Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
2
1
horas
1
2
minutos
2
3
Segundos
0
2
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

VOTACIONES FINALES

En la barra superior de este blog tenéis un formulario para enviarnos vuestra votación. Leed atentamente las instrucciones antes de enviarlo.
Los cuentos están publicados de nuevo más abajo y os será más fácil visitarlos usando el archivo del blog de la columna izquierda.
GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN

NOTA DEL JURADO

Nuestra primera intención es felicitar a los participantes por la impresionante muestra de creatividad e imaginación derrochada en esta primera edición. Este jurado sabe por experiencia propia que habrá participantes no seleccionados que pensaran, lo más lógico, que su relato es merecedor de haber sido seleccionado… porque seguramente lo es; pero este “malvado juego” del concurso nos exigía descartar y elegir, y  nos hemos dejado guiar por las sensaciones personales que nos han despertado; hemos querido elegir historias, narraciones originales de idea brillante, unas amables y preciosistas, otras llenas de ironía o de humor, una diversidad que cumpliera el objetivo de conseguir una edición en papel interesante y entretenida.
Hemos hecho todo el esfuerzo posible por tratar vuestro trabajo con respeto, y por eso, tomamos la primera decisión de que, fueran los que fueran, cada miembro del jurado leería todos los relatos que llegaran… y lo hemos cumplido. También hemos querido responder a vuestra generosidad con generosidad, y por ello, hemos seleccionado todos los relatos que alcanzaron puntuación de más de la mitad de los miembros del jurado (3 de 5); y esos han sido estos 36 (aunque, para que entendáis la diversidad de criterios, el jurado llegó a otorgar puntuación a 221 relatos)
Ahora os toca a vosotr@s, os presentamos los seleccionados en orden alfabético y con nueva codificación, y abrimos un FORMULARIO DE VOTACIÓN en la barra superior del blog para que podáis votar a los que consideréis que lo merecen.
Con otro jurado el resultado habría sido seguramente otro… pero los cuentos seleccionados para esta primera edición han resultado ser.
F01. ALQUILO PRECIOSA CASA RURAL, de Oso
F02. AMOR, de Láudano
F03. AMOR DE OTOÑO, de Arce
F04. CONTUBERNIO (LA ÚLTIMA DECISIÓN), de Nueces
F05. EL ÁRBOL PREDESTINADO, de Cazador Furtivo
F06. EL BOSQUE SOBRE LAS OLAS, de Ardilla Voladora
F07. EL HECHIZO, de Espino
F08. EL HOMBRE DEL SACO MOJADO, de Leño
F09. EL LOBO, de El Lobo Malo
F10. EL PASEO, de Hayedo
F11. EL PASEO DE ALBA, de Luciérnaga
F12. EL PODER DE UNA MARIPOSA, de Margarita
F13. EL REENCUENTRO, de Ruiseñor
F14. EL VIEJO CAMPANO, de Árgoma
F15. FUMAR MATA, de Coto de Caza
F16. INFORMACIÓN BÁSICA PARA HUÉSPEDES, de Duende Zahorí
F17. INOCENCIA, de Termita
F18. INSTRUCCIONES PARA VISIONAR TU MUERTE EN UN ESPEJO, de Helecho 3
F19. LA ANJANA, de Haya
F20. LA CESTUCA, de Musgo 8
F21. LA LLAVE, de Zarzal
F22. LAS OREJAS MÁS GRANDES DEL MUNDO, de Moral
F23. LAS SÁBANAS DE HILO, de Castaño 2
F24. LOS OTROS SENDEROS, de Acentor
F25. LOS PELIGROS DEL BOSQUE, de Lagestroemia
F26. LUNA LLENA, de Olivo
F27. MADRE NUESTRA, de Oruguita
F28. PACIENCIA, de Cedro
F29. PERDIDO, de Sendero
F30. QUÉ FUE DE…, de Brezo
F31. REENCARNACIÓN, de Búho 2
F32. SIN MIEDO, de Perenquén
F33. TIEMPOS OSCUROS, de Musgo 7
F34. TIERNOS RECUERDOS DEL BOSQUE, de Musgaño
F35. UNA CASA EN EL BOSQUE, de Tejón
F36. UNA TARDE DE TORMENTA, de Trueno
Felicidades a los seleccionados y gracias a tod@s
Saray Malo, secretaria del Jurado

F01. ALQUILO PRECIOSA CASA RURAL, de Oso

He heredado la casona familiar de la Colina Roja. Es lo que llaman en la región una «Casa del Bosque», es decir, que no se sabe dónde empieza la casa y dónde acaba el bosque. Y viceversa. La vivienda me trae maravillosos recuerdos de infancia, pero curiosamente ahora no me parece tan divertida. Paso los fines de semana allí y sobrellevo como puedo sus caprichos de indómito hogar de floresta. Las mesas tienen raíces, las sillas echan brotes verdes en Primavera, las ranas instalan sus nenúfares en el fregadero, las setas crecen en los pucheros, las ardillas saltan por las lámparas, el viento se esconde en los armarios, el oso hiberna en la bañera, la cascada baja por la chimenea y las arañas tejen calcetines de plata en cajones y alacenas. Incluso una vez descubrí un nido de petirrojos en mi maletín de la oficina. He pensado en transformarla  en alojamiento rural para turistas. Mi paciencia ha llegado a su límite. Ni siquiera una sola de mis novias ocasionales ha querido quedarse nunca a dormir. No soportaban hacer el amor mientras un tropel de ninfas de agua nos observaban, curiosas, sentadas en el cabecero de la cama.

F02. AMOR, de Láudano

 A mi pareja actual y a mí nos encantan las casas rurales con muchas actividades: senderismo, bosques, ríos, playas cercanas y picadero. Y los niños con su madre.
Nosotros no salimos de la casa en todo el fin de semana y aprovechamos la ausencia de los otros para disfrutar de ella.
Llevamos un bolso con la comida y bebida y si hay microondas y neverita todo resuelto.
Tenemos una maleta con juguetes eróticos, adminículos y complementos para nuestras fiestas. El otro fin de semana en Ezcaray, una señora volvió antes de tiempo por unas pérdidas y nos pilló en el salón, yo en pelota picada con un gorro de navidad, enhiesto como un unicornio y persiguiendo a mi chica, desnuda también, que blandía un vibrador de negro Mandinga.
La señora se quedó en la puerta y la pérdida ya fue total; y nosotros, al grito de somos elfos y a saltitos, la sorteamos a ella y al charquito y nos subimos a nuestra habitación.
En una casa de  Doñamaría donde enseñan a amasar pan, lo hicimos en la mesa, como en el cartero siempre llama dos veces; nos pillaron por las huellas harinosas del pasillo.
Somos adictos al turismo rural.

F03. AMOR DE OTOÑO, de Arce

Daría mi corazón un vuelco, si a ti unirme pudiera.  Tu movimiento me encandila. Tus aguas son en mis ojos lo que en mi cuerpo sentir no puedo. Sólo espero el momento en que de quien dependo decida el fin de una vida, de la que juntarme a la tuya quiero. Sólo espero la caída sobre ti.

La hoja.

F04. CONTUBERNIO (LA ÚLTIMA DECISIÓN), de Nueces

El sanedrín del bosque ha decidido que el oso tiene que abandonar estas tierras porque, desde que llegó, arrasa con cualquier cosecha que se encuentra en su camino: la de nueces, la de avellanas, la de miel y también la de frambuesas y arándanos. Los lobos, desde que él llegara, ya no molestan a las crías del resto de los habitantes del bosque, y todos pueden campar ahora a sus anchas, sin miedo… aunque con hambre.

El más sabio de todos, el búho, asegura que el hombre es el único ser al que el oso teme. Se decide así, por unanimidad, que se llamará al hombre para que expulse al oso, pero nadie ha olvidado todavía que también fue idea del búho llamar al oso para expulsar a los lobos.

F05. EL ÁRBOL PREDESTINADO, de Cazador Furtivo

Al cumplir sus quince años, según el ritual de su pueblo situado en el corazón del bosque, María tuvo que hallar su árbol predestinado. El árbol era el que elegía al niño llamándolo por su nombre, para desvelarle el futuro: tú vas a ser carpintero, tú pescador, tú tejedora… y del tronco del árbol tallaban barcos, muebles, telares y objetos que traían suerte al niño elegido.

       María recorrió todos los senderos del bosque, sin oír palabra alguna, hasta la puesta del sol. Entonces, divisó un abeto aflautado que brillaba en una mágica nube de luz. Una voz irreal, suave y fascinante llamó su nombre: María…  Se acerco encantada y lo abrazó. Se quedó así toda la noche, escuchando sus dulces y melancólicas palabras.
-¿Qué te dijo el árbol?- preguntó su madre- ¿Vas a ser tejedora, cocinera? ¿monja? ¿o te vas a casar con un Príncipe?
La niña negó con dulzura.
      -Me dijo que me amaba tanto, que nunca nos íbamos a separar…
       En la siguiente primavera, María murió súbitamente, y del aflautado tronco tallaron el pequeño ataúd en que la niña y el abeto siguieron durmiendo abrazados, inseparables, por la eternidad…

F06. EL BOSQUE SOBRE LAS OLAS, de Ardilla Voladora

Una vez, el rey de Suecia mandó construir una armada para dominar el Báltico. Cien escuadrones partieron a talar los bosques cercanos a Estocolmo. Las hachas asolaron la región. Como guerreros exangües caían los árboles, uno tras otro, profiriendo alaridos milenarios.

– ¡Nos vengaremos!– gritaban al desplomarse.
Allí mismo los serruchos desgajaban los troncos. Inmensos tablones viajaban hasta los astilleros en carretas de bueyes.
Al retirarse los hielos, zarparon a la guerra. A la semana el vigía observó unas yemas que despuntaban del mástil, unos brotes en la proa. Poco después empezó a menguar el ritmo, los navíos no avanzaban. En vano exhortaba el contramaestre a sus remeros que bogasen más rápido. Estaban en alta mar, encallados sin remedio.
Días después las naves se llenaron de ramas. Al poco los barcos se elevaron y quedaron suspendidos en el aire, cada vez más alto. La madera crujía bajo los pies. Las quillas estallaron en pedazos. Perforando lo que se interpusiera en su camino, se abrían paso los troncos. Finalmente, libres de sus carcasas, los renacidos árboles se agitaron, arrojando a los soldados al vacío, y despegaron sus raíces partiendo de vuelta a casa, dando grandes zancadas sobre las olas.

F07. EL HECHIZO, de Espino

Me he despertado sobresaltado por los sonidos nocturnos del bosque que se cuelan por la ventana. Lo único que deseo en este extraño momento de lucidez es poder acordarme de mi nombre todos los días y saber quién es la mujer que amo. También quisiera poder reconocer a mis hijos y poder acordarme de cuando eran pequeños y jugaba con ellos. Algunas mañanas al mirarme en el espejo, éste me devuelve el reflejo de un rostro desconocido. Tengo la certeza de que dentro de poco todos mis recuerdos, todas mis ilusiones y la persona que un día fui se perderán entre la niebla del olvido. Tú, tan hermosa como siempre duermes placidamente a mi lado. Me gustaría despertarte para contarte que estoy de nuevo contigo y susurrarte al oído que te quiero, pero me da miedo que este hechizo dure un momento y provocarte aun más dolor. Esta noche no quiero dormir, solo quiero recordar, pues vivo sumido en un continuo sueño.

¡ Maldita enfermedad del olvido ! -grito para mis adentros, y hasta el mismo bosque parece quedar en silencio por un momento.

F08. EL HOMBRE DEL SACO MOJADO, de Leño

Llovía hasta debajo del agua. Había dejado el cenicero en la balaustrada de madera y la humedad se había zampado la ceniza. Salí al bosque a por leña con una bolsa de basura por la cabeza. Parecía el hombre del saco mojado. Los conejos se escondían entre la leña. Me miraban asustados mientras seleccionaba los mejores troncos del montón. Imaginé invitarlos a tomar café y a calentarse junto a la chimenea. El pensamiento se desvaneció al caerme uno de los troncos sobre el pie. Trate de cubrir la leña con el mismo plástico que cubría mi cabeza. Fue imposible. Tuve que escurrir la leña antes de meterla en la chimenea.
Me puse ropa seca y pasé la tarde agarrado a una taza de chocolate caliente. En la radio, Frank Sinatra cantaba White Christmas. Yo silbaba la melodía mientras esperaba a los huéspedes para ese fin de semana. Todo preparado.
Llegaron en torno a las cinco de la tarde, cargados como burras. Les expliqué todo muy rápido y me marché.
De camino al coche eché una mirada por la ventana de la casa y de sus sonrisas pude intuir que deseaban que llegara este fin de semana desde hacía mucho tiempo.

F09. EL LOBO, de El Lobo Malo

-Mamá, papá dice que en el bosque hay un lobo muy malo que se come a las niñas desobedientes que entran en él, pero yo sé que es mentira.

— ¿Por qué, cariño?
—Porque Laura va muchas noches con chicos al bosque y nadie se la ha comido.

F10. EL PASEO, de Hayedo

¿Recuerdas cuando recorríamos juntos estos bosques de encina y pino? ¿Esta rivera lindada por olmos y chopos tan antiguos como los ancestrales secretos que los alisios susurran a las velas de los barcos en el puerto? ¿Lo recuerdas? ¿No? Ni siquiera a las ardillas escalando por columnas de madera, ni a las aves, cuyo cántico nos embriagaba como una insondable sinfonía de lo etéreo. ¿No? Quizá es que no estuviste y soy yo quien no recuerda, sino que imagina.

Nuestras publicaciones