80. Papá, hoy te dejo a la peque
Ufff, acabo de cerrar la puerta tras de mí; el unicornio con ruedas me mira como exculpándose, el robot, de espaldas, no quiere saber nada junto a un montón de lápices de colores, en la caja grande apenas hay siete u ocho piezas de los puzles, mientras que el resto andan esparcidas como en grupos, las pelotas descansan por el sofá y la cocina, el libro electrónico hace de mesa para los artilugios de peluquera y los de médica, los peluches suben por la escalera y, a los pies de su trona, los muñequitos y piezas de plástico del castillo parecen querer repartirse las migas de pan y gusanitos…
Recogeré todo mañana, ahora me voy a la cama con sus risas y su mirada cómplice y azul; «adiós, abuelo», «hasta mañana, mi vida».