31. ¿Políticamente correctos? (A. Barceló)
“Siéntate pacientemente junto al río y verás pasar el cadáver de tu enemigo flotando” (Proverbio Chino)
Hacía tiempo que había desterrado el odio de su catálogo de sentimientos. «El odio es una carcoma para el alma, es mugre que se oculta en los rincones de las entrañas y óxido que enrobina el corazón», solía predicar. Por eso, él ya no deseaba, como al principio, que el karma jugase con el destino de su antiguo colega igual que un gato juega con un ratón antes de merendárselo, por eso, al enterarse de que la fiscalía anticorrupción le imputaba a aquel sinvergüenza varios delitos, únicamente se manifestó a favor de la presunción de inocencia y absolutamente confiado en la ecuanimidad y la imparcialidad de la justicia. Al menos, esas fueron sus declaraciones.
About Post Author
Lo que se dice, frente a lo que se piensa y siente, no siempre concuerda. Es de agradecer que se guarden las formas, pero un poco de sinceridad también resulta necesario, para no caer en la hipocresía. En ese difícil equilibrio hemos de manejarnos, más aún las personas con alguna proyección pública. En el caso de tu protagonista, por mucho que la disfrace de educación y saber estar, su alegría por el mal ajeno es patente.
Un relato lleno de psicología y sobrentendidos.
Un abrazo grande y suerte, apreciado tocayo.
Hola, Ángel.
Acerca de lo que comentas, hay una frase de Gandhi que a mí me gusta mucho y que dice así: «La felicidad aparece cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces está en armonía». Creo que en el caso de lo que cuenta este relato no sucede así. El predicamento del protagonista es bueno: el odio no hace bien a nadie, especialmente a la persona que lo profesa, aunque los actos y las palabras, aquí, no parecen coincidir con los pensamientos
Como siempre y, aunque me repita (señal de que lo creo cierto), sintetizas muy bien lo que se cuenta.
Un cálido y agradecido saludo, amigo mío.
Si, por el título y algunas cosas que se intuyen parece que el tipo no es del todo sincero. El odio humano se “enrobina”, bonita palabra, y es las entrañas y es difícil de sacar.
Lo del gato, muy ingenioso. Bien contando.
Hola, Rosa.
Ante todo, muchas gracias por tu comentario. Contarte que hacía mucho tiempo que no utilizaba la palabra que mencionas «enrobinar», tuve que buscar su correcta ortografía para asegurarme de que no la escribía mal. Lo del gato, lo presencié en una ocasión y es algo curioso y un poco perturbador, la verdad.
Un cálido abrazo.
Pues sí que tiene autocontrol tu protagonista, Ángel. Con su corrección puede convencer a su todo el mundo, excepto a él mismo. Y es que hay sentimientos que, aunque no queramos tener, son inevitables.
Muy bien reflejado. Y muy bueno el proverbio chino.
Un abrazo y suerte.
Hola, Rosalía.
Muchas gracias por tu comentario. Te diré que en el título juego un poco con toda la historia, pues cuestiono la corrección de los dos, uno en sus actos y otro en sus pensamientos, que parecen no coincidir con lo que en realidad siente y predica.
El proverbio lo conocía hace mucho tiempo y me pareció que reforzaba el argumento general y la intrahistoria.
Un cálido saludo.
Podemos ver claramente una sonrisa de satisfacción en este personaje tan civilizado ( al menos en apariencia) y es justo sospechar que tiene buenas razones. La justicia es lenta, pero, como indica el proverbio d la introducción, es cuestión de paciencia …
Muchas suerte con este dibujo tan realista del perfil humano. Un abrazo, Ángel 🤗
Hola, María José.
Verdaderamente una justicia lenta es menos justicia, pero si resulta acertada, se podría decir eso de que más vale tarde que nunca.
Este proverbio creo que en parte se puede equipar un poco a esa expresión castellana que dice «armarse de paciencia».
Devuelvo tu abrazo cargado del aprecio que sabes que te tengo.
Esos signos de pregunta del título son maravillosos, querido Barceló, porque ponen en entredicho toda la prédica del narrador y nos muestran a nosotros, los lectores, cuán «políticamente correcto» es… De la boca para afuera, confía en la justicia, pero en el fondo, espera «ver pasar flotando el cadáver de su enemigo», como reza el proverbio chino del inicio, cosa que no sabremos si sucederá; todo depende de ese veredicto que sólo podemos imaginar… Resumiendo: la venganza es un plato que se sirve frío (esperemos que se le dé).
Como siempre, un placer leerte.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Siempre es un momento grato el de cruzar unas palabras contigo. A pesar de estar tan lejos eres una persona que siento cercana. Confirmo que a los dos nos encantan las buensa citas, los proverbios y, sobre todo, los refranes.
Te confieso que en este relato pretendía un poco huir de términos absolutos, en el sentido del bien y del mal, aquí no hay malos ni buenos completos, todo se entremezcla y hay acciones y reacciones contrarias y sentimentos encontrados, todo envuelto en un embalaje de falsedad que puede desprender cierta esencia de hipocresía.
Un cálido saludo, querida amiga argentina.