Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

FOBIAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en FOBIAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LAS FOBIAS. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE SEPTIEMBRE

Relatos

FEB67. CON OTROS OJOS, de Yolanda Nava

Decía que podía pintarme  sin alterar ni uno solo de mis rasgos. No me atrevía a retarle a que lo hiciera. Pero él siempre me adivinaba, tenía un sexto sentido que le permitía leer mis pensamientos. Un día vino en mi busca con un envoltorio de papel marrón bajo el cual se adivinaba un cuadro. Nunca olvidaré esa fecha: yo cumplía veinte años y ese fue su último regalo. Rasgué el tosco envoltorio con el corazón preso en la garganta. Ante mí apareció la imagen de una joven de mirada limpia y profunda, un seductor mohín dibujado en su boca delataba picardía e inteligencia. Me sorprendió reconocerme en la extraña belleza del retrato pese a no ajustarse a la realidad: su nariz no tenía el tamaño de la mía y, mi piel carecía de la luminosidad  que exhibía la suya. Mi abuelo, esperando mi reacción hacia su obra, golpeaba de forma intermitente el suelo con su bastón de invidente.

 http://microsyotrashistorias.blogspot.com.es/

EL PREMIO MÁS DULCE

Como en ENTC nos gusta haceros participar  y siguiendo una idea que nos habéis hecho llegar os proponemos un juego. El jurado de la final ha tomado su decisión y los participantes de ENTC tienen la suya… ¿Coincidirá? En la columna de la derecha tenéis un formulario para votar a los relatos que más os gusten de los 10 finalistas (nos hubiera gustado hacerlo de los 39 pero habría sido demasiado lío…) Mantendremos la votación hasta el Sabado 23F que anunciaremos los ganadores… y a los otros dos ganadores del público, los elegidos por vosotr@s. Para estos dos relatos, el premio extra será ese codiciado y dulce premio… !la mermelada de arándanos del sendero¡

FEB66. DESMEMORIADO, de Ricardo Ramón González Ramos

De madera de raíz con incrustaciones de roble y nácar.
Sin duda era más bonito el continente.
En el retrato se ve algo bello, pero en el espejo se percibe que dejo de serlo tiempo atrás.
Ya ni ese pelo, ni esa mirada, ni esa apostura, si algún día la tuve.
Recomiendo no pongáis el retrato frente al espejo, un día tras otro os arrepentiréis de vuestra mala vida.
Olvido la escena, suspirando.
Me voy a tomar un café ¿o una tila…?
…¡Mejor un carajillo!

FEB65. ENTRE LUCES Y SOMBRAS, de Nieves Martinez Menaya

 En su altivo paseo, el marchante observaba despacio matices en las telas. De uno a otro lado de la estancia, el eco de sus pasos presagiaba un murmullo de adioses que iría a despertar su más secreta herida. Con el descaro del que ignora el sueño del silencio, dos mil maravedíes sobre la mesa retumbaron como el grito del hambre. “Las jovencitas venden”, le oyó decir riendo a aquella boca desdentada, al tiempo que apretaba el cuadro contra el pecho. Tras el sigilo de aquel dolor inútil, una lágrima escondió su reflejo en la gema que brillaba poderosa en el lienzo. Le vino a la memoria el delicado gesto en la barbilla; aquella tenue luz devolviendo la humedad a sus labios; el brillo austero de su triste destino en la mirada. Había aprendido a quererla. Se habían amado envueltos en colores y olor a trementina; en el silencio de las horas mudas, entre luces y sombras tejidas con secretos de las tardes de Delft. Con la imagen del viejo fundida entre la niebla, se le iba para siempre “La joven de la perla”. Era sólo el comienzo de un viaje por la Historia

FEB64. UNA Y OTRA VEZ, de José Ángel Gozalo Molina

El inesperado grito fue tan desgarrador, que la cámara con la que estaba grabando el parto se le escurrió de las manos estrellándose contra el suelo. Se acercó entonces apresuradamente hasta la cama y tomó la mano de su mujer entre las suyas.
—Estoy aquí amor mío —le susurró con dulzura—. Ya falta poco.
Ella le miró con ojos vidrios y la frente perlada de sudor, y de pronto, su cara se contrajo en un rictus de dolor, mientras todo su cuerpo temblaba por el esfuerzo del último empujón.
El médico levantó un momento la vista de entre las piernas de su esposa, y el pudo leer en sus ojos que algo iba mal.
—Lo siento muchísimo —dijo envolviendo al niño con una sábana —. Su hijo ha nacido muerto, es mejor que no lo vean.
Cuando exigieron ver el bebé, los padres descubrieron que habían engendrado un horrible monstruo.
— ¡Es culpa mía, quería tanto darte un hijo!
—No es verdad—la consoló el abrazándola.

Algunos meses más tarde, organizando el altillo de su antigua casa Victoriana, la mujer descubrió un retrato cubierto de polvo. Fue lo último que vio antes de sentir el dolor lacerante en la garganta.

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RELATO FUERA DE CONCURSO PORQUE SU PARTICIPA ESTE MES COMO JURADO

FEB63. DE AMOR, de Magdalena Carrilo (Malén)

 Pensabas que eras demasiado mayor para volver a ilusionarte como un colegial y, sin embargo, aquí estás, deseando que regrese pronto, y te salude, y se interese por cómo has pasado el día, y te haga mil preguntas sin esperar respuestas, pues ella te irá contando, como un torbellino, todo lo que éste le ha deparado. Y tú la mirarás embobado, sonriente y orgulloso, sintiéndote cómplice una vez más de confidencias y secretos de los que, sin meditarlo demasido, te hace portador. Nunca hubieras imaginado que, a pesar de la diferencia de edad, podrías congeniar tanto con otra persona, que te haría reír y soñar. Ni que la vida pudiera volver a cobrar sentido cuando ya la espalda inicia una leve curva sobre sí misma, independientemente de tu voluntad y tus cabellos comienzan a clarear.
La mirarás orgulloso, como los más ancianos contemplan aquel árbol que sembraron hace ya mucho y que se levanta imbatible abriendo sus ramas hacia el cielo. Y ella te dirá ¡Abuelo! Y te estampará un sonoro beso, que te hará el hombre más feliz del universo.

FEB62. LA INCÓGNITA, de Carmen Martínez Marín

Todavía no he dicho dónde estoy…De momento no te lo voy a contar. Te dije que me iría. Tengo ilusión por hacer algo distinto. No, no estoy solo, ya me acompañan. Y los colores grises se volverán tornasol sin tener que pintarlos de otra pátina. Así están bien. Cuando de nuevo la diana de tu mirada se pare entre el arco y la flecha, estaré atento. Observa todo lo que ocurre. Los días irán pasando hasta llegar el certero, será en una la fecha inmediata. Está escrita con tinta roja detrás, en el marco.

FEB61. EL ESPEJO, de Ángeles Sánchez Gandarillas

Érase una vez que una mujer bellísima, aunque extremadamente vanidosa, se miró al espejo como hacía todas las mañanas. La imagen que le devolvió, parecía el retrato de una madrastra de mirada siniestra sacada de un cuento de hadas, además, aquel espejo se había ajado y ese reflejo partía su mejilla izquierda con una cicatriz espeluznante. Malhumorada, llamó a una de sus hijas.
– ¡Cenicienta, vete a comprar otro espejo de inmediato!

http://susurrosbarquerenos.blogspot.com.es/search/label/ANGELES%20SANCHEZ%20GANDARILLA

FEB60. DE FRENTE, de Kriselda Fernandez

Sobre la repisa de la chimenea he puesto tu retrato junto al mío. Quiero que al menos ellos permanezcan juntos, que cuando apague la luz se cuenten lo mucho que se extrañan, lo mucho que se aman. Quiero que ellos no vivan la ausencia, que se vean y sonrían con sus mejores galas. Quiero que en las noches de luna con rayos suaves y fríos se den calor con su compañía, que se seduzcan con tanta coquetería y que se cautiven con profundas miradas. Que en cada amanecer lo primero que vean sea sus rostros enamorados. Quiero que eternamente vivan en esa tarde en que fueron felices, en la que se detuvo el tiempo… Quiero que no vuelen las mariposas ,ni se marchiten las rosas, ni caigan las hojas, que no se ponga el sol… Quiero que sean y vivan todo lo que tú y yo no vivimos, que se digan todo los que nos faltó decirnos, que se inventen y lean poesía, que se disgusten también para que gocen del placer de reconciliarse… El tiempo a ellos no los envejece ,ni los enferma ,ni los mata ,ni los separa, si acaso, les pone luz que además les favorece.

FEB59. LA ABUELA, de Miriam García León

 “Una, dos, tres…” Así cada tarde contaba las pecas que adornaban su pálido rostro. Sus ojos del color del mar la miraban dulcemente, mientras al sonreír se dibujaban las arrugas en su frente. Tatareaba una nana a la misma vez que mecía la mecedora y así, con el vaivén acababan dormidas.
Ahora habían pasado veinte años de aquello y tan solo le quedaba el viejo retrato de la abuela guardado en el desván.

FEB58. ¡HASTA EL OTOÑO… MURIÓ!, de Francisco J. Sánchez Mira

Y dejaste ir al destino de la aurora…
próxima y lejana a la vez,
extraña y misteriosa…
zambulléndose en mi cuerpo,
envenenándome sin una sola herida…
ni siquiera un rasguño me dejó.

Tan profunda entró
que mis entrañas,
quedaron vacías y secas…
embebidas y secas en su sed.

Otoño de vanidades en suspiro fatal,
sed de invierno;
sobre la fuente de su primavera,
sedienta de las gotas del rocío,
al amanecer.

Fuiste tú; flor de mis entrañas…
latido joven de mí corazón;
quien en beso de cálido verano…
me distes tus besos y tu miel.

ya se secó mi arroyo…
desértico quedó mi páramo,
Solitario de piedras se llenó.

Miradas de besos llameantes,
se perdieron…
fruto de nuestra amada pasión.

Ahora solo queda el crudo invierno,
y el cálido retrato de quien me amo
ya no me queda nada…
¡hasta el otoño… murió!

FEB57. RETRATO DE FAMILIA ADICTA POR NECESIDAD AL RECICLADO, de Paloma Hidalgo Díez

Tiene visibles las cicatrices de nuestra amistad. Le falta media nariz, la perdió estrellándose contra el suelo en la primera salida que decidí llevarlo como copiloto en la bici. También tiene un chichón, una marca sobre su ceja izquierda, recuerdo de una experiencia fallida intentando demostrarle que podía volar, aunque no tuviera alas.
Sólo le queda un ojo, no confesaré como lo perdió porque aún hoy me da vergüenza. Y medio pie derecho, del otro medio se encargó mi perro. Ni un diente porque nunca los tuvo, ni un pelo porque se los fui arrancando mechón a mechón.
A partir de mañana, si no se adelanta, tengo siete meses para dejarle perfecto. Dice mi mujer que cuando nazca nuestro hijo, mi Pinocho tendrá que estar listo para convertirse además de en su mejor amigo, en el sucedáneo de hermano que nosotros, con nuestra deteriorada economía, no podremos darle.

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