Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

MAR127. DESPERTAR EN NEW ITACA NEGOCITY, de Miguel Ángel Pérez García

Nepómides se levantó a las 6:01 exactas como cada mañana. No programar su despertador neural en punto como todos era un pequeño acto de rebeldía. Sacó un módulo alimenticio del cajón refrigerado y lo desayunó en cinco minutos. Se dio una ducha rápida de tres minutos y se afeitó en dos. Tiempos exactos y medidos, movimientos precisos y automáticos. Se enfundó el mono azul celeste mientras su cabeza comenzaba a ser consciente, efecto de los excitantes del módulo de desayuno. Repasó minuciosamente sobre la pantalla LED cada una de las visitas, reuniones e informes del día, memorizando cuidadosamente horas y lugares. En siete minutos comenzaría otro ajetreado día laborable. Según el cuadrante de avisos, mañana tocaba uno de sus tres días de descanso mensual obligatorio, así que antes de salir envió una orden de pedidos al almacén de hologramas, especificando claramente la hora de recogida. Le apetecía pasar el día en el campo.

MAR126. EL GRUPO, de Ángeles Sánchez Gandarillas

– … y 1.084 pantallas. ¡Te he ganado! -dijo el que presidía la mitad de la Tierra.
– ¡Vale hombre, vale!, pagaré las 5.000 toneladas de alimentos, las desalinizadoras y la simiente, pero que conste, me he dado cuenta que jugabas ayudado por tus múltiples personalidades. Así gana cualquiera.
– Lo que tú quieras, pero perdiste.
Le ignoró. Volvió a su crónica.

“Desde el año 2.013, no había guerras y resolvían los conflictos con tres partidas de juegos electrónicos. Los países del mundo se habían repartido en dos zonas continentales, los políticos desaparecieron y todo funcionaba mejor. Aquella Navidad 2.084-85, las naciones desfavorecidas saldrían adelante con aquella ayuda.
G. Orwell
Año- 24.3+2013= 2085”…
– Señor Orwell, es la hora de tomar las pastillas; sí, ya sé que usted está curado pero los demás no, traigo tres comprimidos, uno para cada uno de su grupo.
El enfermero se admiraba de que aquel perturbado con trastorno de personalidad múltiple, se controlara con tan poca medicación; según psiquiatría era gracias a que escribía constantemente en su cuarto. Solo había que respetar una manía: Que no hubiera espejos o cristales en ella, porque George temía verse reflejado con “los otros”.

MAR125. CADA UNO EN SU BURBUJA, de Nicoleta Ionescu

Tarde plácida en la taberna del rincón. En la radio, una voz sigue balbuceando: «…los gérmenes del 2084 ya están aquí, el Hermano Mayor se ha insinuado entre nosotros mucho más sutil y más pérfido… Ya no tiene bigotes, ni retratos en las paredes… 1984… Orwell… 2084…«
Dos amigos saborean sus cervezas.
– ¿2084? Muy simple. ¡Cada uno en su burbuja! ¿Tienes frío? ¡Calenta sólo tu burbuja! ¿Tienes hambre? ¡Come en tu burbuja! ¿Quieres correr en el parque? ¡Pon una película y corre como un hámster en tu burbuja! ¿Música? ¡En tu burbuja! ¿Los chicos te irritan? ¡A su burbuja!
– Y ¿la mujer? ¿Cómo vas a… visitarla?… de noche, por supuesto.
– La mujer, je,je… pues la mujer… Las burbujas tendrán un código de acceso. Un código de barras… pero el descodificador voy a guardarlo yo, je, je…
– Y cuando ella empieza a hablar… ¡Paf! ¡A su burbuja!
– Y cuando quiere venir la suegra… ¡Paf! Una defección y la burbuja se pone opaca por una semana! Je, je…
– ¡Salud!
– ¡Viva el 2084!
A través del cristal – traseuntes autistas, deambulando en las aceras: hombres, mujeres y niños. Cada uno en su burbuja.

http://cesariarey.wordpress.com/

INSPIRACIÓN "MINISTERIAL" EN 1984

El Ministerio de la Verdad —que en neolengua se le llamaba el Minver— era diferente, hasta un extremo asombroso, de cualquier otro objeto que se presentara a la vista. Era una enorme estructura piramidal de cemento armado blanco y reluciente, que se elevaba, terraza tras terraza, a unos trescientos metros de altura. Desde donde Winston se hallaba, podían leerse, adheridas sobre su blanca fachada en letras de elegante forma, las tres consignas del Partido:
LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA
Se decía que el Ministerio de la Verdad tenía tres mil habitaciones sobre el nivel del suelo y las correspondientes ramificaciones en el subsuelo. En Londres sólo había otros tres edificios del mismo aspecto y tamaño. Éstos aplastaban de tal manera la arquitectura de los alrededores que desde el techo de las Casas de la Victoria se podían distinguir, a la vez, los cuatro edificios. En ellos estaban instalados los cuatro Ministerios entre los cuales se dividía todo el sistema gubernamental.
El Ministerio de la Verdad, que se dedicaba a las noticias, a los espectáculos, la educación y las bellas artes. El Ministerio de la Paz, para los asuntos de guerra. El Ministerio del Amor, encargado de mantener la ley y el orden. Y el Ministerio de la Abundancia, al que correspondían los asuntos económicos.

GEORGE ORWELL. 1984

MEDIO MILLÓN DE GRACIAS

500.000
En las noches claras de verano, cuando el grillo hace sonar su canto y las luciérnagas son pequeños milagros de luz, cuando los pequeños habitantes del bosque despiertan para buscar su alimento, el río Escudo desciende rápido por el sendero que habitan seres mitológicos. Tiene prisa por llegar a la charca de los cuentos.
Plaf. Saltan: uno, otro, y otro más con un alboroto de ondas concéntricas. Las estrellas, curiosas se asoman a mirarles. Comenzaron tímidamente; las primeras propagaron la noticia con guiños luminosos: “cuentos, cuentos…”decían, y atrajeron a otras muchas. Poco a poco fueron cubriendo el cielo.
500.000 estrellas sumamos, y los cuentos orgullosos se exhiben para ellas. Nacen todos los días, pero no mueren nunca porque aquí caben todos. A lo sumo, se quedan olvidados en el fondo hasta que alguna estrella curiosa los rescata. Por ella se sienten nuevamente importantes.
PALOMA CASADO
Ganadora del  I Premio ENTC

MAR124. POTENCIALMENTE DAÑINO, de Fernando Sopeña Lopez

Ocurrió allá por el año 2084, entre la población se propago un virus desconocido y muy contagioso cuyos síntomas alarmaron a las autoridades, que esta vez si, actuaron con diligencia declarándolo muy peligroso y potencialmente dañino para la salud. Cuentan que a los pocos días de su introducción los presos aparecían muertos en las celdas sin ninguna causa aparente, como el ave que no resiste el cautiverio, de forma que en apenas unos meses cerró la última penitenciaria del país.
Sin embargo, entre la población, después del desconcierto inicial, sobrevino una etapa de felicidad, creatividad y ganas de vivir como no se recordaban antes. Nadie sabe como llego, los expertos no se pusieron de acuerdo, que si una transmutación genética, un castigo divino… Lo que si consiguieron fue dar con la vacuna, y aunque la gente, no solo los niños, lloraba y pataleaba en los hospitales a la hora de administrársela, la epidemia desapareció. Al virus dudaron en llamarlo Libertad, como la estatua aquella que un día alguien se dio cuenta que ya no estaba.

MAR123. EL INFIERNO, de Rafa Heredero García

Tengo frente a mí a un hombre desesperado. Ha huido de la prisión donde estaba siendo torturado y en la que iba a pasar el resto de sus días, y sabe que soy su último recurso si quiere escapar con vida. Lo he guiado hasta mí porque está dispuesto a venderme su alma por unas pocas monedas, y ahora estamos en la trastienda de un usurero que actúa de testigo y cuya presencia sirve para crear el escenario del pacto que todos esperan de mí. Del fondo de mi capa negra extraigo una pluma y un arrugado pergamino donde están escritas con tinta roja las cláusulas de la transacción. El hombre, con un puñal, se hace un corte en su muñeca izquierda, lo utiliza como tintero para poder estampar su firma en el contrato, coge su oro con mano temblorosa y se marcha precipitadamente.
Poco importa que escape y cruce la frontera. Descubrirá que el oro nunca es suficiente, se lamentará de cómo lo ha engañado el Diablo… ¡pero qué crédulos son los hombres!, y tendrá que sobrevivir, hasta que exhale su último aliento, con el infierno que me gusta crear a mis prisioneros. Sonrío mientras me quito el disfraz.

MAR122. !! 2084!!!, de Teresita Bovio

No puedo creer que mi mente confusa, no pueda hallar nada que decir sobre el número 2084, salvo claro está que esa es la cantidad de hojas A4 que llevo gastadas intentando escribir algo coherente. Busco en el tío Google a ver si me da alguna pista, no hay nada, pero hallé algo interesante, me voy a inscribir en un fantástico curso a distancia de “Parasicología”. Si logro descifrar Las runas, o el tarot o alguna manera de ganar dinero extra sin pensar mucho, ese será mi próximo trabajo y ya les estaré enviando mis predicciones. Éxitos en vuestras narraciones y ya nos comunicaremos.

MAR121. ALIENTO, de Sergio Sanmartín (Samuel Osda)

Randy era el más viejo de todos; tenía escamas rojas por el cuerpo y las encías negras. A los dos nos gustaba asustar a las niñas, pero a Brenda la dejábamos que nos acompañara cuando íbamos al vertedero. Cada vez que encontrábamos un cachivache, Randy nos contaba historias de otros tiempos y yo soñaba con las luces multicolores de la ciudad, al otro lado del río. Uno de esos días empezó a llover y nos ocultamos entre la chatarra antes de que la lluvia nos dibujara de rojo la piel. Allí encontramos una cabeza de mujer fabricada con metal; la cara le colgaba a jirones y tenía cables saliendo por las cuencas de sus ojos. Randy la acunó entre sus brazos: —Una vez tuve una igual —dijo—. Cuando llegaba a casa del trabajo me recibía con un beso y me servía la cena. Luego veíamos la tele acurrucados en el sofá.
Alargué la mano para tocarla pero la retiré en cuanto noté su tacto. Brenda temblaba de frío en una esquina; me senté junto a ella y la rodeé con los brazos. Me quedé dormido sintiendo su aliento cálido sobre mi cuello.

MAR120. ABUELO VIRUELAS, de Oscar Rodríguez

Me he preparado concienzudamente. Las que se celebraron en el noventa y dos me sorprendieron demasiado inmaduro y a las que se organizaron en años posteriores no acudí, bien por mi dificultad para los idiomas, el miedo a volar o la aparición paulatina en parte de mi cuerpo de una incipiente y oronda barriga. Por ello, anima sobremanera que te digan aquello de que estas hecho un chaval o que por ti no pasan los años. Piropos que hacen que, a uno, poco acostumbrado a recibirlos, se le ruboricen las mejillas. La hermana Angustias se encarga de la planificación diaria y junto a Luisa, la cocinera, de mi alimentación. Serafín, el portero, hace las veces de utillero, proporcionándome todos los elementos necesarios para mi preparación. Los demás compañeros observan sentados al sol del mediodía. Siempre se halla alguna voz que se alza disconforme y quien me toma por un viejo chiflado. Son recios a creer lo que se comenta por los pasillos de la residencia; llegado el año 2084 se celebraran, de nuevo, los juegos olímpicos en España y por supuesto, pienso participar. Lo que no me queda claro es donde esconderé la maldita silla de ruedas.

MAR119. UN DÍA DE TANTOS, de Antonio Toribios

Salgo de casa temprano; un técnico repara la cámara de vigilancia del portal. Me paro en el primer semáforo y mi cara somnolienta inicia un viaje que termina en no sé qué central de datos. Llego al trabajo, paso el arco, introduzco mis huellas dactilares, abro mi ordenador e inicio la videoconferencia de los lunes. Salgo a comer y dejo mi impronta en la cámara del cajero que me pilla de camino. Por la tarde chateo con los amigos y enseño a mi madre por Skype la blusa que me he comprado en las rebajas. Luego voy con Luis al centro comercial, donde decenas de cámaras nos observan curiosas al pasar. Entramos al cine y vemos una peli de un vigilante loco que espía las intimidades de todo un rascacielos. Ya en casa, tras la cena, encendemos la tele y aparece uno de esos programas donde la gente mete al periodista en casa y muestra con desparpajo sus miserias cotidianas. “No aguanto más” –le grito a Luis, fuera de mí. Y él coge el móvil y se pone a grabarme en plena crisis, para que el psicólogo, al otro lado, determine la gravedad del episodio.

UN MIÉRCOLES DE …CHAMPIONS

Pues es miércoles… y aunque el único candidato para mañana en REC que conocemos no es asiduo de este blog, sí tenemos una lista larga de felicitaciones que celebrar¡¡¡
En el Wonderland de Radio 4 de RNE el ganador semanal es
JUANCHO PLAZA
podéis escuchar su relato en este ENLACE.
Y se han publicado los finalistas de febrero en La MICROBIBLIOTECA, y allí podéis encontrar relatos de 
ELENA CASERO Y PURIFICACIÓN MENAYA
AQUI podéis leerlos…
¡¡FELICIDADES A TODOS, A TODAS!!

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