45. PASIÓN VERDUSCA (Petra Acero)
Cada noche cubro mi deseo con este camisón verde esperanza. Subo la persiana. Descorro las cortinas verdegay (más relajante que el verde esmeralda, ¡dónde va a parar!). Abro la ventana, de par en par. Enciendo la nueva lámpara de nuestro dormitorio —un enramado de siluetas difuminadas y verdosas se proyectan a mi alrededor—. Y, así, teñida de verdín luminoso, permanezco en vela esperando su regreso.
Todo empezó al descubrir su primera cana verde. “Seguro que nadie tiene otra igual”, comentó divertido. Esa noche hicimos el amor hasta que clareó el alba. Cuando las canas poblaron su cabeza se quejó con gritos de niño enrabietado. A cada impulso, su boca —lapa experimentada, enorme, vigorosa— escupía torrentes de placer. Noche tras noche, el éxtasis no dio tregua a nuestros cuerpos. Hasta el día en que todo su pelo —cabello, cejas, barba, axilas…—, sus ojos, sus orejas, sus uñas, sus dientes, su lengua… fueron verdes. Entonces, como animal enjaulado, arañó el parquet, rasgó las cortinas, mordió los cantos de muebles y paredes, y, suplicante, me lamió. Tras besar su verdor, subí la persiana, descorrí las cortinas y abrí la ventana. El parque de enfrente verdeaba acogedor.
Al enfadica del Grinch, y al forzudo de La Masa, les ha salido un serio competidor en esta especie de Casanova verde. Muy original tu relato, me ha gustado leerte Amparo.
Mucha suerte y un beso.
Muchas graciasss, Paloma.
Verde de emoción estoy!!! 🙂
Pues sí, a esta mezcla de iguana o sapo o loro o serpiente parece que se le dan muy bien las artes amatorias.
En serio, muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo grande, Paloma.
Un amante capaz de generar esa pasión contradice todas las teorías que dicen que el verde relaja. Con tu personaje, excitante y contagioso, se produce todo lo contrario. Algo que, lejos de aplacarse, se incrementa sin cesar. En su caso, la rutina es un concepto inexistente, como inimaginable la supuesta serenidad que dan los años.
Un relato que deja en pañales a «El último tango en Paris», «El imperio de los sentidos» o las dichosas sombras de Grey.
La forma en la que terminará esta original historia queda a la imaginación de cada cual.
Un abrazo, Amparo. Suerte
Muchas gracias por tu comentario, Ángel. Como siempre, agradecida y contenta de leer tu análisis. Tus palabras generosas y certeras ayudan a desmigar cualquier duda sobre los personajes, la trama, el desenlace. Siempre agradecida de que te pasees y opines. Cuando no lo hagas, te echaremos de menos. Nos has acostumbrado a ti.
Un abrazoooo
Uy uy uy… Qué relato más verde…
Me ha convencido este episodio que mezcla a partes iguales erotismo, sexo y fantasía. Creo que has descrito a la perfección la correlación entre el incremeto del enverdecimiento de la bestia y su potencia sexual. Y el final, abierto, como la ventana que da al parque.
Enhorabuena Amparo, suerte y abrazo.
Muchas gracias Álvaro. Me alegra que hayas apreciado ese increscendo de pasión y erotismo que acompaña a la transformación verdosa del personaje.
Elemento clave del relato.
Un abrazo para ti.
Tu relato rezuma verde por los cuatro costados.Me ha parecido muy original la forma de tratar la pasión y el erotismo en verde y ese verde final del parque. Mucha suerte Amparo y un abrazo apretao.
Muchas gracias, Esperanza.
Dicen que no hay mamíferos verdes… Y si empezará a haberlos. Podían ser tal vez así: apasionados amantes nocturnos.
Un abrazooo grande.
Aaaay, cómo describes de bien, Amparo. Eres una genia de la narración. Me quito el sombrero verde de envidia. Besos y gracias por compartirlo.
Jajajaja.
Mira quién fue a hablar de quitarse el sombrero. Siempre yo ante ti, Belén.
Un abrazo grande.
Pues se diría que el príncipe volvió a ser rana y está dispuesto a volver a su medio.
Tu micro, Petra, entre la ciencia ficción y el cómic, es original.
Feliz día y buena suerte.
Eso es, Mercedes. Un animalismo verdoso total.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo para ti.
Verde que te quiero verde, verde como la esperanza que tu micro rezuma una verdad. Que los verdes somos sexualmente importantes, ya que todas me dicen que soy un viejo verde. Pero disfruto tus letras como siempre dilecta amiga.
Un abrazo y mucha suerte.