche cortada, gorro de lana sobre pelo cresposo (en plena canícula), corbata mal anudada y carpeta gigantesca… todo de rojo chillón…
Se le veía tan risueño que me gusto de inmediato… así que me lancé el chal sobre los hombros y me levanté haciéndole un gesto…
Se acerco y me dijo medio riendo: “¿no será usted ciega?” y al momento “¡es que yo soy tan feo que había rogado que la cita sea a ciegas!”

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

ESTANOCHETENCUENTRO.COM, de María Elejoste

EstaNocheTeEncuentro.com me pareció un nombre simpático y confiable. Encuentros y nocturnos… Sí, sin duda sería una agencia de contactos seria y discreta. Rellené mis datos en un cuestionario on-line. No mentí, lo juro, bueno… quizás exageré un poco mi gusto por el deporte y la vida sana, por eso de parecer una mujer moderna y de mundo. Lo de decir que adoro a los animales… fue porque siempre da un toque cariñoso, hogareño. Y eso de que soy pelín desordenada, vale lo confieso, para no espantar a nadie, que los hombres y el orden ya sabemos que son incompatibles y mira… una ya tiene unos años y bueno… tampoco se puede ser tan exigente ¿no?. Lo que es la tecnología… el ordenador aplicó sus algoritmos de selección en su base de datos y me hizo una sola pregunta : ¿Sexo? Sólo había dos botones : «Aceptar» y «Cancelar». Para que no se fuese el tema al garete pulsé «Aceptar». Oye, en dos días ya tenía cita con el candidato. Estoy encantada con Tarzan69, en-can-ta-da.

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

DOMINACIÓN, de Susana Revuelta

—Escucho un murmullo que se acerca, es como un lamento, parece que intenta comunicarse, espere… hay interferencias… estoy perdiendo la conexión… ¡Vaya, con lo cerquita que estábamos! Yo que usted no pararía ahora. Si desea averiguar algo más de su difunto marido nos llevará otra sesión, podemos continuar o no, usted decide: son cincuenta euros la media hora, ya sabe que merece la pena llegar hasta el final…
Ella no responde, no puede: tiene la boca llena de la virilidad del maestro espiritual y los brazos sujetos a la espalda con un cilicio. Para la próxima cita lo tiene claro: se pedirá el disfraz de alumna díscola y látigo.

Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander

OCT20. NANA DE UNA MADRE DESESPERADA, de Leticia Oliva

Ya ha llegado la noche, brillan en cielo tres estrellas, cierra los ojos y duerme hasta que mamá te despierte.
En ese dormir angelical, deja fuera mi bebé, el olor  alcohol y los golpes,  que ya es tiempo de soñar. Duerme pronto cielo mío, que ya brillan tres estrellas. Y hoy tu padre llegará, cargado de problemas.
Duerme pronto ángel mío, que no hay hambre a donde vamos, allá arriba bien bien alto,  al fin tendremos nuestra casa, donde brillan tres estrellas.
Nos cuidaran los angelitos, ya descansa mi bebito, toma mi mano y  volemos que ya es tiempo de soñar y unidos viajaremos lejos del hambre, la miseria y el dolor.  Muy atrás y aquí abajo quedaran los maltratos, los silencios y esas miradas llenas de horror.
Descansa niño mío, abrázame una vez más, que el sueño nos descubra siendo uno como al comenzar. Descansa dulzura mía, que sea juntos este último latido, ya es tiempo de dormir, de soñar para siempre, de  por fin libres… vivir.

 http://www.homefanfics.blogspot.com/

OCT19. ABUELITO, DIME TÚ… de Karina Delprato

-Abuelito, por qué esas tres estrellas brillan más que las demás?
-Porque ellas son especiales, hasta mágicas se podría decir.
-¿Qué tienen de mágicas?
-Mira, para que me entiendas; cuando yo me vaya al cielo  y  desees verme con todo tu corazón, simplemente mira una de ellas y ahí estaré. Desde ahí arriba te  cuidaré cada día y al llegar la  noche brillaré más para entrar por tu ventana, te iluminaré  y  te acompañaré siempre. A pesar que no veas mi rostro, percibirás la caricia y el beso de las buenas noches sobre tus mejillas.
-Entonces  tienen mucha magia esas estrellas abuelito, porque cada noche siento las caricias y el beso de la abuela.

 http://abuelopablo.blogspot.com.es/2012/10/abuelitopor-que-esas-tres-estrellas.html

OCT18. PATEAR EL TABLERO, de Teresita Bovio

Che flaco, que buena esa agencia de juegos, se llama “Tres Estrellas”
¡Seguro que trae buena suerte!
Tiene Loto, Quini, quiniela, sorteos de toda índole
Y si, debe juntar buena “guita”.
Vamos a mirarlo por dentro y de paso jugamos, por ahí ganamos.
Cruzan la calle y entran
Buen día!! Queremos jugar unos números a la quiniela.
Bien, ¿En que lotería?
Y…la Nacional nocturna., un peso a 3 cifras a primera y a dos cifras igual
Listo, aquí está la boleta.
Cazala Flaco.
Se dio vuelta y con un revolver amenazó al agenciero.
¡Esto es un asalto! Pon la plata sobre el mostrador.
El asustado dueño entregó lo recaudado, el botín era magro solo había trescientos cincuenta pesos.
Los ladronzuelos arrebataron el dinero y  huyeron.
Esa noche en la lotería Nacional salió a primera el número jugado por los asaltantes.
El incobrable premio, sumaba ochocientos cincuenta pesos.
En la órbita del silencio de los frustrados “chorros” se apagaron las estrellas.

OCT17. LA PRIMERA VEZ, de Jesús Urbano Sojo

-¿Ves esas tres estrellas de ahí? Son las más importantes que podrás ver esta noche, pues brillan con luz propia. Observa a todo esta gente, que ha venido hasta esta explanada para contemplarlas.- dice papá.
Carlitos está asombrado, nunca había visto a una multitud tan grande encandilada con tal evento. Ver esas tres grandes estrellas no es algo que suceda todos los días. Está nervioso.
-Dime su nombre de nuevo, papá.
-Brad Pitt, Angelina Jolie y Jack Nicholson.

 http://islasconformadeletras.blogspot.com.es/

OCT16. LAS BUENAS NOCHES…, de Nicolás Megías Berdonce

Todas las noches mientras su padre dormía, se levantaba, salía a la terraza y embobado miraba el firmamento, pero nunca  era igual a la noche anterior, salvo aquellas tres estrellas que resplandecían más que ninguna.
Una tras otra, esperaba que su padre apagará la luz de su dormitorio para levantarse e ir a recibir las buenas noches de aquellas estrellas, pero aquella noche, al llegar a la terraza  observó que no estaban ninguna de las tres. Miró por todos lados, pero fue inútil, no las encontró por ningún sitio. Julián comenzó a llorar y de repente el cielo hizo lo mismo, varias gotas de agua le sorprendieron en la frente.
Se secó las lágrimas con las manos y entró en el interior de la casa, miró de nuevo al cielo y sin pensarlo volvió  de nuevo a la terraza y vio como poco a poco las tres estrellas iban apareciendo entre las nubes:
– Sabía que no me fallaríais…
Giró la cabeza y al mirar hacia atrás con una sonrisa en el rostro, se fijó en el cuadro que presidía aquel salón donde salía él rodeado de tres hermosas damas que ahora brillaban en el firmamento.

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