Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

MAR118. BAJO TECHO, de Jesus Fernandez

Sábado de madrugada, paseando, solo con dirección a ningún sitio, le siguen brillantes como nunca esas estrellas que mira mientras cruza el parque.
En un banco junto a dos amigos y con los litros ya vacios, fumando rubio, cruza su mirada con uno de los tres chavales, de inmediato, su corazón empieza a latir velozmente, el miedo se apodera de él, vuelve a mirar al cielo y siguen brillando como aquella noche hace veinte años. Quiere correr, pero no puede, su corazón no se lo permite, pero sale del parque y se para, junto a un escaparate, se mira al reflejo y a pesar del alcohol, su mente vuelve 20 años atrás. El mismo cielo, las 2084 estrellas que arropaban el parque aquel día se lo querian decir, SI, no la volvió a ver, sábado, en el parque, bajo techo las estrellas, fueron testigos de lo que esa noche le mostraban, SU HIJO.

MAR117. EL SERVICIO, de Luisa M. Pérez

Caminaba nervioso. Le costaba asumir que su primera vez fuera así, un servicio. Apretaba los dientes mientras miraba de un lado a otro, como si los demás pudieran percibirlo.
Apartados quedaban los sentimientos, la emoción de la primera vez, esa excitación incontrolable, ese pálpito que con el tiempo se calma.
Le ardían las mejillas, las manos le sudaban. “Eres un pringao, Julián, nunca mojarás».
Sus pies le llevan de manera inconsciente hasta el hotel. Al llegar a la habitación 20 84 duda por un instante. La moqueta del pasillo, los jadeos en la habitación contigua… No es como él hubiera deseado, pero esa maldita frase…
Al entrar la encuentra sentada en la cama. Percibe el pánico en sus ojos, el gesto forzado. Oh, eso no es lo que quería, no… Se sienta en un borde, callado, inmóvil por el miedo a la situación. Pasan los minutos, quién sabe cuantos.
Ella se tumba de lado. El miedo va disipándose y se convierte poco a poco en empatía hacia esa persona que seguramente tiene una vida casi normal, excepto una espina que duele y que la ha llevado a entregarse al juego ajeno.
Acoplándose a ella, cierra los ojos.

LAS PENAS, CON PREMIOS, SON MENOS…

No hay nada mejor para el ánimo tener una despenadora que te quite las pesadumbres… 
pero si además La despenadora, es el título de un relato con el que acabas de ganar 
el I Certamen Microrrelatos Feria del Libro de Trujillo…. 
pues eso sí que es una alegría¡¡¡¡
Enhorabuena a 

Montaña Campón
cuyo último trabajo por ENTC 
fue una EVOLUCIÓN muy a lo Monterrosso.

CITA, de Ángeles Sánchez Gandarillas

El día 16 era la cita y llegamos al lugar establecido. Nos presentamos con la esencia mejor, un beso que sonreía. Nuestro aspecto nada desdecía del resto del mundo, nadie llevaba un lápiz prendido de la oreja, ni en lugar de la voz nos salían hojas escritas de la boca. Una vez reunidos al sol del día, por el que Jams había hecho trato con el hacedor a cambio de un bote de mermelada, pasamos a un amplio comedor abierto en grandes ventanales a esa claridad y calor.

Por cierto, había más personas que llegaron de lejanas provincias que los aquí residentes.

Nos sentamos dicharacheros los 24 comensales, con la pretensión de estar cerca unos de otros, cosa difícil, aunque la buena energía no sabía de distancias. Buena comida y grandes raciones en un lugar tranquilo, de vez en cuando el tren pasaba cerquita y nos acunaba con ese sonido romántico. Aunque la realidad estaba en otra dimensión pues recibimos el libro que olía a primer día de colegio, “Esta noche te sueño”, en su 2ª edición de relato corto para Mesilla de Noche.

El diseño interior y maquetación es de Juan Antonio Morán, con detalles relativos al cosmos, quizá representen las letras que facilitaban ese viaje imaginario y con nombres de estrellas cercanas, el de los autores premiados.

La portada de esta publicación, una composición de la barquereña María Peñil Cobo, presenta una imagen paradisíaca; un paisaje costero de fondo, y en primer término, una sirena terrestre que posa su desnudez en una dulce posición sobre una cama de forja, y que somnolienta, sostiene una planta de tres ramas: Mar, Descanso e Imaginación, sobre un fondo azul. La estética se alarga para recoger página a página, cada uno de los 47 relatos que consiguieron alzarse con ese galardón de la publicación; la famosísima mermelada fue el “Premio más Dulce”, dos autores elegidos por los participantes-amigos de este concurso y blog, “Esta noche te cuento”. Los relatos ganadores están identificados por una tonalidad azul en su páginas respectivas, “la prueba del arquero de Ana Fúster”, y “Palabra de honor de Mónica Sempere”.

Publicaron: “Molino de Bonaco” y “Sendero del Agua”.

Hablar de esta aventura nos lleva a enero de 2012, donde se gestó el primer concurso con el tema “Bosque”, pues rodea a ambos alojamientos de San Vicente del monte y El Barcenal. La participación fue elevada, 455 autores y 710 relatos. Cambiaron las bases con un tema concreto mensual y un solo relato por autor. Eso no menguó la participación y al paso de los meses, se ha convertido en una amistad alargada de la que escribe desde una veintena de países. Todos los relatos son comentados y en 9 meses se han contabilizado 35.000 comentarios, 2.400 relatos, y 450.000 visitas. Los diseños los aportan diferentes autores que en este año 2013, se alterna en cada mes y tema.

Los 9 jurados de esta 2ª edición, son los ganadores mensuales, para que finalmente, un último jurado de personajes relevantes en el mundo de la cultura, sean quienes decidan: Víctor Andresco, crítico literario y director del instituto Cervantes en Atenas. Arancha Azurmendi, filóloga y responsable de Diapasong, empresa colaboradora. Marta Calderón, propietaria de la librería “Sancho panza”, donde se presentó este ejemplar de lectura. Marcos Díez, escritor, guionista y director de la “Fundación Santander Creativa”. Javier González, escritor y lector editorial. Javier Sagarna, escritor y director de la “Escuela de Escritores” de Madrid. Rosa Sáez, representando a “El Molino de Bonaco” y Juan Antonio Morán, representando a “Sendero del Agua”.

La presentación se llevó a cabo en la librería “Sancho Panza” de Cabezón de la Sal, que tiene una especial decoración y nombre. Nos recibió Marta.

Llevar a unos escritores a este lugar donde hay olor a letras de imprenta, a libros y conocimiento, es como enjaular a un minino y rodearle de ratones. Se veían “espritar” de ojos, dedos inquietos entre páginas secretas, o la sensación de ser un científico ante el hallazgo de libros insólitos buscados hasta extenuar; se hizo un silencio de biblioteca tan solo perturbado por unos sones de jazz, la preparación para las entregas y la colocación de los premios, videos y tentempiés.

Llegamos a reunirnos en un conclave de 33 personas, sin periodistas, quizá temían a los escritores –sonrío-, del primer libro de microrelatos que se presenta en un entorno alejado de la urbe y de lugares afines a este tipo de actos. Y fue un triunfo.

Después de las presentaciones, se pasó a la entrega del “Premio más Dulce”; se leyó un relato ganador, explicando porqué se elegía, y otro propio, hubo, incluso, una escenificación teatral, y se leyó por sorpresa un texto de Jams; finalmente, Juan Antonio Morán dio paso a los videos de los dos premios principales, que fueron creados, leídos y musicados por Diapasong, y la composición e ilustraciones de Jams y del esposo de Mónica Sempere.

Enhorabuena a todos.

AÑO 2.084.
Todo sigue igual. Nada ha cambiado en el Sendero que llevaba al Molino; allí esperaba Sancho Panza para acompañar a todos los Don Quijote que seguían buscando a su Dulcinea entre las palabras perdidas de los antiguos libros. Todo estaba escrito, pero la amistad pervivía a pesar de los 407 años en que escribió Miguel de Cervantes aquel libro de caballería que les había cautivado.

“Disculpad, me he pasado 686 palabras”.

16-III-2013

MAR116. LA PORTERA, de Marcel Gris

Cruzando la puerta giratoria, temblé como un terremoto, cuyo epicentro era ella. Ya no podía escapar. Sólo podía oír su informe de incidencias un día más.
– ¡Buenas, señor Presidente! ¿Un día duro, verdad? Sólo hay que verle. Peor lo ha tenido el del segundo. No sé si lo sabía pero su mujer lo ha dejado por el del cuarto. ¿Sabe que ha llegado la sobrina del Jaime, el que trabaja en el centro de ocupación gracias al enchufe de su suegro? Se llama Julia y los del ático no paran de subir y bajar escaleras sólo para verla. El carpintero del tercero ahora friega la casa del noveno. Lo hacía su madre pero se ha quedado sin trabajo y no quiere recaer en la bebida como ya le ocurría cuando vivía con su ex. Los del bajo siguen sin pagar. Se lo digo porqué se encontrará un fax citándole para el juicio. Por cierto, el tal Labrador, es sobrino del alcalde al que juzgan por corrupción, por el caso Winston. Ese hombre no es trigo limpio.¡ Ah, por cierto, le ha llamado su amante! Ha dejado un mensaje en el contestador. Llámela. Creo que está embarazada.

MAR114. MUERTOS DE ABURRIMIENTO, de Carmen Llombart Velázquez

Aquella noche, el Jenaro bajó de la sierra voceando que la luna se había puesto roja y que sonaban como trompetas. Las calles se llenaron de chiquillos y de comadres cotillas y el pater gritaba: ¡El apocalipsis! ¡El apocalipsis! En bar del Tolo, los parroquianos bebían chatos apostando sobre el destino de cada uno, -aunque creo que allí todos querían ir al infierno para estar con la Encarnita-. Al principio nos asustamos; aparecieron muchas bestias extrañas y andábamos medio mareaos con tanto meneo de luces… Pero luego, todo nos pareció muy original y entretenido y el alcalde dijo que eso iba dar mucha vida al pueblo y que atraería al turismo. Cuando llegaron los cuatro jinetes, salimos todos muy orgullosos a su encuentro, porque por aquí nunca se ha dignado a pasar nadie importante. Pero, cuando mejor estábamos, comenzaron a murmurar entre ellos, revisando papeles, y nos dijeron que se habían equivocado, que el fin del mundo no era aquí, que lamenten las molestias y se marcharon. Después nos enteramos que iban a la capital y el alcalde se enfadó mucho. Aunque a nosotros nos da igual, no nos habíamos divertido tanto desde que cayó aquella bomba en el 2084.

MAR113. PREMIO POST MÓRTEM, de Antonio Ortuño Casas

Soy un fanático de las películas y libros de ciencia ficción, es mi género favorito, si bien es cierto que en ello como en casi todo hay de todo. Normalmente soy muy selectivo con casi todo en mi vida y aunque al final suelo ser condescendiente con muchas cosas, en lo de esa ciencia soy bastante atascado. Quisiera un 2084 mucho antes de esa fecha, quisiera a Winston y Julia representar la lucha verdadera por la supervivencia, esa que está en cualquier esquema de nuestra vida, en contra de un modelo ya interfecto pero que a pesar de su fétido olor insoportable es defendido a muerte, qué redundancia, por fósiles de carne y hueso. Cuando en ese no tan lejano año encuentren los nuestros, sus descubridores se preguntarán si habría algunos que pertenecerían a gente como yo, que cavilaban por un mundo mejor. Los encontrarían como premio a mi fanatismo.

MAR112. ¿UNO MÁS?, de Eneritz Angulo

Aquella mañana la vista desde la ventana distaba bastante de la de otros días. Desde su quinto piso, con los niños de San Ildefonso como hit parade de la mañana, podía ver a casi todo el vecindario arremolinado en la calle, incluidos su mujer y su hijo. El les había dicho que bajaran con los demás.
Aún quedaba un premio por salir. Entre sus manos un sobre del que sacó el único papel que tenía importancia aquella mañana. Solo había comprado un boleto. En aquellos terribles años había aprendido que solo el dinero podía ayudarle. Nada más había funcionado. Y nada mas lo haría si nada cambiaba. El 2084 era el número en el que había depositado la poca esperanza que le quedaba. Y con el que esperaba reconstruir el presente arrebatado y recuperar los jirones de dignidad perdidos en cada intento por sobrevivir.
Los fuertes golpes en la puerta apenas dejaron escuchar el canto del último premio. Y el sonido seco de su cuerpo golpeando contra el asfalto, precedió a los gritos y las lágrimas. En la mano el boleto no premiado. En el alfeizar de la ventana su carta de desahucio. Y en las noticias uno más.

MAR111. SERES VIVOS, de Amparo Martínez Alonso

—¡No puedes hacerlo, Rosa, solo es un androide! —Marga se bambolea mientras riñe a su amiga. —¿Es que no recuerdas las famosas targidias?… Los amantes siempre terminaban muriendo.
—¡Tragedias! Se llamaban “Tra-ge-dias”. Pero no sé qué tienen que ver en todo esto.
Rosa sonríe al contestar. ¡Marga resulta tan graciosa cuando se enfada!
—Eres poco celebral, Rosa. ¡Paceres un robot! Las categorías son nesezarias. Sin estamentos no habría orden. ¡Por todos los soles, te comportas como un ente de nivel inferior! Tienes… ¿Cuántos júpiters tienes? Te micronizaron después que a mí. Serás uno o dos egos menor que yo, y sin embargo… ¡Paceres una terrícola desfasada!
Cuanto más nerviosa se pone Marga, más se traba al hablar. Siempre le sucede lo mismo: al ascender su temperatura corporal, desciende la cota de locución. Le funcionan como vasos comunicantes: deficiencia lingüística común en individuos con pigmentación nívea.
—¡No puedes unirte a un andriode, Rosa! ¡Son infiriores!
—Pero, Marga, nosotras tampoco somos…
—¡Somos Flores! Tan vivas como los HU-MA-NOS.
La sonrisa de Rosa desaparece. Esta vez, Margarita le da miedo. ¡Tanto como cualquier individuo del nivel superior!

MAR110. HABÍA LLEGADO EL DÍA, de Puri Otero Domarco

Era el día 31 de Enero del 2084 y sus problemas se habían terminado.En los últimos 30 años en la vida de Pastor los sucesos se habían convertido en su historia.Cada año que pasaba veía como las fuerzas le iban faltando, pero tenía que ser fuerte y alcanzar su meta.
Llegar al año 2084 le bríndaría el hecho de poner fin a su dolores de cabeza, a la incertibumbr del mañana.
En todo este tiempo había visto casar a su única hija y nacer a su único nieto, pero también viera morir a sus padres ya ancianos y vió tambien morir a su mejor amigo víctima de un accidente de carretera.Durante todos estos años se percató de que el estar al lado de su compañera y esposa era la mejor compañía para el viaje.
Ahora ya podía vivir tranquilo el resto de los años que le quedaran con traquilidad, ya que había terminado de pagar la hipoteca que durante los últimos 30 años habia atenazado su vida diaria.

MAR109. DUELO, de Mano Pérez Díaz

Mira impasible el ondulante movimiento de los visillos.
El débil sol de marzo quiere entrar por la ventana pero le resulta imposible. El duelo inunda la casa, la habitación, su alma. Desde el día en que el vuelo 2084 con destino Madrid desapareció en el Atlántico y no volvió a ver a su marido y a su hijo lo único que hace es mirar el cielo a través de la ventana de su dormitorio.
Sólo piensa en el avión, en estar junto a ellos, en otro mundo, en otro espacio, pero con ellos.

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